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Camila se encontraba sentada en los pequeños escalones de la entrada a la casa de Erick. Sus manos cubrían su rostro el cual estaba hinchado y rojo por llorar luego de escuchar como Christopher colgaba la llamada apenas había escuchado la noticia de Erick y su embarazo.

Sus manos temblaban y sus sollozos tartamudeaban, le dolía la cabeza y tenía ganas de abrazar a Erick y decirle que todo pasaría muy pronto y que tendría su apoyo incondicional ante todo. Aunque lamentablemente no podía, ella no se podía permitir hacerle daño, no quería decirle la verdad oculta detrás de todas las mentiras que ella había creado para encubrir a Christopher el cual parecía no importarle la existencia de Erick en esos momentos, a pesar de la gran noticia que ella le había hecho en ese instante.

Sintió unos brazos delgados rodearle los hombros y unos labios regordetes besarle la mejilla. La chica sonrió y recibió los brazos de Erick con ganas mientras besaba su frente con cariño.

—¿Por qué lloras, Cami? —preguntó Erick en un murmullo mientras pasaba sus pulgares por las mejillas de la chica para limpiar sus lágrimas.

—No es nada cariño, solo estaba hablando con alguien y me dijo cosas que me dieron mucha tristeza, pero ya estoy bien. —Erick asintió no muy convencido y acarició el cabello de Camila—¿Por qué saliste? Estabas muy bien jugando con los demás dentro.

—Lo sé... pero mi madre llamó y me dijo que ya estaba en camino. Tengo miedo de que me diga mi madre, ¿y si ella se enoja conmigo?, o me vuelve a golpear. —Camila sintió como las manos de Erick temblaron levemente.

—Está bien, no permitiré que haga algo contra tuyo. Lo prometo, Erick.

Se abrazaron por unos segundos más y entraron a la casa donde Lauren se encontraba platicando animadamente con Zabdiel, lo cual por alguna razón hizo que el ceño de Camila se frunciera levemente.

Erick se encontraba jugando con Yoandri en su móvil, Camila se había llevado a Lauren a la cocina para poder cocinar algunos postres para Erick, y Zabdiel se encontraba leyendo uno de los cientos de libros de la pequeña biblioteca de la casa de Erick. Pero entonces el timbre sonó, colocando alerta a todos los integrantes de la casa, pero sobre todo a Erick, quien empezaba a apretar los Cojines con fuerza para relajarse y no empezar a llorar sin si quiera haber hablado. Camila salió de la cocina limpiando sus manos con un trapo húmedo y corrió a abrir la puerta.

La madre de Erick se veía débil. Todos hicieron un leve saludo al momento de que la mujer entró a la casa en silencio, con ayuda de su esposo con el cual se recargaba al caminar ya que después de todo aun seguía un poco débil luego de algunos medicamentos y estudios. La mujer al ver a su hijo sentado en el sofá y con el nerviosismo deslumbrando de su cuerpo, le dedicó una sonrisa falsa e hipócrita, para luego sentarse en un sofá libre acompañada de su esposo.

—¿C-Cómo se siente, madre? —preguntó Erick jugando con los dedos de sus manos.

—Estoy muy bien, por algo estoy aquí. ¿No crees? —respondió fría y tosiendo levemente.

—Bueno, creo que deberían hablar, así que los dejamos. —dijo Zabdiel tomando la mano de Camila y los brazos de Yoandri y Lauren para sacarlos de la casa –sin antes hacer una inclinación y despedirse-, y así quedando únicamente la señora Daysi, el señor Erito y Erick dentro del salón.

La habitación quedó en completo silencio apenas cerraron la puerta, Erick se mordió el labio y se estiró hasta un pequeño cajón donde sacó un sobre con sus pruebas de embarazo clínicas. La señora Daysi miró el sobre atenta y frunció el ceño—¿Qué es eso, Erick?

—Yo quiero hablar con usted, madre. Por favor escúcheme atenta y hable hasta que yo termine de contarle lo que pasa...

—Te hice una pregunta Erick. ¿Qué es eso? —insistió la mujer haciendo indicios de levantarse del sofá, hasta que su esposo la detuvo.

—Escucha mujer, escucha a Erick, él te explicará el contenido de aquel sobre. —agregó el hombre y posó su mano en el hombro de la mujer brindando tranquilidad. El padre de Erick hizo una seña a Erick la cual el dio la señal para empezar a hablar.

—Madre. Yo sé que te molesta que hable de Christopher pero esta vez es importante que me escuches. —la señora Daysi apretó sus manos con fuerza—Yo tenía una relación con Chris a escondidas, me escapaba por las noches o cuando te encontrabas en el trabajo con papá, yo era muy feliz con él y me sentía amado a su lado hasta el punto de no saber qué hacer si él se alejara de mi vida. Al pasar de los meses, Christopher y yo fuimos a celebrar navidad en una casa muy alejada de la ciudad la cual era de su familia. En esos momentos pasaron muchas cosas... y entonces pasó esto. —Erick abrió el sobre y mordió su labio inferior antes de entregárselo a la mujer frente suyo.

Al momento de que la señora Daysi observó el contenido, sus ojos brillaron con fuerza de la rabia, sus puños apretaban la prueba de embarazo y releía la hoja de los análisis una y otra vez, aun sin creerse aquello que se encontraba frente sus ojos.

—¿Q-Qué es esto, Erick Brian Colón? No j-juegues con cosas como estas, deja de decir estupideces. —las manos de la mujer empezaron a temblar con exageración, Erick se alteró y miró a su padre el cual acariciaba los hombros de su esposa y le susurraba leves "Relájate, está bien".

—Madre, yo voy a tener un bebé de Christopher. Eso es lo que pasa.

La mujer se levantó de su asiento y aparto los brazos de su esposo con fuerza, destrozó la prueba escrita de embarazo y la tiró al suelo junto con las pruebas de embarazo. El señor Erito quiso pararla, lamentablemente no le dio el tiempo y la fuerza suficiente, al igual que no sabía que reaccionaria de aquella manera.

—¿¡Cómo pudiste acostarte con Christopher Vélez!? —la señora Daysi golpeo la palma de su mano contra la mejilla de Erick, mientras él trataba de contener sus lágrimas. Erick sentía como a su alrededor se desvanecía, como poco a poco se quedaba sin oxígeno.

Él solo quería sentirse amado por una vez en su vida. 

Erick llevó la yema de sus dedos a su mejilla recién golpeada y la acaricio con ojos llorosos y sin ganas de llorar. Solamente vio como su padre tomaba a su madre la cual le gritaba insultos hacia su persona y empezaba a perder el aire.

Había prometido no llorar, había dicho que no lloraría más por culpa de su madre.

Lamentablemente no pudo evitarlo.

Marica.

¿Desde cuándo él no había escuchado aquella palabra salir de los labios de su madre?

Eres un monstruo.

Lo odiaba, odiaba escuchar esas palabras de la boca de su madre.

Debí prohibirte el tan solo asomarte de esta casa, nunca debí dejarte conocer a Christopher en aquella cena, mocoso ingenuo.

Alrededor de cinco años habían pasado desde que su madre le había gritado de aquella manera al saber de su relación con sus pequeños amigos cuando era tan solo un niño. Le dolía el recordar su pasado tan doloroso, uno el cual había vivido con injusticia por culpa de personas homofobas las cuales no conocían el verdadero sentimiento del amor con su persona y con la propia diversidad social.

Me arrepiento de haberte tenido.

Erick sollozó con fuerza y abrazo sus propias rodillas mientras sentía los brazos de Camila abrazarlo con fuerza y su voz susurrándole: "Todo estará bien, Erick".

El señor Erito había llevado a su esposa a su antigua habitación para darle tranquilizantes y para que lograra regular su respiración ya que se había alterado de más. El señor Erito se sentía mal, sabía que Erick había sido más que afectado por las palabras que su propia madre le había soltado, pero no había nada que hacer, solo soportar y esperar que el tiempo lo curara todo.

Zabdiel solo veía la escena de Erick llorando y Camila abrazándolo y tratando de tranquilizarlo. En ese momento Zabdiel sacó su móvil y marcó al teléfono de la única persona que él creía que podría ayudar a Erick y volver a hacerle feliz; a sentirse amado como él mismo decía.

Zabdiel marcó a Richard.

Matrimonio; ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora