𝑴𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕© <byler>

𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝟥

Once y yo caminamos hacia nuestra casa comentando el día de hoy. Ella no para de hablar de Mike y de lo mucho que le quiere, yo finjo que la escucho pero sin embargo estoy sumergido en mis pensamientos. No puedo parar de pensar en aquel momento en el lavabo del cine, en el que Mike y yo nos quedamos unos segundos en silencio mirándonos... sentí algo que nunca había sentido antes, es raro de explicar. Una parte de mí sabe por qué se siente así pero la otra no lo acaba de aceptar. Pero si sé que lo que sentí en ese momento fue real y que no lo voy a poder olvidar, aunque sé que él no sintió lo mismo que yo, y eso en parte me duele. Mierda, ¿por qué sigo comiéndome la cabeza con estas cosas? Me odio.
Vuelvo al mundo real y veo que Once sigue con su monólogo sobre Mike, pero no la culpo, es mi hermana y la quiero, además yo también llevo todo el camino pensando del él.

— Ojalá nos pudiéramos quedar aquí para siempre —dice mi hermanastra, abriendo la puerta de la casa ¿ya hemos llegado?

— Pero no podemos, Ce —odio desanimarla pero no quiero que piense que hay posibilidades de quedarnos, aunque yo tampoco me quiero ir.

— Ya lo sé... —me mira y sonríe– así que tenemos que aprovechar —amo que siempre sea tan positiva, no como yo.

— ¡Habéis vuelto! —dice mi madre acercándose a nosotros— ¿tenéis hambre? ¿queréis comer algo antes de cenar? —siempre se preocupa mucho por nosotros y se lo agradezco, pero ya no somos niños pequeños.

— Yo no tengo hambre, gracias señora Byers —responde mi hermana sonriente.

— Oh vamos Ce... sabes que no tienes por qué llamarme así.

— No la presiones, mamá —digo y rápidamente busco cualquier cosa para cambiar de tema— ¿y Jonathan?

— Está con Nancy, vendrá mas tarde —dice mi madre, en el fondo echo de menos pasar tiempo con mi hermano.

— Vale —bostezo— creo que voy a subir a mi habitación, tengo sueño —y es verdad, ha sido un día con demasiadas emociones.

Subo a mi habitación sin pensármelo 2 veces. Tengo que admitir que también tenía ganas de volver a ver la habitación en la que crecí y pase la mayor parte de mi vida, me trae demasiados recuerdos.
Entro y lo veo todo tal y como estaba aunque supongo que mi madre la ha limpiado un poco porque dudo que estuviera así de bien todo el año. Me siento en mí antigua cama y miro todo lo que hay a mi alrededor, esto es como retroceder en el tiempo, es una sensación algo extraña pero no la cambiaría por nada. Me gustaría poder quedarme aquí para siempre, no sé por qué mi madre decidió mudarse, creo que es porque aquí hay demasiados recuerdos malos, pero el demogorgon ya no va a volver, aquí estaríamos a salvo, tenemos a nuestros amigos y gente que nos quiere. No como en nuestra nueva casa.

(...)

— Hey Will tienes alguna camisa para dejarm... —dice una voz y hace que me despierte de golpe, joder que susto— ah mierda lo siento, no sabía que estabas dormido —ríe.

— ¿Mike? —me incorporo en la cama y le miro—
¿Q-qué haces aquí?

— Tu madre nos ha invitado a cenar, pero no sabía que era una cena formal y quería ver si me podías dejar una camisa o algo —¿a cenar? Mi madre no me había dicho nada.

— Ah si claro, la cena —digo fingiendo que sé de lo que habla— y si, puedes coger lo que quieras del armario.

— Gracias —dice y se quita su camiseta, joder...— ¿tu no te vas a vestir para cenar?

— Eh... —intento dejar de mirarle y decir algo, me estoy poniendo muy nervioso— s-si, en cuanto te vayas ya me arreglo.

— ¿Por qué no ahora? —agarra una camisa del armario y me mira.

— Porque... —intento buscar una excusa pero no puedo, tierra trágame ahora mismo— no sé, todavía no sé que ponerme.

— Cualquier cosa —dice y me tira una camisa diferente del armario y unos pantalones, mierda Mike, esta no es tu casa— venga, tu madre nos está esperando.

— Claro... —me levanto de la cama sin saber que hacer, sin pensármelo dos veces me quito la camiseta y bajo la atenta mirada de Mike busco la ropa que me ha lanzado entre las sábanas.

— ¿Te espero y vamos juntos allí?

— Si no te importa prefiero tomarme mi tiempo, puedes ir yendo tú.

— Está bien, no tardes —dice cerrando la puerta de mi habitación y se va, por fin.

Vale, no sé que acaba de pasar, esta situación ha sido demasiado incómoda, por lo menos para mí. En fin, alegro de poder seguir respirando porque prometo que pensaba que me quedaba sin aire. He de admitir que Mike no está nada mal, ya lo había visto más veces sin camiseta pero no sé... esto fue distinto, no sé como explicarlo. Madre mía ¿pero qué estoy diciendo?
Dejo de lado esos pensamientos y me acabo de vestir rápidamente, me miro al espejo y me peino un poco con los dedos, no creo que sea necesario que vaya demasiado arreglado porque al fin y al cabo es mi casa ¿no?

Voy hacia el comedor donde todos clavan sus miradas en mí en cuanto me ven, lo entiendo porque soy el último en llegar pero les agradecería que dejaran de mirarme y siguieran con lo que sea que estuvieran haciendo.

— ¡Will! ¡Qué guapo estas! —dice la señora Wheeler y se acerca para darme un abrazo, wow no sabía que iba a haber tanta gente— has crecido mucho —soy solo como 2 centímetros más alto desde la última vez que estuve aquí, señora.

— Mike tenía muchas ganas de verte —añade el señor Wheeler— ¿verdad? —mira hacia Mike para que diga algo y este le mira como si no supiera que decir.

— Claro que sí —dice Mike con una sonrisa un poco forzada, él solo quería ver a Once a si que a mi no me engaña.

— Bueno, ¿nos sentamos a cenar? —interviene mi madre, la mesa ya está lista y parece que se ha esforzado bastante en preparar esto.

Los demás asienten y se sientan cada uno en un sitio. Mike y Once se sientan juntos enfrente de ni, que inesperado. Jonathan se sienta junto a mi y Nancy y mi madre también se sienta a mi lado. No sé por qué mi madre ha invitado a comer a toda la familia, era algo innecesario, la verdad. Supongo que lo ha hecho por Once y en el fondo la entiendo, no me molesta que estén aquí pero podrían haberme avisado.
No sé por qué pero siento que esta cena va a ser algo incómoda.