El tiempo cada vez pasaba más rápido y era imparable, los días transcurrían como segundos, en un abrir y cerrar de ojos pasaban las lunas enteras.
Mis alas habían salido hace bastante tiempo atrás, y son motivo de celos en gran parte de edén. Sus colores son únicos y perfectos, algo irrepetible aquí, según han dicho. Los tonos azules eran lo más llamativo que podía encontrarse en estas tierras, pero no todo eran celos o envidia, pues también había admiración por parte de varias ángeles que comenzaban a prestarme demasiado interés.
Una de ellas era Kristen, una virtud que estaba aprendiendo todo lo posible por ser de los grandes doctores celestiales, de lograrlo tendría el honor de ser la primera ángel en ello, y es tan decidida que estoy seguro lo logrará.
—Hey — me llama alguien sacándome de mis vagos pensamientos.
—¿Qué? — pregunto volteándome hacia él.
—Queremos que nos acompañes — dice en voz un poco baja, cosa que me resulta un poco sospechosa además de su forma de mirar todo alrededor.
—¿Para?
—Es algo importante — se limita a decir y por fin me mira a mí y no al resto del lugar. Paso la mirada de sus ojos azules a Belial, mismo que está muy serio y de brazos cruzados detrás del ángel.
—¿Qué se traen entre manos? — pregunto cruzándome de brazos yo.
—Luzbel, de verdad no quieres que te lo diga aquí, ¿no? Es algo importante que no puedo gritar a los cuatro vientos.
—Entonces puedo suponer que es algo malo...
—Todo lo contrario, Luzbel, lo malo es lo que no estamos haciendo.
Sus palabras me resultan imposibles de comprender, ¿no hacer algo es malo? Bueno, de cierta forma no hacer algo puede ser malo, pero en este caso no sé a qué acciones se refiere.
—Vamos, Luzbel — interviene Belial —, no te quedarás aquí pensando en qué quiere decir Satanás, ¿o sí? Vas a acompañarnos para investigarlo, ¿verdad?
Maldita sea, acabo de caer.
—Bien — acepto —, voy con ustedes.
—Excelente decisión, ángel, no te arrepentirás.
Satanás me da la espalda y emprende el vuelo, Belial se quedar mirándome serio e incluso un poco despreciativo un momento antes de volar detrás de su amigo.
Doy una mirada detrás de mí asegurándome que nadie me mira y salgo volando detrás del par que me lleva un poco de ventaja ya.
No sé que cosa planean, sin embargo me siento con la necesidad y obligación de investigarlo.
Nos dirigimos al bosque, eso es algo que me pone más alerta, pues es muy difícil que alguien de nosotros quiera entrar ahí.
Miro con atención al par de ángeles, esperando que bajen la velocidad y acaben por descender antes de que comience el bosque. Pero nuevamente me toman por sorpresa, ambos vuelan más rápido y justo cuando inician los árboles cierran las alas, veo que vuelven a abrirlas mientras maniobran para no chocar con ningún tronco.
Todo me sorprende demasiado, bajo un poco la velocidad dispuesto a detenerme y seguirles a pie, sin embargo acabo volando más rápido para repetir sus pasos.
No sé cómo lo hacen, aunque seguramente es porque jamás lo había intentado. Mis hermanos me dijeron que era imposible volar dentro de un bosque y yo no hice más que creerles y tomármelo por seguro.
Cierro nuevamente las alas, esquivo un par de árboles y cuando vuelvo a abrirlas intento ladearme lo suficiente para pasar entre dos troncos, sin embargo fracaso y termino golpeándome un ala y desequilibrándome, saliéndome de trayectoria y aterrizando en el piso dando vueltas.
Bueno, fue un buen primer y fallido intento, por lo menos logré volar bastantes metros antes de caer.
Me pongo de pie y continúo caminando, veo que el par ha aterrizado a no muchos metros y sólo camino rápido para llegar a su lado.
—Ya aprenderás — asegura satanás mirándome —. Para ser la primera vez lo hiciste bastante bien.
—Eso me dice que tú ya lo has hecho antes y resulta un poco más sospechoso aún.
Satanás se limita a sonreírme, es una sonrisa con la que que acepta que oculta algo. Se hace a un lado y me deja ver a mas ángeles, cosa por la que termino de sospechar. ¿Planean algo?
Miro la cara de todos, hay algunos que realmente no conozco, pero hay otros tantos que sí conozco y me sorprende mirar aquí.
Belcebú, Agramón, Samael, Gaderel...
—¿Qué está pasando aquí? — pregunto deteniéndome a una distancia considerable de todos.
—Vaya cosa, lograste traerlo — comenta Belcebú muy satisfecho.
—Sé que planean algo — suelto mirándolos a todos.
—Pero no sabes qué — contesta Satanás serio.
—¿Para qué me trajiste aquí?
—Te voy a explicar algo; sé que eres especial para Yahvé.
—Sólo soy un hijo más.
—No, Luzbel, no eres uno más, créemelo. La cuestión aquí es fácil. Él se equivoca.
—¿Papá?
—Sí.
—¿Cómo puedes decir eso? — cuestiono con clara molestia de que se atreva a decir que nuestro padre se ha equivocado en algo.
—No te enojes y escucha. Si te he traído aquí es porque sé que hay algo especial en ti, algo que él puso en ti y que no puso en nadie más.
—¿Qué cosa? — pregunto temeroso de que sea algo que que quieran quitarme todos justo ahora.
—Libre albedrío.
—¿Qué? — pregunto sin entenderlo.
—Eres el único ángel con libertad de pensamiento, Luzbel, el único que puede actuar por decisión propia y no por el automatismo en el que todos sus hijos nos vemos metidos. Nosotros no elegimos, Luzbel, seguimos órdenes y deseos de él, ¿ya lo notaste? Tú también lo haces, pero lo haces porque te enseñaron que eso es lo correcto y lo que todos debemos hacer, así que a fin de cuentas sigues órdenes por gusto y lealtad, pero por decisión propia en realidad. Los demás no, los demás lo hacen porque tienen que seguir las reglas de papá y lo que él desee. Eres el único que puede negarse si así lo quiere.
—Pero no lo hago porque está mal.
—No está mal, Luzbel, eso es lo que te han hecho creer todo este tiempo. Y yo he decidido hacer lo mismo, he roto con el automatismo. A los que miras aquí son los que hemos roto con ello, los que hemos decidido ser como tú.
—Yo no planeo nada...
—No dije que lo hicieras — me interrumpe —, sólo dije que podías hacerlo, pero el que planea aquí soy yo.
—¿A qué llegas con eso?
—Somos más, Luzbel.
—No... — niego entendiéndolo todo.
—Puedes estar fuera y pertenecer al automatismo divino, o estar dentro y ayudarnos a que los demás se den cuenta; te dejo con la mejor parte, Luzbel, te quedas al mando luego de que venzamos.
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Después de la larga espera aquí estamos de nuevo.
Díganme, ¿qué les va pareciendo la historia?Los leo. 💘
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Almas perdidas
Paranormal*Libro cuarto. El encuentro en el bosque aquella tarde de Halloween no fue el inicio de la historia, sólo fue el reencuentro entre el pasado y el presente de dos almas con muchos sucesos olvidados en el tiempo. La realidad puede ser muy diferente a...