—¡Lu!
Lucy permaneció estática en su lugar, el silencio lamentable por parte de sus nakamas le dio a entender que estaban en las mismas condiciones que ella. Zeref volteó dándole la espalda a quien fue su sirviente más fiel, se apartó dejándolo ahogarse en su lamento para centrar su oscura mirada en Lucy. No le permitió reaccionar y alcanzo una señal de advertencia a Natsu para que no reaccionara en defensa de Lucy.
—Guardiana —susurró, su voz lúgubre resaltó a pesar que los lastimeros jadeos de Nat colmaban el lugar—. No deseo pelear en este momento, aprendí a lo largo de estos años que pelear no lleva a nada ventajoso. La luna llena será en dos días y estamos cerca de la intercepción.
—Habla de una vez —le exigió Lucy, rencorosa.
Zeref esbozó una satisfactoria sonrisa.
—Nos veremos allá en dos días, solo cuando estemos allá la Lagrima del Hada podrá dirigir, en ese momento no tendré piedad con nadie de los que te acompañan —el hombre desvió su mirara de Lucy y observó por encima de su hombro al Ladrón de la Luna—. Eso significa que por fin terminare contigo, Eniji. Llevas lo repulsivo de tus padres, lo disfrutare.
—No tienes derecho —recriminó, Lucy, observó a Nat abrazando desesperadamente a Lu—. Eres un monstruo.
—Tus palabras deben ser sagradas, guardiana. Guarda tus modales.
En cuanto su promesa de verse en dos días se selló Zeref desapareció ante ellos tranquilamente. Demostraba su paz por haber encontrado la forma de dar cara a una batalla procedente de años atrás.
Lucy pestañeó queriendo liberarse de aquella pesada angustia, los ojos de Aedus fueron abriéndose, su frente se arrugó por la pesadez en su cabeza, el olor a tierra le causó un indescriptible malestar, no obstante, un grito desaforado atravesó su cabeza provocando un dolor agudo.
Nat abrazó a Lu entre lamentos rogando porque fuera toda una pesadilla, al percibir el acercamiento de Natsu le lanzó una mirada de advertencia, su voz escapó de su garganta como un rugido lúgubre y sus brazos de afianzaron alrededor del cuerpo de Lu.
—Nat...
—susurró Lucy, aproximándose a la devastadora escena.
—Ella...ella...ya no está —articuló el muchacho buscando su calor, sus dedos se aferraron a su figura y observó con dolor sus facciones pacificas alejadas del mundo—. Lu...
Natsu apretó sus labios conteniendo el ardor que apretaba su pecho, aunque no eran idénticos sabía que reaccionaria de la misma manera, ya había visto morir a Lucy en una ocasión y la sensación era tan atroz que le era punzante intentar volver a recordar, no obstante, aquel miedo había cobrado vida ante él y esta vez era testigo de semejante escenario que en algún futuro temía protagonizar.
Los magos de Fairy Tail y los guardianes de Lucy conservaban la misma expresión de melancolía, hace unos instantes en ese lugar se desataba una lucha y ahora era como un funeral donde el silencio era interrumpido por los sollozos de la única persona que la amo.
—Nat... —Lucy pasó de Natsu y se acercó a Nat, angustiada. El muchacho rechino sus dientes, desesperado, la miró como si ella fuera una especie de anhelo que no podía nunca más poseer.
—Perdón... —masculló apretando su mejilla contra la cabeza de Lu.
Lucy se inclinó y sus rodillas se ensuciaron al caer sobre la tierra, el malestar que Nat estaba experimentando ondeaba en lo más recóndito de su corazón. Su cuerpo vibraba por la explosión de sus emociones, era tan diferente al cuerpo sin vida de Lu.
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Manten tu vista en la Luna
FanfictionEl misterioso "Ladrón de la Luna" amenaza Fiore. Los magos de Fairy Tail serán los encargados de luchar contra él y restablecer la paz. Sin embargo, hay mucho más que una simple misión, un legado proveniente de años recae en Lucy y la reclama com...