n i n e

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—¡Bang! ¡Arriba vago!

El grito, más el impacto de un cojín contra su cuerpo hizo que terminara por despertarse.

—Van a ser las doce, en serio ¿dormiste toda la mañana?

Aún con pesadez y con un rostro adormilado, se enderezó y sentó.

—¿Por qué demonios te di la llave de mi apartamento? —Respondió. Aunque más bien lo pensaba para sí mismo

—Ja, ja. Recuerda que fue en tu época de obsesión con el anime, fue para asegurarme de que te metieras a bañar.

La risa de Chang Bin provocó un zumbido en su cabeza y empezó a dolerle ligeramente.

—Bin, baja la voz —pidió mientras se levantaba del sillón y recogía su móvil del suelo. Recordaba haber bajado del taxi, entrar a la recepción, subir al ascensor, haber salido un piso antes, subir el piso faltante por las escaleras y se había tropezado con estas -por eso le dolía la rodilla un poco- luego finalmente al llegar a su apartamento, solo atinó a despojarse de sus ropas y tirarse en el sillón.

—Qué asco estás en calzones —volvió a pegarle con el cojín y dio pasos lejos de él. —¿Quieres que te prepare algo?

—Por favor —habló extendiendo la última vocal mientras caminaba de vuelta a su alcoba.

—¡Date un baño, apestas!

Ingresó a su alcoba y conectó su teléfono, observó la pantalla, las 12:00PM de un domingo.

Luego entró a la ducha y minutos después estaba vistiéndose con un par de jeans rasgados, una camisa sin mangas negra y rociándose colonia.

Volvió a la cocina, no le sorprendió ver bolsas de papel con hamburguesas de comida.

—¿Algún día cocinarás tu propia comida? —Le sonrió con burla y el pelinegro solo viró los ojos mientras le extendía un vaso de agua y una pastilla.

—¿Quieres que incendie la cocina?

Ambos rieron y sin más se sentaron en la mesa de la cocina. Bang tomando lo que el menor le dio para aliviar su dolor de cabeza.

El apartamento del cantante consistía en una gran sala de paredes azul opaco, decorada con sillones grises y muebles de madera. Había una gran pantalla y equipo de sonido. Ubicada a la derecha, detrás de una gran puerta de cristal ahora cubierta por persianas se tenía acceso a un balcón, que daba una bella vista.

Donde las paredes pasaban a ser de un color beige, cerca de la puerta del apartamento, iniciaba la cocina, sencilla con muebles de madera y la de mesa de seis asientos.

El pasillo a la izquierda, junto a la pantalla conducía a tres puertas, una a la mediana habitación del rubio donde tenía su baño personal, otra a un pequeño baño sin más que el sanitario y su lavabo. La última puerta llevaba al estudio de Chris. Donde yacía todo su equipo y en dónde la mayoría del tiempo componía.

—Hablé con Taeyang, nos iremos en mi auto mañana por la tarde, no serán muchas horas de viaje.

—Oh genial, imagino entonces que ya terminaste de arreglar el nuevo álbum.

—Lo acabé hace un tiempo tarado, solo estaba pendiente la colaboración —dejó un suave golpe en la cabeza del australiano y este solo le sonrió.

—Yo también te quiero Binnie —sonrió y comenzó a hacer gestos adorables. Mientras el pelinegro le miraba con la ceja alzada, pero con una pequeña sonrisa.

—Nada mal, pero tu aegyo no es mejor que el mío —tras decir esto, en el interior de Chang Bin se activó el interruptor "rey del aegyo", e inició una batalla entre ambos artistas.

𝙷 𝙰 𝙼 𝙱 𝚄 𝚁 𝙶 𝙴 𝚁 [ChanIn] [Stray Kids Instagram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora