Trabajo en Crear

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Tiritó levemente al estar cerca de aquella zona oculta entre la arboleda, si alguien se hubiera atrevido a preguntarle por qué repentinamente se fijaba en algo tan insignificante probablemente sonreiría de costado y comenzaría a relatar lo maravilloso que era estar en las cercanías. Antes de adentrarse a la zona de peligro viró verificando que nadie estuviera acechándolo.

¿Quién podría ser tan tonto como para seguirlo a la misma muerte?

Con todo analizado él continúo caminando hasta que sus movimientos se perdieron en la oscuridad, con familiaridad ejecutó pasos firmes sin necesidad de luz para llegar hasta una gran puerta, al empujarla un chirrido se escuchó en toda esa gran habitación.

—¿Qué noticias traes?—la firme voz de un sujeto resonó.

—Amo, de verdad no tiene tacto—suspiró el recién llegado.

—No tengo tiempo para muchas formalidades—la figura de ese joven emergió de la oscuridad y las llamas de las antorchan cedieron conocer sus hebras doradas y el resplandor de sus ojos verdes—pasaste mucho tiempo en el exterior, debes tener muy gratificantes noticias, Dreun.

Dreun lamento derrotado, en una rápida maniobra acomodó sus cabellera roja y una sutil sonrisa adorno su pálida piel.

—No son grande noticias, amo Aedus—habló elevando sus hombros—estuve siguiendo al Ladrón de la Luna, lamentablemente él no encontró lo que estamos buscando y creo que unos magos complicaran un poco la búsqueda.

—¿Magos?—cuestionó arrugando su nariz—debe tratarse de un gremio ¿Quiénes son?

—Fairy Tail.

—¿Fairy Tail?—murmuró pensativo, si escuchó de ese gremio en alguna ocasión, no obstante, achicó sus ojos intentando recordar más—síguelos de cerca.

Dreun abrió estrepitosamente sus ojos, eso significaba más trabajo, no solo debía esperar noticias del Ladrón de la Luna sino ahora de los magos de Fairy Tail.

—De acuerdo, amo Aedus. Regresaré con noticias detalladas de ellos.

—Cuento contigo, Dreun. Apresúrate—Aedus le hizo una señal con una mano y Dreun se marchó despidiéndose de él con una mueca, el nombre de aquel gremio volvió a ser formulado por él, se recostó contra una pared y analizó minuciosamente que en unos días tendrían la gran oportunidad—La Superluna.

(...)

—¡¿Qué diablos pensaban?!—el estruendoso grito del maestro los hizo bajar la cabeza apenados, eran apenas las diez de la mañana y estaban seguros que los demás inquilinos estarían molestos, las pobladas cejas del maestro se contraían con dureza—¡Mocosos! ¡Casi me da un infarto cuando me llegó el costo de todos sus destrozos!

—Viejo, no es para tanto—resopló Natsu.

—¡Eres el menos indicado!—bramó Makarov, Laxus apareció atrás del maestro y lo retiro para que los magos lo vieran a través de la Lacrima de comunicación, con una simple señal apareció Mirajane al lado del rubio.

—Vaya, vaya, al parecer no se quedaron muy quietos—comentó sonriente.

—Si—respondió Erza lanzándole una mirada sombría a Natsu y Gray—estamos trabajando en el siguiente punto de encuentro con el Ladrón de la Luna.

—Estoy seguro que eso es lo único que hará feliz al viejo—apuntó Laxus alzando una ceja.

—No los vamos a defraudar—prometió Titania.

—Sabemos que así será, nos despedimos—ambos se despidieron de los magos con un mano, cuando la bola de cristal dejó de brillar los integrantes del grupo observaron expectantes la silueta estática de Erza. Al ser posible visualizar su rostro retrocedieron aterrados por la siniestra sonrisa que les regalaba.

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