Capítulo 17

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•La sirvienta y los amigos del príncipe
Una ¿Discusión?

En los hermosos pasillos, fuera del palacio. Un grupo de amigos atraían la atención de los sirvientes.

Claro, su atención fue capturada porque el príncipe Erick estaba riendo. Algo que no se ve todos los días... Y no solo eso, había una persona que llamaba mucho la atención.

El soldado novato, Alan. Su cabello, su agradable mirada; hacían que las sirvientas se volvieran locas por el.

El se volvió el tema de conversación de la gran mayoría de las sirvientas. Gracias a eso, pude enterarme que no eran enemigos y que el reino estaba bien. Que alivió...

Ahora trabajaba tranquila, mientras escuchaba las fantasías de mis compañeras. Fue divertido escuchar como se creaban historias de un encuentro con el pero... Llego un momento que me desagradó su conversación.

"Casarse con un soldado solo por su físico" No me agradaba escuchar eso, mas bien, me molestaba.

Asi que, decidí irme. En un principio lo tenía pensado aun sabiendo que no podía, pero ahora como había terminado de limpiar las ventanas del palacio, podía irme con la excusa de que "iba a hacer otra tarea".

***

En poco tiempo salí del palacio. Mi excusa funcionó perfectamente, ahora solo debía cumplir lo que dije.

Mi otra tarea era lavar los platos, porque uno de los encargados de ese trabajo, Erick le dio el día libre.

Con solo pensarlo, me imaginó que miles de platos sucios me esperan...

Baje el paso, para tener un tiempo para mí. Desde ayer no eh hecho mas que trabajar y trabajar... Apenas tengo la hora de dormir, el almuerzo y ratos pequeños aprovechando que debo barrer para mirar el sol y disfrutar de la brisa. Esos son los ratos que tengo para mí.

Caminar lentamente, podía mirar los paisajes que eran como para una pintura. Cuando aprovechaba un poco de tiempo y veía los paisajes, me sentía como en un cuento.

Juntando mis manos detrás de mi espalda, caminé cantando una canción que escuchaba mucho en mi casa... "¡Hadita!" un gritó me detuvo. Volví a ver.

La princesa Minna, con una sonrisa corrió hacía mi. Y detrás de ella, el príncipe Erick y dos personas mas la seguían pero sin correr.

"Es cierto, no se parece una hada pero tiene el delicado caminar de una ¡Sirena!" Escuchando eso, Erick, su amiga Alison y yo, miramos a Alan quien era el que había dicho esa frase.

En nuestros rostros había una expresion de -¿que?- Luego, la princesa Minna me abrazo disculpándose por haberse ido sin despedirse "N- No se preocupé Alteza" Dije impresionada por su preocupación.

La niña me sonrió dulcemente y me volvió a abrazar. Mientras que los dos amigos de Erick, tenían una seria... ¿Discusión?

"Las sirenas, ¡no tienen pies, Alan!"

"¿Y como lo sabes? ¿Acaso has visto una?"

Por lo que veía, Alan... El chico que tiene locas a las sirvientas, no es muy inteligente o ¿es muy poco serio? Tal vez este bromeando, lo mas seguro que sí. O eso espero. . .

"No, no eh visto una"

"Entonces, no puedes asegurarme lo que has dicho"

De Erick, se escapó una risa. Mientras que de Alison, se escapó un suspiro.

Yo me sentía confundida, miré a la princesa que estaba parada al frente mio con una sonrisa.

Y me preguntaba en mis pensamientos: ¿Porque ellos estan aquí? ¿Sera que Erick me quiere presentar a sus amigos? No, imposible.

"Exactamente, jamás te presentaría a mis amigos anciana"

Siempre grosero...
¡Espera!

«¡Leyo mis pensamientos!» Asustada di unos pasos hacía atrás, con una expresion de -¡Que horror!- Ahora resulta que puede leer mis pensamientos, Erick ¿que otras cosas mas hay que yo no sepa de ti?

Acercándose a mí, parándose de puntillas para alcanzar mi frente. Con su mano me golpeo fuertemente.
"¡Auh!" Me quejé.

- Tonta. No puedo leer mentes, solo logre ver atra vez de ti, gracias a la expresión que tenías en tu rostro. Fue fácil saber lo que estabas pensando.

"Ah... Jajaja..." Riendo nerviosa. Al saber eso me sentí aliviada.

- Tiene una hermosa sonrisa - Comentó Alan, mirandome detenidamente.

Sus palabras me hicieron sentir incómoda y avergonzada. Esa no era mi mejor sonrisa, creo que mi sonrisa y risa que hice hace un momento fue algo tonta... No considero que sea algo de halagar.

***

Entonces, me quede en silencio. Esperando que Erick o alguien dijiera algo... Pero no fue así, entonces, dije la excusa que siempre uso para irme "Si no es molestia... Volveré a trabajar" Hice una reverencia y me fui subiendo la velocidad de mis pasos.

Los tres amigos me miraban en silencio. Y Minna, se despedía con su pequeña mano "Adiós Hadita" dijo ella con su tierna voz.

- Bueno, ya la conocieron. Ahora terminen su misión y regresen a sus hogares - Dijo Erick, regresando al palacio.

"Oye, Erick. Tu sirvienta ¿cuantos años tiene? " Pregunto el interesado soldado.

"Mas de los que se pueden contar" Respondió el sin volverlo a ver.

"Ah. Bueno, siempre me han gustado las mayores"

"¡¿Que!?" Exclamó Alison - Alan, ¿acaso sabes lo que estas diciendo?

- Sí, lo se perfectamente - Contestó el sonriendo - No soy como ustedes. Puedo casarme con una sirvienta, además ya tengo edad para tener una prometida.

- Ella no te va aceptar... - Mencionó Erick - Así que, no lo intentes.

Minna, escuchaba la conversación. No entendía, pero sabía que algo no andaba bien... Su hadita, parecía que Alan se la quería llevar y eso no le gustaba.

- Alan, no te puedes comprometer con ella ¡Apenas la conociste hace menos de una hora! - Dijo Alison.

- Exacto... No sabes si ella es mala o buena - Añadio Erick.

- Eso no me importa... Además, yo le daré una mejor vida. No la trataré de vieja ni le golpearé la frente.

Esas palabras fueron como flechas para Erick. Allí apareció su enojo y dolido, dijo sin bajar su orgullo- Bueno, ve héroe y salvala de mí, entonces.

Todo el ambiente cambio. Alan, acepto la palabra del príncipe y antes de irse para hablar conmigo dijo "Cero rencor ¿ok? Lo que dije, fue verdad. La tratas muy mal"

Erick, dio dos pasos y desapareció. Ya no le importaba lo que el dijiera ¡Que se la lleve, si quiere! Una sirvienta menos será. (Decía el, dejandose caer en su cama)

Y su hemana corrio, agarrándole del pantalón a Alan - No te lleves a mi hada... Por favor.

Alan, le acarició la cabeza y siguió caminando "Tranquila, prometo que los visitaremos"

(Ya tomaba por hecho que iba a aceptar...)

La niña lo miro alejarse y corriendo fue a pedir ayuda. Solo había alguien que la escuchaba y ese era su hermano mayor...

La Sirvienta De Un Príncipe ¿Pequeño? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora