•Una visita•
En la entrada de los dormitorios, el calido sol de la mañana, me calentaba mientras leía un libro.
Al leer, salí por un momento de la realidad. La novela que estaba leyendo es muy interesante. Mi atención estaba en ¿que le pasará a la Sra. Estela y a su hijo Patrick?
Como estaba en los días de descanso, podía leer con tranquilidad sin que la ama de llaves me regañara. Se podría decir, que eran mis días de vacaciones donde yo podía hacer lo que quisiera... Aunque realmente no es así, todavía tengo unas reglas de parte de mi jefa que no puedo romper:
No puedo alejarme de los dormitorios ni dar paseos por el castillo durante el día y si lo hago de noche, tengo prohibido hacerlo enfrente de la familia real... Tampoco puedo correr ni caminar demasiado porque estos tres días es para que me recupere totalmente así que la regla de oro es descansar.
Lo bueno es que disfrutó leer y pasar tiempo con los demás sirvientes, apesar de que algunos no son amables conmigo.
«¡Ya viene!» Grito una de las sirvientas. Algo que me llamo la atención ¿Quien viene? Me pregunte.
Dandome un poco la vuelta, mire como mis compañeras corrian desesperadas con vestidos sencillos en sus manos.
-¿Quien viene? - Le pregunte a un sirviente que iba hacía su dormitorio.
- Ah. Viene la señora Margot... Es una mujer que cada año viene y escoge una sirvienta para transformarla en una doncella - Respondio el actuando con normalidad y luego, menciono con nada de interés - También viene su esposo, ellos se encargan de dar a los sirvientes una vida mejor.
- Ya veo... ¿Y no estas interesado en esa oportunidad? - Pregunte por la expresión que el tenía en su rostro.
Haciendo un gesto de enojo me miro - Detestó las personas de alta sociedad prefiero vivir toda mi vida trabajando como sirviente que ser uno de ellos.
Sorprendida lo mire por unos minutos. Luego el se fue caminando.
No me esperaba una respuesta así...
- ¡Kimberly! ¿Sabes donde deje mi collar azul? - Pregunto Adeline apresurada.
- Mmm... Creo que lo vi en la oficina de la jefa.
- ¡¿Que?! ¿Que hace allí?
- No lo se... Supuse que la ama de llaves te lo había quitado.
"¿Como?" Dijo Adeline frustrada adentrándose de nuevo a los dormitorios.
***
Cerré el libro que estaba leyendo para ver como corrían las sirvientas. Todas alistándose para llamar la atención de la señora Margot.
Si fuera una sirvienta normal como ellas me imagino que estaría en sus zapatos. Deseando ser una chica de alta sociedad.
Mientras observaba, pasos sonaban y como tres personas se escuchaban conversar detrás mío. Me di la vuelta y me levante precipitadamente al ver a una señora; con un vestido azul marino con joyas en el y un pequeño pero fino sombrero. Ella estaba conversando con un hombre y con la ama de llaves.
Agarre mi libro y di rápidos pasos para entrar.
- ¿Quien es ella? - Pregunto la señora Margot - Detente señorita.
Obedeciendo sus palabras me detuve y poco después, me di la vuelta.
- Ella es Kimberly, señora Margot. Es la sirvienta del príncipe Erick - Respondió la ama de llaves.
- Ya veo... Eh escuchado mucho de ella.
Con respeto y formalidad hice una reverencia - Es un gusto conocerla, señora Margot.
- Es educada. Apesar de que escuche que esta niña no fue educada para ser una criada. ¿De donde vienes, Kimberly?
- Ah... Vengo de-
Inmediatamente la ama de llaves, cambio de conversación porque el príncipe Erick, había prohibido que alguien supiera acerca de mí y de donde vine. Para el, eso era un tema que solo el y yo podíamos saber...
Rápidamente la ama de llaves llevó a la señora Margot donde las sirvientas la esperaban. Y me hacía señas para que entrara a los dormitorios.
Obedeciendola entré y Yalitza, me agarro del brazo y me llevo a ver a escondidas.
— ¿Porque no estas con las demás? Pregunte en susurro.
"Secreto" Dijo ella sonriendo. Luego nos quedamos observando como la señora Margot veía de pies a cabeza a cada sirvienta. Y como les hacía preguntas a cada una...
Al llegar cerca de la hora del almuerzo, escogió a una.
Nos alegramos mucho al saber quien era la escogida así que fuimos a felicitarla en voz alta «¡Felicidades Adeline! » Gritamos al mismo tiempo y corrimos a abrazarla.
Correspondiendo nuestro abrazo. Adeline agradecía sin poder creer que ella era la escogida. . .
Pasamos juntas la tarde celebrando en la cocina, porque el chef Roberto hizo unos postres para celebrar.
Fue un hermoso momento. De los pocos que eh tenido en este lugar... Reí y llore. Despedirse es lo mas duro, en especial que ella era para mi una hermana mayor y una de las pocas que me apoyaba y defendía.
Ahora el dormitorio se sentiría un poco solo... Pero Yalitza como sabía eso, se mudo de cama a la cama que estaba a mi lado. Para poder o intentar ser el remplazo de Adeline.
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La Sirvienta De Un Príncipe ¿Pequeño?
Novela JuvenilEn mi vida pasa lo que no espero y espero lo que no pasa... Puedo decir que mi vida esta llena de viajes inesperados. Aunque en un comienzo no era así... ¡Quien diría que una equivocación puede cambiar tu vida! De una chica normal a una sirvienta•