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¿Por qué la resurrección del Señor Jesús es tan importante?

Puntos principales de la Biblia

La última fase de la misión del Señor Jesús en forma de hombre en la Tierra fue marcada por varios acontecimientos. Estos aclararon puntos centrales de la fe.

Por ejemplo, por medio de la ceremonia de la Santa Cena propiciada por Cristo y sus discípulos, vimos que Él era el Cordero inocente que fue sacrificado para el rescate de los que creen. Después, en el Monte de los Olivos, entendemos que Él recibió sobre Sí mismo los pecados de la humanidad y, por eso, sufrió el dolor de Ser separado del Reino de Dios. Y, posteriormente, en la crucifixión, vimos que, tras Su resurrección, Él les daría a los que creen la oportunidad de vivir la eternidad en Su Reino.

¿Cuál es la importancia de la resurrección del Señor Jesús?

La resurrección representa el perdón de los pecados para los que recibieron al Salvador en sus vidas. Garantiza que los salvos vivirán para siempre en el Reino del Altísimo en una paz bendecida, tras el fin de la vida terrenal. Por eso, es tan importante en el mensaje de la Biblia.

Tal como el apóstol Pedro enfatiza en una de sus cartas a los cristianos: «llevó Él mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados» (1 Pedro 2:24).

Es necesario tomar una decisión

No obstante, para que la Salvación se realice en la vida de una persona, es necesario que reconozca que necesita cambiar su manera de pensar y sus actitudes.

Esa fue la enseñanza enfatizada por el propio apóstol Juan: «Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad» (1 juan 1:9).

En otras palabras, el Señor Jesús no vino al mundo para condenar a las personas. Sino para recibirlas y transformar sus vidas.

«Al reconocer y arrepentirse de sus pecados, culpas e impurezas, el ser humano atrae para sí mismo la misericordia de Dios. Cuando se humilla y confiesa sus errores ante Él, con la firme decisión de abandonar definitivamente sus transgresiones, recibe Su perdón. Las Escrituras no presentan otra posibilidad para que el hombre sea perdonado por el Altísimo sino por medio de ese camino. Admitir el error exige humildad, pues contraría a la naturaleza humana.

Aquellos que continuamente se vencen a sí mismos reciben la purificación de la Sangre del Señor Jesús. Por lo tanto, Él, que cumplió la Obra de redención fielmente, está listo para absolver y justificar a todos los que se arrepienten de sus pecados y empiezan a estar en la sinceridad», orienta el obispo Edir Macedo.

El cuerpo muere, pero el alma es eterna

Por eso, la muerte del cuerpo humano no es el fin. Sino el inicio de una vida que durará para siempre.

Como el Señor Jesús alerta: «… irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna» (Mateo 25:46).

Bautismo en las aguas

Por eso, el bautismo en las aguas es algo muy importante. Porque representa un marco entre la vieja criatura y la vida con el Señor Jesús.

Por lo tanto, si aún no te has bautizado en las aguas, toma una decisión y no pierdas tiempo. Haz una alianza con el Santísimo y entrégale tu vida a Él.

Tomado del blog Universal México.