Espero que les guste y disfruten de la lectura como yo la estoy disfrutando escribiéndola. Es una historia hot con nuestro dorito Chris Evans, después de intentarlo varias veces, salió esta historia que, creo, no quedando tan mal. Por supuesto, me...
Estaba entrando a mi séptimo mes de gestación y mi barriga era cada vez más grande Matt iba a ser igual de grande que su padre, estaba en la oficina terminando unos informes para la reunión que Robert iba a tener el lunes aún me faltaba mucho para hacer, todos comenzaron a irse.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Mía que haces aquí todavía? - dijo Robert - Estoy terminando el informe para el lunes. - Mía vete a casa, estás embarazada y debes descansar. - Lo sé pero ya casi termino, 30 minutos más y me voy a casa. - Ok.. eso espero.
Robert fue el último en salir del edificio, esos 30 minutos se habían convertido en 2 horas, estaba muy cansada Henry llamo a mi celular.
- Mía donde estás? - En el trabajo - Y que haces todavía allí? - Estoy terminando un informe, en 30 minutos me voy. - Eso espero, porque sino voy por tí. - No te preocupes no va hacer necesario.
Colgué, me quite los zapatos y comencé a mover el cuello estaba realmente cansada, y tenía un fuerte dolor de cabeza. Sin darme cuenta el ascensor se abrió y Chris salió de el, había regresado a la oficina por su celular que lo había dejado olvidado, entro a su oficina y al salir me vio sentada con mi mano en mi cuello.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se acercó a mí y colocó sus manos en mis hombros me asusté y voltee a mirar
- Chris que haces aquí? me asustaste. - Discúlpame no quise hacerlo.. y tú qué haces aquí a esta hora? - Terminando un informe para el lunes - Mía debes descansar estás embarazada. - Pero no enferma.
Chris colocó nuevamente sus manos en mi cuello para darme un masaje.
- Chris que haces? - Darte un masaje.
Las manos de Chris en mí cuerpo me hacía estremecer, era realmente placentero.
- Ven siéntate en el sillón estarás más cómoda. - Chris no es necesario. - Mira como tienes tus pies, ven siéntate aquí te doy un masaje.
No pude negarme realmente necesitaba ese masaje. Nos sentamos en el sillón, Chris comenzó a masajear mis pies muy suave, se sentía muy bien, cerré mis ojos y me deje llevar por los movimientos de sus manos.
