•Un reencuentro agradable•
Alzando la falda de mi largo vestido, apresure el paso «Que incómodo y pesado es esto» Murmuré quejandome del vestido, mientras dejaba escapar un suspiro.
Yalitza y Adeline parecian ansiosas por entrar al salon. Pero en cambio a mí, yo quería quitarme esos tacones altos, ese largo y pesado vestido y volver a los dormitorios... Al inicio me parecia buena idea pero cambie de opinión y me di cuenta que usar vestidos al estilo princesa, no es lo mio.
— Kimichi, ¡camina mas rapido! Grito Yalitza.
— Eso hago... — Respondí y en voz baja, volví a quejarme — Ugh, ¡No se como cenicienta podía correr con un vestido!
— ¡Aah! No puede ser, mira cuanta gente hay en el salón. Grito nerviosa y muy ansiosa Yalitza.
— Ya respira Yaly. Dijo Adeline tratando de calmarla.
— ¿Como me veo? — Pregunto Yalitza.
— ¿Eh? Bien... Respondió extrañada Adeline.
— ¿Como para enamorar a un príncipe? —Siguio preguntando Yalitza.
— Mmm sí...
— ¿Tu que dices, Kimichi? ......
" ¿Kimichi? "
Confundidas ellas me buscaron con la mirada en los alrededores pero no estaba « ¡No me digas que regreso con los demás! » Dijo Yalitza furiosa.
— Así parece... Respondió Adeline.
— ¡Ella se lo pierde! Vamos, Adeline — Yalitza enojada agarro del brazo a la nombrada y comenzó a caminar — ¡Acompañame a encontrar al príncipe Ancel!
— ¿Al príncipe Ancel?
Asustada, viendolas entrar al salón deseé que pensarán en mi y fueran a buscarme porque, estaba detras de una pared con alguien detrás de mí, tapandome la boca... No podía ver quien era; me tenía agarrada con mucha fuerza.
En ese momento quede sin saber que hacer. Pero, al escuchar unos pasos y una sombra oscura que se nos acercaba, reaccione y le di un golpe con mi codo a la persona que me tapaba la boca.Luego use mis brazos para empujarlo y huí.
Algo no muy inteligente. Ya habían otros hombres al frente mio, aterrada di pasos hacia atrás y corrí hacia la izquierda para entrar al salón del palacio.
Desafortunadamente pero era de esperarse. Que ellos no me dejarian huir tan fácilmente, sin problema alguno, me atraparon y me inyectaron algo que dormio la gran parte de los músculos de mi cuerpo y me sentí débil.
Ellos al verme caer en el suelo, comenzaron a reírse. Algo que me alegro porque una persona pudo escuchar las risas malévolas y fue corriendo a ver de quienes eran.
Al llegar esa persona, un chico de cabello castaño claro que para mi era muy fácil saber de quien se trataba; ese chico era el que me había ayudado aquella vez que huía de la guardia real, puedo decir, que no es la persona que queria ver hoy pero, ahora no sabe el ¡cuanto me alegra verlo!
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La Sirvienta De Un Príncipe ¿Pequeño?
Ficção AdolescenteEn mi vida pasa lo que no espero y espero lo que no pasa... Puedo decir que mi vida esta llena de viajes inesperados. Aunque en un comienzo no era así... ¡Quien diría que una equivocación puede cambiar tu vida! De una chica normal a una sirvienta•