𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝟪

11.2K 1.1K 2.8K
                                        

Estoy guardando todas las cosas para llevar a casa de Mike en mi mochila; un pijama, algo para comer y... no creo que necesite nada más, es solo una noche.
Todavía faltan veinte minutos, podría irme ya pero no me apetece llegar demasiado pronto. Dicen que es mejor llegar tarde, pero... ¿y si a el no le gusta que llegue tarde? Yo nunca llego tarde a los sitios, va a ser raro.

— ¿Puedo pasar? —oigo la voz de Jonathan detrás de mi puerta, wow, por fin está en casa.

— Si —digo cerrando mi mochila.

Jonathan entra y en su cara puedo ver una expresión graciosa.

— ¿No sois un poco mayores para hacer una fiesta de pijamas? —dice riéndose y se sienta en mi cama— mamá me ha contado que vas a dormir a casa de Mike.

— No es una fiesta de pijamas —ruedo los ojos.

— ¿No vais a pasaros toda la noche hablando de vuestros sentimientos y bailando? —se burla, que idiota es.

— No, solo vamos a dormir, ya está.

— Vale, vale... entiendo que estés nervioso, yo también lo estaba la primera vez que me quedé a dormir en casa de Nancy.

— No estoy nervioso y ¿qué tiene que ver eso ahora?

— Tu sabrás —se levanta— en fin, ¿quieres que te lleve?

— No, gracias, creo que iré en bicicleta.

— Está bien, pero ten cuidado.

— Lo tendré —digo y voy a cerrar el armario de donde había sacado el pijama.

Mi hermano se va y yo miro la hora que es, todavía son las 8:35. Supongo que tardaré 5 minutos más o menos en llegar a casa de Mike, a si que ¿debería irme ya? No me apetece quedarme como un estúpido a esperar a que pase el tiempo, en fin, a la mierda, me voy ya. Agarro la mochila donde metí todas mis cosas y le doy un último vistazo a mi habitación para ver si me falta algo, pero no.

Al salir de casa me despido de mi hermano y de mi madre pero Once no está, bueno, supongo que se ha ido ya a casa de Max o igual me está evitando, no sé.
En mitad del trayecto paso al lado de unas chicas que creo recordar que iban a mi instituto cuando todavía vivía aquí. Me miran y parece que se ríen entre ellas y se dicen algo que no consigo escuchar. Bueno, por lo menos ahora se ríen de mi y no me miran mal, vamos progresando supongo.
Antes de darme cuenta ya he llegado a casa de Mike, miro mi reloj y he llegado antes de lo previsto, quizás tendría que haber venido algo más despacio. Después de unos dos minutos de pie enfrente de su puerta pensando qué hacer, decido llamar al timbre.
Madre mía, estoy demasiado nervioso.

— ¡Will! —dice Mike abriendo la puerta— felicidades, eres el primero en llegar.

— Gracias —río— ¿puedo pasar?

— Claro.

Entro en su casa y miro alrededor, veo que tampoco están sus padres en casa.

— Y... ¿has pensado algo para hacer esta noche? —pregunto.

Me siento en el sofá y él se sienta a mi lado.

— Mientras que estemos tu y yo solos... lo que tú quieras.

Pone su mano en mi rodilla y me mira alzando una ceja, noto que bromea porque está intentando no reírse.

— Qué asco.

Aparto su mano de su rodilla y el se ríe, lo que hace que yo también me ría.

— Era broma, no había pensado nada en especial, la verdad. Ya iremos improvisando.

𝑴𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕© <byler>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora