Capítulo 3

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•El niño que no es un niño•

Siguiendo el caminó, empecé a preocuparme « Cada vez estoy mas adentro del bosque y no hay señal de ninguna casa»

Estaba a oscuras, solo con la poca luz de las velas que ellos tenían. Apenas su iluminación me podían dejar ver al menos un poco, para así, seguir siguiéndolos. Pero cuando ellos se alejaban de mi, la oscuridad de aquel bosque, no dejaba ver, ni mis propias manos.

Ya de verdad, deseaba regresar, pero... Estaba lejos, sin luz y alguien que enseñara el camino de regreso (Porque no me conocía el bosque, ni sabia donde estaba, a lo peor, estaba siguiendo a unas personas desconocidas, sola en un bosque que desconozco)

—Y ahora, ¡¿como voy a volver?! Exclamé con angustia, mientras miraba hacía atrás.

***

Poco después ellos se alejaron de mí, no tuve mas opción que intentar avanzar y encontrarlos.

Temía de quedarme sola, pero sin poder encontrarlos, me tropecé con una raiz y me caí de frente.

Con lágrimas en los ojos me queje por mi mala decisión. Y una piedrita fue lanzanda hacía mi cabeza, el lanzamiento fue pequeño y débil como si la intención no fuera lastimarme.

Levante mi cabeza para poder ver quien habia hecho eso pero fui iluminada y la luz no me dejaba ver quien estaba al frente mio.

— Eh ¡Vieja! ¿Porque estas llorando? — dijo una voz irritante y provocadora.

Al intante supe de quien se trataba y no era mas que el pequeño niño que me ordeno limpiar lo que el ensució. Molesta me levanté, limpie mis lagrimas con mi mano y molesta dije:

— ¡¿No puedes tratarme con al menos un poco de respeto?! No soy vieja, ni una señora ¡Tengo dieciséis!

Para calmarme, al menos un poco, respire hondo y añadí — Te ayude con la limpieza rapida y silenciosa, para que tus padres no se dieran cuenta ¿Y así es como me tratas?

El niño fruncio el ceño y de manera insolente respondió — ¡Yo te trataré como yo QUIERA, anciana!

— ¡Uuuy! ¡Si que eres odioso! … Para ser un niño no eres para nada lindo.

— ¡¿Niño?! — Exclamó el, apunto de explotar del enojo — ¡Tengo catorce! ¿Acaso tengo cara de un mocoso?

«Habla como viejo... Aun siendo tan pequeño» Pensé.

— Espera ¿De verdad tienes catorce? — Exclame sorprendida — Eres tan pequeño que pense que tenias... di.....

Inmediatamente cerré mi boca e hice silencio al ver como arrugaba su rostro y volví a ver hacia otra parte; buscando una idea para cambiar de conversación y pedirle que me ayude a regresar a mi casa.

— Eres del tipo de persona que me desagrada— Dijo el molesto.

— ¿Eh?

— Me has llamado niño ¡Y eso merece castigo!

— ¡Perdón! Fue sin querer, digo... ¿Castigo? ... ¿Que puedes hacerme? Que yo sepa tus padres y amigos, ya no estan aquí.

El pequeño chico me sonrio de manera arrogante y segura. Y eso me hizo sentir nerviosa...

***

De un momento a otro, inesperadamente e inmediatamente, aparecí como magia del cine en un calabozo.

— ¿¡Que?! .... ¡¿Como?! Grité totalmente sorprendida y asustada.

— Este es tu merecido castigo— Respondió el chico sonriendo.

— ¡No espera! Dije acercandome a la celda.

— Disfruta tu nueva vida, vieja.

Y la celda fue cerrada con fuerza...
Molesta quise gritar pero, sin embargo, no lo hice. Respiré hondo una y otra vez, mientras caminaba en círculos.

« Si digo algo que lo moleste, puede que me de un castigo peor, tranquila... Tranquila» Pensaba mientras caminaba en círculos.

***

Una hora después...
Sentada cerca de la celda, miraba el vacío calabozo « Parece que todos se comportan bien aquí... Este calabozo esta muy vacio»

Y observando las otras celdas, segui pensando «Esto es un calabozo vacío, pero bien cuidado, eso significa que todavía lo usan... Entonces los criminales que entran aquí...» Comenze a imaginar lo peor y asustada me levante y dije:

— Oye, mi señoría, ¡O como quiere que le llame! Me arrepiento, no volveré a llamarle niño nunca mas.

De repente la puerta del calabozo se abrio « Que facil» pensé y corriendo me acerque para salir pero un enorme hombre, como de dos metros impidió que saliera. Di pasos hacía atras asustada...

— Su desayuno — Dijo con su voz grave y gruesa.

— Oh, es eso jajaja.. ¡Que alivió!  Espera, ¿ya es de mañana?

— Así es — Respondió y luego escupió el suelo cerca mío.

Dando unos pasos mas hacia atras, con asco, volví a ver a el hombre y salte del susto.

« ¿¡Estoy soñando!? -Pense aterrada al ver su rostro- ¿Como esto es posible?»

El hombre era similar a un perro pero con similitud humana.

— La escupida es de parte del principe Erick.

— Ah si, si... — Dije torpemente y con voz tembloroza.

— ¡Disfruta su desayuno!

— ¡Espera! ¿Quien es el príncipe Erick?

— Usted lo conoce.

Y con seriedad salio del lugar, cerro y sin decir nada mas, se fue.

— Lo mas seguro es que, esto es una pesadilla ¡Una pesadilla muy extraña!— dije sentandome.

Luego, algo cansada abraze mis piernas.... Recoste mi cabeza en ellas, cerre mis ojos y me dormí.

El enorme hombre, volvió a entrar poco después y me abrigo la espalda con una manta...

La Sirvienta De Un Príncipe ¿Pequeño? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora