15

11K 1K 140
                                    

La noche ya había llegado a la manada y yo, por fin, podía pisar la casa en la que me quedaría el resto de mi vida. Después del incidente de por la mañana, me había pasado por el lugar donde el niño que había sufrido el accidente estaba. Me llevé la sorpresa de encontrarme a Soora allí, la cual me sonrió nada más verme y me informó que su hermano le había dicho en el desayuno, que él me había ordenado ir a descansar a una de las habitaciones de la mansión. Yo solo pude sonreirla de vuelta y asentir como si fuera eso lo que realmente había ocurrido, y en el fondo hubiera deseado que habría sido así ya que el drama de por la mañana no hubiera ocurrido.

Después de la comida nos encargamos de hacer un chequeo exhaustivo al niño, y ya entrada la tarde, cuando dejamos entrar a su madre, él abrió sus ojitos sonriendo y diciendo que estaba completamente bien. Soora lloró como una magdalena cosa que atrajo al tal SeokJin de inmediato. Casi tiró la puerta y miraba con ojos extremadamente preocupados a Soora, pero ella tras reprenderle por el escándalo que había armado ante la madre y el niño, que los miraban sonrientes, le abrazó tras susurrarle continuamente que estaba perfecta.

Jin no fue el único que acudió corriendo al encuentro de Soora. Aquel azabache también lo hizo. Se quedó en el marco de la puerta de la habitación observando el numerito que montaba el castaño con su hermana, y tras dedicarme una mirada que no pude descifrar, se aproximó hacia el niño para preguntarle por su estado. El niño, sonriendo como si le hubiera tocado la lotería, le respondió educado y notablemente emocionado por que su líder le estaba hablando. Me percaté del tono de las palabras de la madre y el niño el breve tiempo que el azabache estuvo ahí, todas llenas de amor y admiración. Yo miraba incrédula la escena, completamente confusa al no encontrar la relación con su comportamiento de ahora con el de esta mañana. En mi vida había visto tal demostración de gratitud hacia un líder, pero esto me daba a entender lo compenetrado que estaba en pelinegro con la manada. Comprendí que meterme con su manada fue un error.

Que no se malinterprete, ya sabía de antemano que había sido un error, pero ahora comprendía que él no sólo era el líder, era uno más y para él la manada era uno sólo.

Una vez el azabache y Jin, obligado por él, abandonaron la habitación, no sin antes sentirme reprendida por la mirada enfadada de él, hicimos otra serie de estudios y reconocimientos al niño. Como había presupuesto, el pequeño se había recuperado muy rápido y ya estaba echo un roble de nuevo, listo para seguir con sus pequeñas travesuras. Le dimos de alta una hora después, y tras los incontables agradecimientos de su madre abandonaron la casita donde se encontraban esas habitaciones.

Me quedé con Soora un rato más, mientras terminábamos de recoger la habitación para dejarla lista por si se necesitaba de nuevo. Fue ahí cuando me contó que acudió a mí como último recurso ya que el médico que solía atender a la manada se encontraba fuera del territorio por un congreso.

— No te preocupes por eso, si me volvéis a necesitar no dudéis en ir a buscarme— ella asintió continuando con nuestra tarea.

Terminamos bastante rápido, y cuando salimos de la casita ya era de noche. Ella insistió en que me quedara en la mansión, y que ya mañana regresara a la zona de los omegas. Me negué en rotundo y tras despedirme de ella con la mano emprendí mi camino hacia la pequeña y calurosa casita donde me quedaba con Nimri y la revitalizada Maggie.

El sonido de la puerta abriéndose delató mi entrada en la casa. El olor a lavanda que desprendía Nimri mezclado con el desgastado olor a menta de la señora Lee inundó mis fosas nasales. Era de las pocas veces que podía oler con claridad sus olores, puesto que al vivir con tantos omegas, en una misma casa, en la que todo el tiempo se encontraban desprendiendo hormonas, se hacia difícil  distiguir de quien era cada olor.

Nightmare- JJK (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora