Capítulo 38

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Distracción y huida

Entrando en el palacio, los dos muchachos se pararon al lado de los hombres del conde.

El muchacho idéntico a Ancel golpeo el hombro de un hombre, provocando que este se defendiera y creyera que fue plan del príncipe para escapar..

Con una sonrisa el chico esquivaba cada movimiento. Luego empujo al hombre dejándolo caer en la espalda del conde.

- ¡Es una emboscada! ¡Los humanos nos atacan! - Grito el conde totalmente asustado - Sabían que hoy iba a descubrir su malévolo plan.

La chica de cabello marrón tomo de la mano a Erick.

- Kim... Deberías aprovechar esto y escapar con Ancel. A mi no me harán nada - Dijo Erick preocupado. Sin entender lo que estaba sucediendo.

La chica lo llevo junto a su familia.

Luego, ambos jóvenes jugaron con los hombres del conde de tal manera que se atacaran entre sí.

Al terminar con su trabajo, el humo desapareció. Y los dos muchachos también.

Un fuerte grito se escucho en todo el palacio y en las afueras del castillo. El grito era del conde y del rey quienes ordenaban que nos fueran a atrapar.

***

Jadeos continuos sonaban en la salida del castillo. Yo y los demás corríamos sin pausa alguna.

Kared, ayudándonos a escapar nos señalaba lugares secretos del castillo donde habían salidas que solo los guardias y amigos del rey podían saber.

Entrando en una, pasamos por un pasadizo subterráneo. Allí me di cuenta que odio los lugares angostos.

Corriendo sin prestar atención a el lugar, sigo a Kared y los demás.

He Inmediatamente escucho un sonido.... El sonido era de un ¿Tambor?

Volví a ver hacia atrás por unos segundos, allí estaba un señor tocando el tambor y cantando una rara canción.

- Oh, miren a quienes encontré - Dijo el - Bienvenidos, ¿necesitan ayuda?

Extrañada lo mire por unos segundos y Ancel, agarrandome de la mano me jalo con fuerza. Siguiendo el camino sin detenerse, el me pidió que no me distrajera ni prestara atención a esa persona.

" Oigan, les estoy hablando. "
Dijo aquella persona.

Al escuchar eso, volvi a ver a Ancel. El seguía corriendo, entonces, hice lo mismo.

Al final salimos del subterráneo y llegamos a un tipo de jungla. Kared y Ancel pusieron cosas pesadas en la puerta para evitar que si venían guardias por ese camino, ellos no lograran salir por esa puerta.

Seriamente mire el lugar. La prometida de Kared jadeaba continuamente:

- Nunca he corrido tanto en mi vida... - Dice ella sin aliento.

Volviéndola a ver, pregunte:

- ¿Necesitas descansar?

- ¿Se puede?

Las dos volvimos a ver a los chicos quienes hablaban de planes y lugares.

- No lo creo... - Dijo la prometida de Kared dejando escapar un suspiro..

Notando como la princesa se tocaba los pies quejándose en silencio. Volví a ver a los príncipes...

Se que debemos correr y escondernos pero, no creo que la princesa ni yo le podamos seguir el ritmo. No con estos tacones.

La Sirvienta De Un Príncipe ¿Pequeño? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora