Cerréla ventana de la habitación, había comenzado a refrescar ynecesitaba calma para realizar la llamada y dar la grandiosa noticia.
Acomodéa Graciela en la cuna, me arreglé el cabello y después de marcar elnúmero esperé. Yo tenía señal perfecta, esperaba que Isabeltambién. ¿Qué estaría haciendo ella ahora mismo? ¿Lesorprendería mi llamada, sabría para qué? Ella era muy perceptiva,¿qué consejo me daría? Porque yo quería volver a Betel y viviresto con ella, con la gente de allá, las niñas maravillosas queeran mis amigas, los chicos, hasta los trabajadores y las mascotasdebían enterarse que pronto en Betel otro pequeño jugaría y quesus hijos tendrían un futuro en las tierras que tanto les gustabatrabajar.
–¡Isabel!– Le grité cuando por fin atendió la video llamada, yo habíacolocado el teléfono sobre la cómoda y así ella podía ver toda lahabitación hasta llegar a mí, perfectamente.
–¡Yvonne,que alegría verlas! Hola preciosa bebé, ¡me extrañas?
–Dilehola a la abuela cariño.
–¿Lita!–Con su mano derecha, gordita, mi adorable hija le echó un beso asu abuela.
–Québueno que me llaman, hasta hace rato estuvimos hablando de ustedesaquí Leo, Liborio y yo.
–Desdeaquí los extrañamos mucho– Mi suegra estaba risueña como siempredetrás de ella los detalles de esa casa que tanto extrañabarelucían con una luz bonita.
–Puesvengan de regreso. Ya se que tu padre está quebrantado pero hacenfalta aquí Yvonne, me hace falta Graciela.
–Laverdad Isabel...–Me acerqué más al teléfono– no sé que tanmal esté papá–confesé–desde que llegamos lo he visto muy bien.Las personas dicen que es gracias a mi presencia pero yo he llegado aponer en duda si en verdad sufrió un infarto.
–¿'Porqué lo fingiría?
–Nolo se. Quería que yo viniera, me necesitaba aquí, no voy a negarque yo quería verlos pero mi padre se ha vuelto loco por Graciela,ella es su mayor distracción, ha convertido a Vanda en niñera deambos.
–¿Vanda,es del servicio?
–Sí,algo así que recién veo todo lo que siempre hizo ella por nosotros,sobre todo por mí, creo que estuvo siempre en mis momentosdifíciles. Ella lo ha complacido en mantener a Graciela a su lado,comer juntos, jugar juntos, y hasta duermen largas siestas.
–Buenole está sacando el máximo provecho a su nieta antes de que regrese.
–Papáno habla de Graciela como si fuese a regresar a Betel. –Admitícasi en susurro, en estas llamadas a veces la voz ase entrecortaba,ahora no era uno de esos momentos, mi suegra me había escuchadoperfectamente– no lo admito frente a Ensuan pero es la verdad, esosumado a que busca heredarle una enorme cantidad a nieta y darmenuevas responsabilidades en la empresa–Por primera vez lo decíatodo, tuve miedo de hacerlo porque hasta ahora no eran muchas lascosas buenas pero...–Pero ahora Isabel...existe una razón por laque deseo más que nunca estar allá–Ví como se pegaba más a lapantalla del teléfono que dejáramos allá y su cara hacía esezoom. Siempre hablar con ella era liberador, resolvía todo asífuese a gritos, era tosca sí, pero muy dulce, su hijo se parecíamucho a ella–Esto va a sorprenderte porque a mí me sorprendiómucho, quise decirte antes más temprano pero hoy al llegar a casa enla sala estaba mi ex esposo.
–¿Tuex...y qué hacía ahí? –Se alejó ahora de la pantalla.
–Dijoque quería disculparse después de casi cuatro años, me parecióalgo descabellado pero ahí estaba junto a papá–Vi su expresiónextrañada–si te preocupas por Ensuan el se comportó muybien–Escuché ruido afuera, quizás él estaba volviendo–No tuvotiempo de reaccionar y...
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Más allá de Betel
RomansaYvonne y Ensuan deciden visitar Madeira tras enterarse de la enfermedad del padre de ésta, enfrentando los retos familiares que ya una vez la alejaron de allá.