Venganza o Castigo

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Tomé mi bolso y fuimos directo al ascensor nos encontrábamos en el piso 31, cuando la puerta se cerraba Chris entró, se paró a mi lado izquierdo y Henry a mí derecha,  quedé en medio de los dos, podía sentir la respiración agitada de Chris llena de rabia.
El ascensor comenzó a bajar y en cada piso que paraba entraba mas y mas personas. Cada vez estábamos mas apretados, hasta que en el piso 27 entraron varias personas y se interpusieron entre Henry y yo escasamente nos veíamos, me tuve que echar un tanto para atrás, para evitar que me pisaran, y sin darme cuenta me topé de espaldas contra el cuerpo de Chris que había quedado detrás de mí. Inmediatamente y sin mirar atrás di un pequeño brinco e intente alejarme pero sus manos me retuvieron agarrándome de la cintura.

Me puse muy nerviosa, pero por alguna razón no me aparté de él. Chris  sentía la respiración de Chris en mí cuello, y el olor de la loción Gucci Guilty Black que traía con él ese día me invadía por completo.

El ascensor seguía bajando y parando en cada piso, salían algunas personas y entraban otras, pero el ascensor seguía lleno.

Sus manos descendieron lentamente y empezaron a acariciar mi trasero y mi corazón se empezó a acelerar. No podía moverme, no quería moverme. Estaba cada vez más apretada a él y empecé a notar su miembro duro contra mí, estaba sudando y a la vez tenía la piel erizada.

El ascensor estaba cada vez más lleno y había menos espacio, yo permanecía inmóvil pegada a él, mientras me tocaba el muslo.

Íbamos en el  piso 21. De repente se escuchó un extraño sonido y se detuvo el ascensor quedando por un instante a oscuras completamente, por favor conserven la calma.

Intentando mantener la calma, Henry me preguntó:

- Maia te encuentras bien?
-  Sí estoy bien. Dije con voz algo entre cortada.

Entonces la luz roja de emergencia se enciendio y una voz en off por el altavoz sugiere que debido a problemas técnicos el ascensor permanecerá por el momento parado hasta poder resolver la incidencia.

- Ojalá no tarden mucho en solucionar el problema. Dicen algunas personas que venían en el ascensor

Allí estaba yo, sin poder moverme, podía sentir mi respiración, cada vez mas fuerte, estaba asustada y a la vez muy excitada, quería gritar, quería escapar, hice un intento de zafarme y entonces me dio una palmada en el un de mis glúteos me quedé inmóvil, volví a intentarlo de nuevo y volvió a azotarme un poco más fuerte, me excitó tanto que me quedé quieta, esperando, anhelando.

Una de sus manos  comenzó a subir por la parte baja de mi vestido, lentamente y empezó a tocarme, cada vez mas con mas intensidad, mis muslos, y con la otra mis pechos, mis pezones duros, metió su pierna entre las mías para separarlas, y llevó su mano hasta mi clítoris y empezó a acariciarlo rítmicamente, con un movimiento perfecto, y entonces me di cuenta de que estaba jadeando y moviéndome contra su mano, contra su pene que se erguía tras de mi, estaba tan caliente y tan húmeda que no podía aguantar más, hasta que dos de sus dedos entraron en mí.

Su aliento contra mi cuello, sus dedos dentro de mí, moviéndose cada vez mas rápido, cada vez mas fuerte, susurro a mi oido.

Su aliento contra mi cuello, sus dedos dentro de mí, moviéndose cada vez mas rápido, cada vez mas fuerte, susurro a mi oido

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Chris Evans Mi Compañero De oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora