Lucy no era consciente de la misteriosa situación hasta que escuchó atentamente a Eriol y Allen explicar por qué estaban allí. Con cada palabra dicha su corazón se sumía en una inexplicable impresión pesada. En cuanto sus dedos acariciaron la joya que yacía en su poder una abrumadora sensación recorrió su cuerpo.
—Yo...ya regreso —la maga estelar se perdió entre los árboles intentando impedir que sus temblorosas piernas le jugaran una mala pasada.
Natsu sin meditarlo más se puso de pie y la siguió dispuesto a estar a su lado en ese momento tan arrebatador.
—¿Son novios? —preguntó Eriol interrumpiendo el silencio.
Los magos observaron la fogata armada de manera improvisada y en unísono suspiraron agotados.
—Algo así —sentenció Gray sonriente.
(...)
Aunque era un muchacho muy efusivo y para nada prudente entendía que en ese instante Lucy necesitaba silencio, la maga con la mirada perdida en el cielo ansiaba vislumbrar entre la confusión de aquella carga que de la nada apareció en su vida.
Una carga que Eriol y Allen adelantaron sería muy complicada; continuó recostado contra un árbol contemplando fijamente a Lucy, la rubia estaba sobre una gran roca sentada balanceando sus piernas con la espalda encorvada.
Tomó la iniciativa de acercarse para que ella intuyera que no estaba sola, las hojas secas y las ramas crujían con cada uno de sus pasos, Natsu carraspeó al quedar al lado de la maga estelar, sus manos ingresaron a sus bolsillos y sus dedos rozaron el collar que no pudo regalarle la noche anterior.
Lucy lo miró fugazmente y retornó sus ojos castaños al suelo con resignación.
—Deben regresar a Magnolia —sentenció ella.
Natsu pestañeó elevando sus cejas y sin poder controlarlo se ubicó frente a ella bruscamente.
—Ni lo pienses —refutó buscando encontrarse con su mirada.
—Natsu, por favor, estoy segura que tu entenderás —Lucy cerró sus ojos por unos instante buscando aliviar el ardor—. Es una situación que solo tiene que ver conmigo, ustedes no deben salir perjudicados.
Natsu lejos de bramar furioso como sospechaba logró respirar y advertir que las palabras de Lucy no eran verdaderas, era imposible que pidiera algo como ello sabiendo la determinación que ella profesaba en cada una de sus acciones. El mago de fuego liberó una sonora carcajada provocando que la maga alzará su cabeza impresionada por aquel comportamiento fuera de lugar. Lucy dio un brinco al percibir que las manos de Natsu se posaron sobre sus hombros.
—Lucy eres muy divertida —la intensidad de Natsu la hizo sentir protegida aunque no se atreviera a decirlo—. Créeme que aunque exista el milagro de que yo acepte los demás no lo aceptaran.
—¿Qué cosas dices, Natsu? —Lucy miró a Natsu con desosiego—. Te lo suplico, deben regresar a Magnolia —sus dedos apretaron los brazos del mago reflejando la impotencia que su ser estaba experimentando en aquel punzante minuto.
—No, Lucy. No te dejaremos sola en esto.
—¡¿No lo entiendes?! —bramó desesperada rechinando sus dientes—. ¡Esto a ustedes nos les compete! ¡Deben dejarme sola en esto! ¡Por favor!
Natsu estrujó sus labios y se mantuvo firme a pesar que Lucy agitaba su cuerpo con desesperación, la escuchó gritar con su voz agrietada y observó con abatimiento sus ojos fatigosos por la pesadumbre. Entonces en ese momento se preguntó que podría hacer por ayudarla, Lucy siempre estuvo a su lado y aunque él no fue consiente también estuvo al lado de ella.
No se movería, ni aceptaría semejante propuesta porque discernía perfectamente que su existencia estaba al lado de ella. Natsu apartó sus manos de los hombros de Lucy y sin darle tiempo atrapó su cuerpo entre sus brazos resistiendo sus intentos por alejarse de él.
—No te dejaremos Lucy. Eres nuestra familia y enfrentaremos todo esto en familia.
—Natsu... —sin poder decir más se refugió en sus brazos permitiéndose llorar. Natsu comenzó a acariciar su cabeza y supo que no existía ningún otro lugar donde pudiera sentirse mejor.
Tenía miedo por ellos, por el futuro incierto que se avecinaba sin piedad, sin embargo, la calidez que desprendía Natsu se había internado en ella avecinándola a la tranquilidad de que todo saldría bien.
—Tranquila, entiendo cómo te sientes y te prometo que regresaremos todos juntos a Magnolia —continuó rozando su cabeza apreciando la gracia de su cabellera contra la palma de su mano.
Sin una palabra de por medio continuaron abrazados hasta que la calma llegará a ellos porque al salir de ese lugar deberían enfrentar el nuevo reto que se cernía ante ellos. Sumidos en la sensación de aquellos sentimientos pasaron por alto que a lo lejos sus figuras se reflejaban en unos ojos azules brillantes.
(...)
—Nuestro Señor está muy tranquilo para mi gusto —expresó Dreun, sus compañeros asintieron a la vez esperando alguna palabra de parte de Aedus.
El rubio levantó su cabeza y elevó la comisura de sus labios.
—Que Nuestro Señor enviará a su mano derecha para ayudarnos en la batalla pasada dice mucho respecto —el joven realzó sus hombros—. Pero debemos hacer lo posible por evitar que lleguen a la intercepción.
—Intercepción... —repitió Kayat.
Los presentes intercambiaron miradas resignadas, no existía más opción, debían prever los movimientos de la guardiana de la Lágrima del Hada.
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Manten tu vista en la Luna
FanfictionEl misterioso "Ladrón de la Luna" amenaza Fiore. Los magos de Fairy Tail serán los encargados de luchar contra él y restablecer la paz. Sin embargo, hay mucho más que una simple misión, un legado proveniente de años recae en Lucy y la reclama com...