𝑴𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕© <byler>

𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝟫

Llegué a casa y fui a mi habitación sin decir nada a mi madre, quien estaba sentada viendo la televisión. Yo solo me encierro en mis cuatro paredes intentando no romper todo lo que veo por delante. Estoy furioso pero a la vez tengo el corazón echo mierda, son demasiadas emociones a la vez, no sé como controlarlas. ¿Quiénes se han creído para obligarme a besar a una chica? ¿En serio creen que me hacen un favor? No me lo puedo creer.
Espera, ¿y si la chica era quien me ha estado escribiendo esas cartas tan extrañas que recibía? Ellos han dicho que yo le gustaba, pero no sé, me cuesta pensar que ha sido ella. Aunque es lo que tiene más lógica, supongo.

— ¿Will? —oigo decir a los chicos por el walkie talkie.

Mierda.

— ¿Que queréis? —respondo.

— ¿Qué ha pasado? Ashley se ha ido llorando y tu has desaparecido.

— Esto es increíble.

Rápidamente apago el walkie talkie para que no me puedan seguir hablando. ¿En serio no se dan cuenta que lo que han hecho me molestó? En fin, los que la han cagado fueron ellos, no yo.
De pronto oigo un ruido que me saca de mis pensamientos. Alguien está abriendo la puerta.

— ¿Will?

Me doy la vuelta y veo a Max, ¿no estaba en su casa con Once?

— ¿Max? ¿Q-que haces aquí? —digo evitando mirarla para que no note mis ojos llorosos.

— Al final Once y yo hicimos la pijamada aquí, ¿y tú? ¿No estabas con los chicos?

— Exacto, estaba.

— Ey —se sienta a mi lado y pone su mano en mi espalda— ¿estás bien?

— ¿Mi madre te ha obligado a venir a hablar conmigo o qué?

— ¡No! claro que no, Once y yo habíamos oido un portazo y bueno, ella no quería venir, creo que está enfadada contigo.

— Lo sé, soy un idiota —miro a Max— no hace falta que estés aquí si no quieres, ella te estará esperando.

— No puedo dejarte así, Will, dime que te pasa.

¿Debería hacerlo?

— No lo entenderías —bajo la mirada— seguramente me odiarás.

— ¿Odiarte por qué?

— ¿Si te lo digo prometes no decírselo a nadie? Ni siquiera a Once.

— Vale, lo prometo —accede y yo suspiro.

No se ni como empezar. Nunca he hablado mucho con Max pero no sé por qué, me transmite confianza. Confío en ella.

— M-me gusta alguien.

Me estoy poniendo tan nervioso que creo que las manos me están empezando a sudar.

— ¿En serio? ¿Quién es la afortunada? —sonríe.

— N-no es una chica —digo en un susurro y miro tímidamente a Max, creo que la he dejado sin palabras, sabía que me iba a odiar.

— Will... —me abraza— no tienes por qué sentirte culpable por eso.

— Claro que me tengo que sentir culpable, ¿por qué no puedo ser normal como todos? —me separo del abrazo y la miro a los ojos.

— Pues yo creo que enamorarse es normal, da igual de quien lo estés. Además... no puedes elegir de quién te enamoras.

Me sorprende que ahora mismo no me esté odiando, hasta yo mismo me odio.

— No sé, Max...

— Escucha, solo se vive una vez, ¿y si en vez de juzgarte empiezas a aceptarte tal y como eres?