Capítulo 8

11.8K 1.3K 111
                                    

Estoy tan enojado y al mismo tiempo emocionado que ni siquiera parece que acabo de sobrevivir al bosque.

Todo está vuelto un caos, hay más ángeles fuera del palacio de lo normal. El resto de personas que no están involucradas en la pelea vuelan enloquecidas lo más lejos posible, otros entran al palacio en un intento de resguardarse, pues se supone que es el lugar más seguro.

Sin embargo ahora mismo no hay ningún sitio seguro, y el palacio está al final de la lista.

—¿Qué está pasando? — Raziel se para junto a mí mientras mira todo.

—Vaya, viniste — contesto.

—¿Qué ocurre?

—Digamos que ha iniciado una revuelta, que parece va a hacerse una guerra... quieren sacar a papá del trono, ¿entiendes? Pero gracias por venir, no contábamos con tu presencia.

—Deja a un lado el sarcasmo, Luzbel, ¿contra quién estamos peleando?

—Bueno, tomando en cuenta que estás de nuestro lado, pelea contra los que te quieran matar.

—Increíble — se queja.

—Satanás inició todo, si lo encuentras a él, a Belcebú o a Belial, encárgate, son la cabeza de esto.

Me separo y comienzo a volar, dejando a Raziel atrás.

Intento ubicar a alguien, pero nadie me parece conocido hasta que encuentro a Rafael.

Está en vuelo peleando con Belcebú, ambos están sangrando, pero ninguno parece estar lo suficientemente herido como para detenerse.

Rafael logra golpearle con fuerza, y Belcebú sale disparado en mi dirección.

Vuelo hacia dónde va y le intercepto a tiempo.

Rafael llega a donde estamos entonces, el ángel intenta soltarse de mi agarre, pero no lo logra.

Mi hermano comienza a golpearlo y yo impido a toda costa que se defienda.

—Vete — pide —, ve al palacio ahora.

Sin mucha convicción suelto a Belcebú, Rafael se le echa encima en cuando está liberado y yo vuelo al palacio.

Todos los tronos forman una barrera protegiendo a papá, Astaroth se conserva frente a ellos, dispuesto a lanzarse al ataque en cuanto los dos ángeles contrarios se acerquen.

—Quítense de una vez — habla Belial —, podemos contra ustedes y esta guerra no les compete, defienden al enemigo.

—Tú eres el enemigo — corrige Astaroth sosteniendo una larga espada en la mano.

—Serás el primero en morir — avisa Satanás con voz fría.

—Que así sea — acepta Astaroth sin temor.

Justo cuando Satanás se alza en vuelo me le voy encima.

Terminamos chocando contra una de las paredes de piedra, comenzamos a forcejear sin conseguir herirnos de una vez.

Belial ahora pelea contra Astaroth mientras el resto de tronos se quedan haciendo la barrera.

Satanás se libera de mi agarre y termina empujándome hacia el suelo.

Me incorporo rápidamente y espero que el ángel llegue al piso junto a mí.

Esto va a ser difícil, pero no van a ganar esta guerra.

—Te di la mejor oportunidad de tu vida, y decidiste desperdiciarla — comienza caminando lento a una distancia considerable de donde estoy —, nunca nadie lo habría hecho, nadie va a ofrecerte algo como lo que yo, sólo tenías que ayudarnos. El trono era tuyo.

Almas perdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora