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Solo un poco más. Tan solo un poco más, un esfuerzo más y habría terminado. Lo había logrado, ya estaba con él. Él y yo abrazados, bañándonos en el pequeño claro donde tantas veces habíamos discutido. Nos sentíamos el uno al otro como si fuera la primera vez, disfrutando cada caricia y cada beso. Nos dejábamos ser, nos dejábamos llevar hasta ser uno, amándonos libres y dejándo a mi corazón latir desbocado. Libre y sin ataduras, permitiéndome amar y viviendo todo lo que me había privado por años. Viviéndolo junto a él.

— Es hora omega— sentí el agua fría colarse hasta mis huesos, enfriándo todo mi ser, volviendo a tiritar, encogiéndome hasta terminar en posición fetal.— Ponerla las cadenas y llevarla arriba junto al resto.

Sentí a dos alfas acercarse hacia mi cuerpo encogido en la húmeda esquina de aquel cuarto. Mi garganta emitió un gruñido involuntario al sentir los olores de aquellos alfas mezclados con las hormonas de algún omega que no identificaba.

Ambos habían abusado de alguien.

Sin delicadeza ninguna, uno de ellos me agarró de ambas muñecas tirando fuerte hasta ponerme de pie. Su compañero me colocó las cadenas sobre la piel quemada de mis muñecas. Otro gruñido salió de mi garganta al sentir el escozor de nuevo.

— Vamos putita, hoy te lo vas a pasar muy bien— el más alto de los dos dio un tirón a las cadenas haciendo que mi piernas cedieran y terminara de bruces contra el suelo— Vaya, parece que pone resistencia— ambos se rieron de mí.

Sentía mi cabeza palpitar de dolor. Podía sentir la sangre deslizándose por mi magullada frente. El hinchazón de mi cara ya había bajado considerablemente pero sentía que no duraría mucho.

Una patada en mi abdomen hizo que me encogiera en posición fetal a la vez que un quejido salía de mi boca. Alguna de las heridas de ayer se habían abierto y notaba como la sangre salía a borbotones através de cada una de las aperturas.

— No sé que ha visto el jefe en esta lobita, pero hay que reconocer que tiene todo bien puesto.— reprimí una arcada ante las miradas lascivas que me daban aquellos dos.

Sentí la mano de uno de ellos ahuecar una de mis nalgas antes de propinarme un azote. Las lágrimas se acumularon en mis ojos y me obligué a mí misma a no ceder. El alfa que sostenía las cadenas se agachó junto con su acompañante que no había despegado su mano de mi culo. Noté como la mano del otro agarraba una de mis tetas y la apretaba entre sus dedos disfrutando del toque que no hacía más que producirme las ganas de emitir un chillido pidiendo que me dejaran en paz.

El sonido de la puerta abriéndose abruptamente hizo que ambos sacaran sus sucias manos de mi cuerpo. Pude sentir el gruñido de la loba que estaba en la puerta y mentalmente agradecí su aparición en la habitación. Ambos alfas tiraron de mi cadenas de nuevo y me pusieron de pie. Cerré mis ojos unos segundos en lo que tardaba en acostumbrarme al dolor que ejercían las cadenas sobre mi piel.

— ¿Qué coño estaís haciendo?— pude reconocer la voz de aquella loba— ¿Quereís acaso que el jefe se entere de lo que estabaís haciendo? Nadie la toca, solo el jefe puede hacerlo, esas son las órdenes, asi que ceñiros a ella si no quereís que el jefe os mate.

Mis oídos captaron el pequeño gruñido que emitieron ambos alfas. Obligué a mis piernas a moverse con el segundo tirón a las cadenas y tratando de seguir el ritmo infernal de los alfas salimos de la habitación.

— Alto— la mujer se acercó a mí con un pañuelo en la mano— Tenemos que ponerla esto— se colocó detrás de mí y puso el pañuelo raido sobre mis ojos apretándolo fuertemente detrás de mi cabeza.

Tragué saliva forzosamente ante el dolor palpitante que comenzaba a aparecer. Sentí otro tirón en las cadenas y empezamos a movernos de nuevo. Mi pie tropezó con el primer escalón, mi cuerpo no llegó a impactar con el suelo por los reflejos del alfa detrás de mí. El gruñido de la loba hizo que se tensaran.

Nightmare- JJK (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora