Narra Mike
Idiota, eso es lo que soy; idiota. No sé en qué estaba pensando cuando le dije todo eso a Will, joder, creo que ni siquiera estaba pensando. Ese no era yo, era como si otra persona se hubiera apoderado de mi cuerpo y hubiera dicho toda esa mierda. Lo peor es que cuando me pasa eso ni siquiera puedo controlarme a mi mismo, ya me ha pasado muchas veces más y lo odio.
Me detectaron trastorno bipolar cuando tenía diez años, desde entonces mi vida se ha basado en tomar una estúpida medicación que se supone que debería calmar mis cambios de humor, pero lo que hace es que prácticamente deje de sentir y que lo vea todo desde una burbuja. No siempre me hace falta tomar esa mierda, a veces estoy feliz y creo que estoy bien pero luego siempre paso por una fase depresiva en la que apenas puedo salir de la cama porque no tengo ganas de nada, luego tengo una fase maniaca en la que se me meten paranoias raras en la cabeza, me vuelvo muy irritable o digo cosas que no quiero decir, y siempre acaba mal. Sé que debería tomarme la medicación para evitar que pasen cosas de las que me voy a arrepentir, a veces la tomo pero otras me autoconvenzo de que me voy a saber controlar y de que no es para tanto, y al final nunca es así.
Llevo casi media hora sentado en una esquina de mi cama, mirando a un sitio al azar y torturándome a mi mismo de lo que le he dicho a Will. No me puedo creer que le haya dejado tirado y me haya ido a casa como si nada hubiera pasado. ¿Debería llamarle? Quizás. Pero no sé cómo cojones hablarle después de lo estúpido que he sido con él, y no creo que él quiera hablar conmigo. Le entiendo, yo si fuera él, tampoco me hablaría.
— ¡Michael Wheeler! ¡Ven aquí ahora mismo!
Oigo decir a una voz desde la otra punta de la casa. Es mi madre.
— ¡Voy!
Me levanto de la cama y sin demasiadas ganas salgo de mi habitación. Pronto encuentro a mis padres en la entrada de la casa de brazos cruzados esperando mi llegada. Mierda, creo que no me van a decir nada bueno.
— Te hemos dejado la casa sola un día, Michael, sólo un día ¿tu viste cómo de destrozado está todo? —me regaña mi madre, yo solo ruedo los ojos.
— No sabía cuando ibais a volver, ni que os habíais ido —río— esto no es mi puto problema.
— Si no estamos nosotros, tu labor es mantenerlo todo en orden —añade mi padre, es irónico que lo diga él, nunca ayuda en las tareas de la casa.
— Y vuestra labor sería ocuparos de vuestros hijos, aunque solo sea por una vez —digo.
Mi padre me lanza una mirada asesina, pero ya estoy lo bastante jodido como que para eso me afecte, me da pereza que después de haber cortado con mi novio, tenga una bronca con mis padres.
— ¿Has vuelto a no tomar la medicación? —pregunta mi madre algo preocupada.
Odio que siempre piensen que estoy malhumorado por mi bipolaridad, a ver, a veces es verdad, pero joder, también tengo una vida fuera de mi enfermedad ¿no? Bueno, según mi padre soy demasiado pequeño como para tener problemas.
— No, no la he tomado —me encojo de hombros, quitándole importancia— ¿y qué? no es vuestro problema.
— Si lo es, Mike —dice mi madre— si no la tomas podrías volverte loco, ya has oído al médico, podrían ingresarte en un psiquiatra.
— No me van a ingresar en un psiquiatra —digo entre una pequeña risa— solo dice eso para asustar.
— Déjale Karen, está claro que nuestro hijo está loco —dice mi padre, ya estoy acostumbrado a que haga comentarios de este tipo, pero esta vez admito que ha dolido un poco.
— Tampoco te pases, Ted... —le dice mi madre en voz baja intentando que yo no la oiga, pero no lo consigue.
— ¡Es que es verdad! Está loco y es un vago de mierda, lo peor es que no hace nada para cambiar eso —dice mi padre— como sigas así va a acabar muy mal en la vida.
Le miro apretando mi puño con todas mis fuerzas para intentar mantener la paciencia y no gritarle, y su mirada de burla no ayuda en eso.
— Es verdad, podría acabar como tu —ups, se me escapó.
— Retira eso, Michael —me amenaza mi padre con tono serio, lo que solo consigue que me ría.
— No voy a retirar lo que es verdad —sonrío.
— Pues muy bien, a partir de ahora te quedas castigado sin salir con tu novia, ni llamarla, tampoco pueden venir amigos a casa.
— Joder Ted, si te molestaras aunque solo fuera un poco en saber algo de mi vida, sabrías que ya no tengo novia.
Sin esperar su respuesta, me acerco rápidamente a la puerta de la casa para salir, como esté un segundo más aquí, prometo que voy a explotar.
— ¡Mike! ¿A dónde vas? —dice mi madre, me da lástima irme porque sé que ella no tiene la culpa, pero simplemente es que estoy harto.
— Lejos de esta puta cárcel —digo y salgo de la casa dando un pequeño portazo.
No sé como lo hace, pero mi padre siempre consigue sacarme de mis casillas por mucho que intente mantener la paciencia, nunca nos hemos llevado bien, no es que me importe pero a veces creo que se le olvida que yo no decidí ser bipolar, ojalá fuera normal, ojalá ser como todos los chicos de mi edad, ojalá tener otro padre, ojalá no ser yo.
La calle está iluminada por la luz de las farolas, está empezando a hacer un poco de frío ya que solo llevo una camiseta de manga corta y es de noche. La verdad es que no sé dónde estoy yendo, yo solo salí de casa y automáticamente empecé a caminar sin pensar. Miro alrededor y creo que puedo reconocer este camino, por aquí se va a casa de Will. ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Estará bien? Vale, eso ha sido una pregunta muy estúpida, es obvio que no está bien, y es mi culpa. Como siempre.
Ahora mismo son las once de la noche, no es demasiado tarde ¿no? Igual todavía puedo hacerle una visita, no puedo quedarme tranquilo sin ni siquiera asegurarme de que no está demasiado jodido. Y también necesito verle, se merece una explicación después de todo, aunque dudo que me quiera escuchar.
ESTÁS LEYENDO
𝑴𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕© <byler>
Fanfiction"Hay veces que el amor más intenso se oculta detrás del silencio más profundo."
