Cerca de DIOS © [Segundo Libro]

¿Cómo vencer la batalla en la mente?

Si usted acostumbra escuchar las voces negativas, escuche la única voz que le puede llevar al éxito

En cada momento, ocurre un bombardeo de voces en su mente. La voz del valor, del miedo, de la duda, de la osadía y de varias personas hablando al mismo tiempo, disputando su atención.

Por eso, la mente humana se convirtió en el campo de batalla del planeta. Pero de todas esas voces, la fe debe tener el volumen más alto. Pero ¿cómo hacer eso? La Palabra de Dios muestra el secreto:

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:18).

“Lo que usted ve es pasajero. Sea bueno o malo, está sujeto a cambios. Tal vez sus ojos le están mostrando la crisis, deudas, problemas. Pero la voz de la fe dice otra cosa: la solución para aquella situación”, dijo el obispo Edson Costa.

Esa fe se caracteriza por la certeza, dada por Dios, de que todo saldrá bien, lo cual conlleva paz, tranquilidad… Aunque los ojos vean que todo sale mal, la voz de la fe es más fuerte.

Protéjase

A lo largo de la caminata, una serie de obstáculos surgen para intentar contaminar la fe, hacerla quedar llena de dudas y volverla ineficaz. Por eso, es necesario estar atento para protegerla.

“Usted debe tener mucho cuidado con las personas negativas o al hablar de su fe con quien no cree. Aléjese de las personas tóxicas. No deje que nada desestabilice la certeza que Dios puso en usted, pues esta guiará su vida”, orienta el obispo Edson.

Un ejemplo de quien guardó una certeza dada por el Señor durante años fue Noé. Dios le dijo que construyera un arca inmensa, pues habría un diluvio. Eso era una locura, pero no le importaba lo que la sociedad dijera, la voz de la fe habló más alto.

“No sé lo que el Altísimo le dijo, pero si Él dijo que usted crecerá, es porque así será. Si Él dijo que usted será millonario, crea, pues usted lo será. Cuando la persona empieza a oír la voz de la fe, poco importa lo que los ojos ven, solo es cuestión de tiempo para que eso suceda”, concluyó.

Tomado del blog Universal México.