Capítulo 5

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•El castillo y mi hogar lejano•

Poco después, salí de mis pensamientos y observé el lugar.

Mis ojos se abrieron totalmente; el paisaje que estaba viendo, me dejo muy sorprendida...

Había estado tan concentrada buscando guardias y pensando en porque no habian que... No había prestado atención al hermoso lugar que tenía en frente.

Asombrada, me quede mirando los arbustos y las flores... Para ser mas explicativa, estaba en un enorme jardín que tenia un camino muy decorado: con flores, arbustos y estatuas de cristal.

Mientras admiraba el paisaje, senti una extraña presencia debajo de mí. Asi que baje mi mirada y al hacerlo; encontre una jovencita desmayada en el suelo...

Sorprendida y asustada, corrí alejándome de ella.

Y poco después me detuve, parpadie dos veces, volví a ver la puerta y devolví mi mirada a la joven.
Al parecer la había golpeado cuando logre abrir la puerta. Preocupada me acerque, revisé si estaba bien y cuando vi que si lo estaba, me disculpe con ella en silencio, aun sabiendo que no me podía escuchar, luego, continúe mi camino pero esta vez intentando salir de ese hermoso lugar...

***

Cada vez que avanzaba, mas sorpresas me llevaba... Además del jardín, al frente mío estaba un palacio, es decir, estaba en el patio de un castillo.

Al ver todo el paisaje... Baje la velocidad y deje de correr, había entendido que, de verdad, estaba muy pero muy lejos de casa. Y lo más seguro es que no podía volver...

« ¡No! ¡No debo ser negativa!» Me dije a mi misma, dandome un pequeño golpe en la frente.

Y seguí corriendo, guardando una pequeña esperanza en mi corazón.

Aunque las lágrimas bajaron por si solas en mi rostro, tenía una batalla en mi mente... Los recuerdos de mi familia y amigos querían llegar pero, sabia que si pensaba en ellos, los iba a extrañar y iba a temer...

Corrí lo mas rapido posible, entre por un pequeño bosque que estaba entre el jardín. Para asi, evitar encontrarme con algún guardia y después de correr sin detenerme en ningún momento, me encontre un alto y grueso muro.

Y mirando arriba, dije en voz baja:
— Debe ser la muralla que protege la entrada al castillo...

Al terminar de decir eso, me acerque a la muralla y poniendo mi mano en ella; sentí un empujón y caí atravesando el muro

" ¡Aaah! ¡Ay! "

Con un ojo cerrado, me queje del dolor.

Después lentamente me levanté, observé donde estaba y me di cuenta que de una manera inesperada y sorprendente, había logrado salir de ese castillo.

Así que sin preguntarme de como lo hize, púes, celebré mi logro.

— ¡Sí! — Dije y luego reí, mientras saltaba.

Hasta que... Como todo un clásico alguien vino a arruinarme el momento. Cerca mío estaba la entrada al castillo y allí estaba un carruaje con un chico petirrojo adentro, mirandome desde la ventana.

El cual era, el Príncipe Erick.

***

Quede en shock hasta escuchar que el grito — ¡Guardias! ¡Atrapen a esa fugitiva!

Con miedo reaccioné y empecé a correr como nunca lo habia hecho.

Los guardias me perseguían.

Sus pasos sonaban al correr por la hierba, no podía dejar de escuchar ese ruido mientras huía.

Yo, seguía corriendo en linea recta, luego di un giro inesperado y me fui hacia la derecha, volviendo al camino y baje unos escalones y salte continuando con mas velocidad.

Y asi, poco después, llegue a una cuidad, y un panadero me detuvo diciendo — Hola, hermosa señorita. ¿Le gustaría probar este delicioso pan?

Desesperada di una respuesta rapida— Es usted muy amable pero no gracias.

Y seguí mi camino.
Los guardias que me venían persiguiendo empujaron al panadero y quitaban a las personas que se metian en su camino.

Todos en ese lugar tenían la mirada fija en mí. Ya era notable que estaba siendo perseguida por la guardia real ¡Que vergüenza!

***

Poco después, me escondi en un callejón y unos misteriosos hombres me ofrecieron refugió pero con solo ver sus rostros me dio miedo y preferí ignorarlos y seguir.

Luego me caí cerca de una zapatería, ya no podía mas y mire un caballo solo. No me gustaba la idea de robarlo pero, sino lo hacia me iban a atrapar.

Entonces, me acerque al caballo y me subi « ¡Que bueno que aprendí a montar!» Dije felizmente.

Y inmediatamente, un chico, como dos años mayor que yo, se paró al lado del caballo y me pregunto — ¿Adonde vas con mi caballo, señorita?

Nuevamente desesperada, di otra respuesta rapida — Oh, es tu caballo ¿Me lo prestas?

— Solo si voy contigo — Respondio el con una sonrisa.

— ¡¿Que?! Exclamé al escuchar su respuesta.

— No pensabas que te iba a dejar sola con mi caballo ¿O si? Podrías robartelo.

Sabía que, lo que el decía era muy cierto... Estaba no muy contenta con la idea pero los guardias seguían buscándome asi que sin opción alguna respondi — Bueno pero si vas conmigo, debes prometerme que no vas a hacerme preguntas.

— Esta bien pero debo hacerte una pregunta antes ¿Adonde quieres que te lleve?

— A un lugar, lo mas lejos posible de aquí.

— Vaya, que petición mas exagerada ¿Acaso no te gusta vivir aquí?

—  ¡Te dije, que no me hicieras preguntas! De aquí en adelante no mas preguntas, por favor.

— Bien, bien, entonces vamos.

Al terminar sus palabras, el subió y empezó a andar el caballo con toda la paciencia del mundo y ya los guardias me habian visto.

— ¡Allá esta! Gritaron.

Y angustiada hablé con el y sin entender el porque le pedí que  fueramos mas rapido, lo hizo.

Después de todo, parecía ser un hombre de palabra...

La Sirvienta De Un Príncipe ¿Pequeño? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora