Una promesa en el horizonte del amanecer

404 27 13
                                    

Kayat no apartó la mirada de los magos de Fairy Tail, la irritación era tanta que sus manos se cerraron en puños, aún escuchaba los reclamos de Yui minutos atrás y sobretodo la mirada decepcionada de su amo Aedus al descubrir que la Lagrima del Hada no lo había escogido como su portador.

Sus ojos filosos se posaron en la maga inconsciente en los brazos de aquel que le había respondido con una visible convicción. Luego de investigarlos tuvo en claro que eran magos de un gremio donde preferían morir a dejar a un compañero en manos del enemigo.

—No tengo tiempo para esto —farfulló el castaño por lo bajo, en cuestión de segundos sintió la presencia de sus dos compañeros.

—Te ves tan imponente, Kayat —habló el pelirrojo soltando una risilla, antes de Yui fuese capaz de articular alguna palabra su burlona risa se convirtió en una seria expresión—. El amo Aedus fue a hablar con nuestro Señor.

Kayat regresó su mirada a aquellos magos que continuaban con un semblante cauto.

Yui, se tensó en su lugar, su capucha cubría gran parte de su rostro circunspecto, era imposible que en medio de esa oscuridad iluminada por la luz rojiza alguien la distinguiera y en su interior ansiaba que fuera así.

—¡Oigan! —bramó Gray exasperado de esperar alguna señal de esos tres sujetos, bastaron unas sigilosas miradas entre ellos para que Natsu aceptará dejar a Lucy al cuidado de Allen—. ¡Se van a quedar esperando!

Dreun suspiro esperando que todo esa noche saliera al favor de ellos, ya era suficiente con la descomunal noticia de que su amo no era el Heartfilia encargado de proteger la joya.

—Lamento que no hayan querido llevar esto por las buenas —habló Yui esbozando una socarrona risa.

Con solo un movimiento por parte de Dreun un fuego azul surgió rodeando a los magos de Fairy Tail, sorprendidos por aquel ataque se reunieron en el centro sabiendo que encerrarlos era su principal objetivo, Natsu persiguió con la mirada los movimientos violentos azulados de las llamas, su labio se arrugo al pensar en Lucy, no importa que sucediera debía asegurarse que Lucy saliera con vida de esa situación.

—Hey —elevó la voz dirigiendo su severa mirada al pelinegro—. Si Lucy llega a tener un rasguño te la veras conmigo.

Allen achicó sus ojos con cierto recelo, durante años estuvo preparado para proteger a su ama, no era necesario que aquel mago estuviera resaltando su labor, Eriol al percatarse de aquella reacia actitud de su compañero se colocó a su lado sonriente.

—Es nuestro labor protegerla, este seguro que saldremos de esta con ella a nuestro lado.

Al finalizar aquellas palabras los magos de Fairy Tail asintieron a la vez, con Lucy en manos de aquellos sujetos podían luchar sin temer por su seguridad.

La sonrisa satisfecha de Dreun se borró por completo, el fuego estaba siendo extinguido, sus llamas azules eran absorbidas como si fuera algo tan simple, mientras las llamas desaparecían se vislumbraba a los magos de Fairy Tail parados firmemente y a Nastu tragarse las llamaradas con suficiencia. Kayat frunció su entrecejo maldiciendo haber olvidado que uno de los magos que acompañaban a la protectora era un dragón slayer de fuego.

—Gracias por la comida —habló Natsu limpiando su mejilla con el dorso de su mano, las comisuras de sus labios enaltecieron declarando el inicio de una dura disputa.

De repente los tres magos intrusos miraron a sus rivales, Dreun corrió a embestir a Natsu. Kayat inmediatamente se lanzó contra Juvia y Gray, Yui fue contra a Erza, Jellal y Gajeel.

Erza gritó pidiendo a Levy y Wendy que encargasen de cuidar al anciano. Ambas magas se dirigieron al portador actual de la Lagrima del Hada que entre bocanadas desesperadas rogaba por la seguridad de Lucy. El silencio antes de estallar la batalla provocó un escalofrío en Levy, al regresar su mirada divisó una voluntad enérgica en ambos bandos.

Manten tu vista en la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora