𝑴𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕© <byler>

𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝟤𝟨

Narra Will:
Llevo varios días sin ver a Mike, la verdad es que no sé lo qué ha pasado. Cuando volvimos a su casa, Ted miró a Mike muy seriamente, y yo decidí que lo mejor era irme, aunque no quisiera. Me despedí de él y volví con un mal presentimiento a mi casa. Quizás Megan había dicho lo de mi relación con Mike... en parte quería que se lo dijese pero por otra parte todos saben como es el padre de Mike, no tiene empatía y no es para nada comprensivo. No se como saldrá esto, la verdad.

Ahora son las 9 de la noche y yo me voy mañana por la mañana, todavía no le he dicho a Mike nada, bueno, no he tenido la oportunidad. Intenté contactar con él por medio del walkie-talkie pero no contestaba, tampoco contestaba al teléfono de casa y estuve a punto de ir allí, pero no sé si eso sería lo mejor. Solo espero tener la oportunidad de despedirme de él, no sé cuándo volveré y me da mucha lástima irme tan repentinamente cuando las cosas estaban empezando a ir bien entre nosotros. Ojalá pudiera quedarme.

— Will, es la hora de cenar —dice Once abriendo lentamente la puerta de mi habitación.

— Ah vale, ahora voy.

Dejo la libreta en la que estaba dibujando encima de mi escritorio y voy hasta el comedor. Allí solo está Once, tampoco parece haber nadie en toda la casa.

— Jonathan y mamá no están, volverán mas tarde —dice sentándose en la mesa del comedor.

— Ah... —me siento— ¿h-has hecho la cena tu sola? Podría haberte ayudado.

— La anterior vez la hiciste tú, ahora era mi turno —dice sin mirarme y empezando a comer.

— Pues gracias —sonrío.

— ¿Te despediste de los demás? —me mira.

— No... no he podido —suspiro— va a ser muy difícil.

— Yo tampoco, ni siquiera le he dicho nada a Max.

— Ni yo a Mike, no sé como decírselo.

— Odio las despedidas —vuelve a mirar al plato.

— Pues ya tenemos algo en común.

Nos quedamos algunos minutos en silencio mientras cenábamos, todavía noto algo de tensión en el ambiente. En realidad prefiero esto a discutir otra vez.

— Oye y... ¿q-que tal con Mike? —pregunta algo tímida.

Y ahí vamos otra vez.

— Bien, estamos bien —sonrío— o por lo menos eso creo.

— Parece que te quiere mucho.

Que diga eso ella es sospechoso.

— Supongo que si —me sonrojo— gracias.

— Lo digo en serio, conmigo no se comportaba igual que contigo.

— ¿A q-qué viene esto? No quiero discutir otra vez...

— Yo tampoco, solo estoy diciendo la verdad —se encoge de hombros— se que no hice bien al no apoyarte al principio, soy una mala hermana.

— No, Ce, no lo eres —la miro— es normal que te enfadaras, estabas muy enamorada de Mike.

— Ya, y tu también —esboza una pequeña sonrisa— perdón por no haberlo entendido antes.

— No pasa nada —vuelvo a sonreír.

Después de esa pequeña conversación seguimos hablando de temas cualquiera. Acabamos de cenar y fuimos a lavar los platos para seguidamente ir al salón a ver la televisión. Nos quedamos viendo una película muy aburrida hasta que se hizo tarde y decidimos que era hora de irse a dormir. Ninguno de los dos quería, porque eso significaba que en cuanto despertáramos ya sería la hora de irse, y no estamos preparados para eso.
Le di las buenas noches a Once y fui a mi habitación.
Salté a mi cama y me quedé tumbado mirando al techo con la luz encendida. Estuve así por unos diez minutos hasta que de pronto oigo una voz proveniente del walkie-talkie. Enseguida me doy cuenta de que es Mike.

— ¿Will el sabio? ¿Estás ahí? Cambio.

Me acerco al walkie talkie y con un una sonrisa de idiota contesto, la verdad es que me alegra oír su voz.

— Te recibo —contesto— ¿no es un poco tarde para llamar? Cambio.

— Lo sé, es que... no pude llamar antes. Mi padre no sabe que estoy hablando contigo ahora.

— Por cierto, ¿cómo se ha tomado lo de... ya sabes, lo nuestro?

— ¿Cómo crees? Se lo ha tomado muy mal, creo que me odia más que antes.

— Joder... —suspiro— lo siento.

— Tu no tienes la culpa de nada, Will —le noto sonreír al otro lado de la línea— no me importa lo que mi padre piense de nosotros, pero creo que esta vez se ha pasado.

— ¿Por qué dices eso?

— Cree que estoy más loco aún —suspira— dice que me van a ingresar en... —hace una pausa para tomar aire y sigue hablando— en un psiquiátrico.

¿¡Qué!?

— ¿¡Un psiquiátrico!? ¿¡En serio!? —exclamo— n-no pueden hacer eso.

— Si que pueden, en verdad —responde con un tono de voz apagado— ya he estado en un psiquiátrico antes, pero fue por poco tiempo.

— ¿Y esta vez cuánto tiempo vas a estar?

— No sé, puede que semanas, meses o incluso años. Hasta que crean que me he recuperado.

No me jodas.

— E-esto tiene que ser una broma...

— Ey, no te preocupes —dice con un tono de optimismo bastante forzado— siempre puedes venir a visitarme, no queda lejos de Hawkins.

Y de repente lo recuerdo; mierda, mañana me voy y él todavía no sabe nada. ¿Cómo se supone que le voy a dar una noticia así si me acaba de soltar todo eso? Pero tengo que decírselo, si me voy sin decir nada se que me arrepentiré y será peor.

— Con respecto a eso... t-tengo que contarte algo —empiezo a decir.

— ¿Ah, si? ¿El qué?

— N-no creo que pueda ir a v-visitarte, Mike.

— ¿Cómo que no vas a poder?

Esto se está haciendo más difícil de lo que pensaba.

— Me voy de Hawkins, m-mañana...

Mike se queda en silencio por unos segundos.

— ¿M-mañana?

— S-si, por la mañana —suspiro— lo siento.

Espero unos largos segundos a su respuesta pero no dice nada.

— ¿Mike? ¿Estás ahí?

Nada, ni una palabra.

— Mike, por favor dime algo —insisto— no sabía como decirte que me iba a ir, lo siento, e-en serio... —digo con un tono de voz algo débil, se me está formando un nudo en la garganta enorme— ¿vas a venir a despedirte mañana?

Vuelvo a esperar con pocas esperanzas de que conteste, y efectivamente, no lo ha hecho.

— En fin, buenas noches —hago una pausa para decir la última cosa— t-te quiero.

Dejo el walkie talkie sobre la mesita de al lado de la cama y me vuelvo a tumbar. Perfecto, van a ingresar a mi novio en un psiquiátrico, no le voy a poder visitar y no le he dicho que me iba. Entiendo que se enfade, yo también lo haría. Por lo menos mañana vendrá a despedirse ¿verdad? Una parte de mi dice que deje de hacerme falsas ilusiones, que no va a venir. Puede que sea verdad, le he mentido todo este tiempo y lo entiendo si no me quiere ver. Me lo merezco, soy una mierda de novio.