Capítulo 16

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•Los amigos de Erick•

Algo familiar paso como un rayo arriba mio. Todavía puedo recordar en camara lenta; su paso o mas bien, ¿vuelo?

No podía creer lo que había visto.

Sinceramente, quedar impresionada en un mundo donde todo esta fuera de lo normal, púes, no tiene sentido. En especial si ya llevas casi un mes viviendo allí.

Ya debería estar acostumbrada... Pero, tenía una idea equivocada de este mundo. Creí que todo era similar a la epoca victoriana con algunas cosas ¿mágicas? Pero... ¿No es así?

Todavía este mundo sigue asombrandome y sorprendiendome con muchos de sus misterios. Cada vez que creo saber todo de aquí y de su gente, mas sorpresas me llevo.

***

Lo que vi... ¿No fue producto de mi imaginación?

Mi mirada seguía mirando al cielo. Hasta que de mí, salio una pregunta «¡Principe Erick, ¿eso era un...? » Del cual, no fue terminada. Al notar que estaba sola. El príncipe y su hermana se habían ido... Sin decir nada... Algo que me pareció extraño y preocupante.

¿Habra pasado algo? ... ¿Sera que aquella cosa que vi, es de un enemigo? Porque.. Era militar con un escudó desconocido para mi. Espero que todo este bien y no sea así.

Dentro del palacio. Pocos segundos después de que me diera cuenta que se habían ido. El príncipe Erick y su hermana aparecieron en la entrada.

Entrando a prisa. Erick daba quejas cada vez que corría "Tuve que distraerme con esa ¡señora! ¡Abuela!" Subiendo unas escaleras, con su pequeña hermana tratando de seguirle el paso... Escuchó un fuerte sonido.

*¡Pum!* Debido a eso, se dio la vuelta precipitadamente. Encontrándose a dos personas sentadas en el pisó.

"Jajaja" Riendose un chico de cabello de un color muy curioso. Era de color negro verdoso, bueno, el se levantaba y ayudaba a una chica también a levantarse.

"Un accidente imperdonable para una princesa" Dijo el, haciendo reír a su compañera — Así... Es — Respondió ella levantándose.

Erick, mirándolos con su boca abierta. Dio un fuerte suspiró...

Y con un tono de voz simpático y agradable, los saludo. Poco despues sus dos amigos levantaron sus miradas y le devolvieron el saludo.

Luego la princesa, exclamó — Espera, ay ¡Que vergüenza! ¡¿Viste como nos caímos?!

"Sí, no mucho..." Respondió Erick.

Y su amigo volvió a ver a la princesa — Otro suceso vergonzoso más para la princesa Alison — Dijo el.

"Callate, Alan" Molesta, hizo un gestó que hizo reír a sus dos amigos. De pronto, la pequeña hermana de Erick  movio la mano de su hermano— Erick... Quiero regresar con mi hada — Dijo ella tímidamente.

"¿Hada?" Las dos amigos del príncipe, se cruzaron miradas.

Incomodo, Erick puso su mano detrás de su cabeza — Larga historia... — Explicó él — Minna, ¿que tal si la vez mas tarde? Mamá, quiere hablar contigo.

La nombrada movió su cabeza, de un lado para el otro « No... ¡Quiero volver con la hada de los dinosaurios!» Respondió ella, tomándole nuevamente de la mano — Vamos con ella ¡La dejamos sola sin despedirnos! — Añadió preocupada.

Se sentía mal por haberse ido sin decirme nada... No quería que la primera hada que había conocido, se enojará con ella.

— Minna... Tranquila, ella no se enoja por esas cosas. Es muy vieja, ella entenderá.

"¿Vieja?" Prestando atención, comenzaron a reírse sus dos amigos — Aver... Ya me interesé — Dijo Alan — Quiero conocer a la hada. Nunca eh visto una hada que sea mayor de edad.

— Yo también... Pero venimos por una misión, ¿recuerdas? — Mencionó la princesa Alison — Debemos entregarles unos papeles al rey y a los de la corte.

— Podemos hacerlo mas tarde — Respondió despreocupado Alan — Es temprano, podemos dar unas vueltas por aquí. Luego cumplir con la misión.

Golpeándose la frente, la princesa dijo — Con razón tu padre me pidio que fuera contigo...

"Jaja... Alison, tienes catorce. No te amargues la vida. Casi nunca podemos tener tiempo libre.." Dijo el, adentrándose al palacio — ¿Y bien?  ¿Donde esta la hada de los dinosaurios?

— Para tener diecisiete no eres muy maduro... Y peor, siendo del ejército...  — Comento ella y volviendo a ver a Erick, dijo — Bueno, por hoy, lo dejaré pasar. Solo porque también quiero conocer a la hada.

Al escuchar las palabras de aquellas dos personas, Minna salto de la alegría. Volviendo a ver a su hermano, con unos ojos brillantes e inocentes que al instante lo convencieron de ir a verme. Algo que nunca haría sin razón alguna ¿que pensara la anciana de esto? (Se preguntaba el) ....

La Sirvienta De Un Príncipe ¿Pequeño? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora