¿Sabe qué le puede separar de DIOS?

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Muchas personas no logran alcanzar la comunión con Dios a causa de eso

Desde Adán y Eva, el pecado ha aprisionado a la humanidad a la condenación eterna (Romanos 6:23).

Por eso, el Dios Hijo tuvo que venir al mundo en forma de hombre para salvarnos de este terrible destino (Juan 3:16).

El problema del pecado

Ante aquellas personas, el Señor Jesús aclaró cuán nocivo es el pecado. Para Dios, la rebeldía en contra de los mandamientos bíblicos es lo mismo que condenarse a muerte.

Para ejemplificar, el Hijo de Dios hace una analogía. En los tiempos antiguos, era común que el pueblo que perdía una guerra se convirtiera en esclavo del pueblo que venció. Así mismo, Cristo hace esa comparación con los que no resisten al mal y se vuelven sus esclavos.

“Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado” 
Juan 8:34

“Aquellos que viven dominados por la práctica del pecado están atrapados en las más profunda esclavitud. Eso significa que, delante de Dios, esas personas viven en constante estado de rebelión contra Él. De esa manera, asumen al diablo como su señor, por eso, sufren todo tipo de fracaso”, señala el obispo Edir Macedo.

Entonces, ¿cómo resolver el problema?

Pero, hay una solución para este conflicto, la cual es señalada por el propio Señor Jesús.

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” 
Juan 8:36

Por medio del sacrificio del Hijo legítimo del Dios Padre, la humanidad puede volverse libre de esa condición de esclavitud del pecado.

Un esclavo no tiene derechos. Su única función es someterse a los deseos de su señor.

Cuando los demonios son señores de una persona, ella enfrenta las más terribles perturbaciones en su vida. Insomnio, depresión, dolores de cabeza constantes, por ejemplo, son algunos de los problemas.

En cambio, el Señor Jesús no solamente nos vuelve libres del mal, sino que nos concede la oportunidad de ser también hijos de Dios.

“… el hijo disfruta la estabilidad y los privilegios permanentes ofrecidos por el Padre. El hijo es el que obedece a Dios, y el esclavo es todo aquel que se mantiene rebelde contra Su Palabra”, concluyó el obispo.

Busque la presencia de Dios

Si usted desea volverse un hijo o hija de Dios, no pierda tiempo y preséntese ante Él.

Tomado del blog Universal México.

Cerca de DIOS © [Segundo Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora