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—¿Te gusta, Chris? —preguntó Erick con su cabeza apoyada en el hombro del más alto y con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro mientras observaba la habitación del bebé la cual apenas terminaba el castaño de tapizar con el diseño que Erick había elegido para la habitación.

—Me encanta cariño. —respondió tomando el rostro de Erick y acariciando sus mejillas con dulzura para luego depositar un casto besos sobre los rojizos labios del pelinegro .

Ya habían pasado alrededor de dos semanas desde que Christopher y Erick se habían casado, todo iba de manera tranquila y amorosa, Christopher mimaba a Erick cada vez que podía y Erick solo se dejaba hacer. Christopher y Erick iban todas las mañanas a diferentes diseñadores y compraban objetos para su bebé como pequeña ropita, calzado, mantitas o muebles de los materiales más finos. Por otro lado, Camila iba a la casa de la pareja todas las tardes para ver como Erick se encontraba y si Christopher seguía los pasos que la libreta indicaba lo cual le impresionaba ya que lo hacía y al parecer todo con precisión, ya que cuando Cami le había preguntado a Erick como se sentía con Christopher respecto al cuidado, él solo respondía cosas como: "Chris hasta se aprendió la libreta entera de memoria."

Los padres de Christopher no dejaban de llamar para preguntar cómo se encontraba el bebé y si podían ayudar en algo a lo cual claramente agradecían ya que sabían que Erick era una persona sentimental y más en ese tipo de casos. La familia Cabrera ya había visitado a la pareja recién casada por igual, Joel al momento de ver al castaño únicamente le había dicho un alegre: "Felicidades." y luego le había ignorado toda la noche, algo esperado de su parte.

Pero también se encontraba Zabdiel el cual claramente no podía ir a casa de Erick y Christopher ya que según Ana le había dicho días antes, ella le había contado todo a Christopher y no saldría vivo si este se lo encontraba. También se encontraba Richard el cual se encontraba hecho un desastre en su casa por la noticia del matrimonio. La misma noche en que Christopher y Erick se hbaia ido a su nueva casa, Richard había llamado emocionado para contarle a Erick sobre que lo habían admitido en la universidad que tanto anhelaba, en respuesta, Camila le había dado la noticia de la mudanza de Erick a su nuevo hogar junto con su esposo.

Christopher había vuelto a su puesto de heredero en la empresa principal de la familia Vélez y por ello a veces llegaba tarde a casa, encontrándose la mayoría de las veces a Erick durmiendo en el comedor en espera del castaño y frente de él siempre un tazón de galletas caseras junto con un vaso de leche caliente a su lado; Christopher no sabía si podía existir una persona tan bella como Erick.

En ese momento, Erick y Christopher se encontraban en una pequeña heladería cerca del consultorio de Noemí  con la cual debían ir minutos después.

Christopher observaba a Erick degustar el helado de fresa con crema sin cuidado alguno, haciendo reír al más alto y limpiando las pequeñas manchas de helado con un papel que había pedido en la tienda.

—Quiero otro helado, pero que sea de limón con chocolate. —Christopher negó riendo y tomando las manitas de Erick mientras las limpiaba por igual—¿Por qué no? Quiero mi helado de limón y chocolate. —se quejó haciendo un leve puchero y apartando sus manos de las de Christopher.

—Primero, ese helado no existe, y segundo, te va a hacer mal y recuerda que no puedes enfermarte. Es por tu bien. —le regañó con una sonrisa burlona mientras terminaba de comer su helado de menta.

—Entonces dame del tuyo. —el castaño negó y lo alejó en cuanto Erick había estirado sus manos hacia él—Dame, es por tu bien. —amenazó Erick con el ceño fruncido y sus mejillas levemente rojizas por el enojo.

—¿Qué me harás si no te doy? —le retó acercándose al rostro de Erick y quedando a pocos centímetros de sus labios los cuales apretaba con fuerza para evitar recibir un beso del castaño.

Matrimonio; ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora