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Christopher sintió un dulce aroma provenir fuera de la habitación. Restregó sus ojos y bostezó con profundidad, frunció el ceño al notar como el pequeño cuerpo de Erick ya no se encontraba a su lado como la noche anterior así llegando a la conclusión de la proveniencia de aquel olor tan delicioso.

El mayor se dirigió al baño para así poder alistarse ya que faltaban unas pocas horas para llegar a una próxima reunión de relaciones con diferentes empresas estadounidenses. Luego de darse una rápida ducha y poder estar completamente listo concluyó saliendo de la habitación y notando como el olor cada vez se hacía más fuerte.

Sonrió dando a luz sus dientes al momento de que notó como el menor se encontraba en la cocina batiendo una mezcla color café dentro de un boul con los labios abultados y el ceño levemente fruncido por la precisión y concentración de este.

—Huele tan bien... —susurro Christopher en el oído de Erick al momento de abrazarle por la espalda. Erick se sobresaltó y sonrió luego de escuchar su voz completamente tranquila y dulce—pensé que te quedarías a dormir más tiempo, veo que te levantaste antes.

—En verdad duermo más tiempo pero yo... —Erick bajo la mirada avergonzado, el mayor al instante le volteo y le tomo por la barbilla haciendo que le mirase a los ojos.

—¿Tu que, Erick?

—Yo, yo quería impresionarte... —el mayor acaricio su cabello con ternura y le dedico una de sus verdaderas y hermosas sonrisas a Erick colocándole nervioso—E-Esto es tan v-vergonzoso.

—Lo has hecho, Ángel. Me has impresionado, cada vez lo haces más seguido. Me haces sentirme tan afortunado de tenerte a mi lado. —el castaño no pudo evitar abrazar a Christopher con fuerza y ocultar su rostro en su pecho evitando mirarle, y así Christopher aprovechando a acariciar su cabello y depositar un pequeño beso en su frente.

Erick tomó la mano de Christopher y alzó el saco para poder observar aquel brazalete el cual compartían. Christopher y aprovecho a tomar su mano y entrelaza sus dedos así mirándose a los ojos por un instante—No te la has quitado... —murmuró Erick entreteniéndose con las mejillas de su mayor.

—¿Por qué debería de hacerlo? Me gusta mucho, y significa mucho para ti, ¿No, Erick?

—Sí, es nuestro regalo... Christopher.

—¿Pasa algo? —pregunto Christopher al notar como Erick le regalaba una leve sonrisa y asentía con lentitud.

El castaño soltó sus manos y se dio la vuelta de nuevo para seguir preparando aquella mezcla color café—Esta navidad, yo quiero ser quien te regale algo. —Christopher tomó su cintura y apoyo su barbilla en su hombro haciendo reír a Erick por el repentino sentido al chocar de la respiración de Christopher con su cuello y causando cosquillas.

—¿Qué es? —Erick negó divertido y siguió con su trabajo—Vamos Erick, el decirme no dañara nada... —canturreo con diversión y soplando en el cuello de Erick haciéndole soltar pequeñas risillas.

—Si te digo no será sorpresa, no tendría sentido alguno. No te sentirías feliz y eso no me gusta. —murmuró Erick tomando la mezcla y vertiéndola en otro utensilio para luego agacharse y colocarla en el horno. Christopher solo le observaba con una dulce sonrisa y sus manos dentro de saco debido al frio de la temporada.

El mayor sonrió al notar como Erick volvía a concentrarse en la cocina, tomando el cuchillo y cortando con agilidad las verduras y juntándolas para luego colocarlas sobre la freidera con un poco de aceite y echando uno que otro condimento junto con la carne.

  Christopher se sintió bien en ese momento, se sintió en casa, como cuando vivía con sus abuelos en Inglaterra y su abuela cocinaba ecuatoriana para él, o como su abuelo siempre salía a los bosques a cortar leña para colocar en la chimenea y por las noches tomar un café los tres juntos.

Matrimonio; ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora