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Camila frunció el ceño y se levantó del sofá donde se encontraba sentada mientras hablaba con un Christopher completamente preocupado y un tanto alterado al otro lado de la línea telefónica.

-¿Qué ocurre? No te escucho bien. -se quejó la chica tomando las llaves de su casa y la copia de las de la casa de Christopher y Erick.

-Erick no me toma la llamada Cami, necesito hablar con él y saber que está bien. -la chica sonrió, Christopher tenía un tono tan preocupado-¿Está contigo o te dijo a dónde iría?

-No, cuando él va a salir me avisa antes de, estará en casa Christopher. Justo ahora puede que esté durmiendo y por eso no te contesta, solo molestas su sueño. -rió-Déjale respirar.

-Es que no es solo ahora, llevo desde que salió de la universidad llamándole, él y yo tenemos que llamarnos antes de dormir y si no lo hacemos simplemente no podemos dormir, Cami.

-Se me olvidó, son Erick y Christopher. Demasiado romance para mí. -Christopher rodó los ojos al otro lado de la línea-Puedo ir a verlo si quieres, ya tomé las llaves.

-Muchas gracias, cuando le veas le dices que me llame. -dijo Christopher soltando un suspiro de tranquilidad-Te debo una.

-Sí sí, adiós. -Camila rió y colgó. La joven salió y llamó un taxi el cual no tardó más de cinco minutos en llegar, indicó la dirección de la casa de Christopher y Erick y se dirigió lo más rápido posible.

Camila no iba a negar que moría de ternura cada vez que Christopher y Erick se encontraban juntos, era la pareja más cursi que había conocido, y después de todo, a pesar de que estaba separados temporalmente, lo seguían siendo y demostrándole a los demás lo perfectamente empalagosa que era su relación.

Camila ya no miraba a Erick con los mismos ojos de meses anteriores, ahora lo veía como un amigo y casi hermano, no podía evitar enamorarse de la pareja casada. Por otro lado, Camila seguía viendo a Zabdiel y eso estaba provocando empezar a sentir de nuevo aquellos sentimientos de mariposas en su interior cada vez que este le hablaba o abrazaba. Camila estaba cayendo en los brazos de Zabdiel y deseaba que por primera vez, fuera correspondida y amada como tanto había deseando años atrás con su ex prometido.

Los minutos pasaron, luego de quince minutos de espera en el auto, llegó a la casa de Erick donde todas las luces se encontraban encendidas al ser de noche. No entendía por qué no respondía el teléfono a Christopher si por lo que veía, se encontraba despierto. Bajó del taxi luego de pagar el servicio, y caminó hacia la entrada donde al tocar por segundos nadie abría o contestaba la puerta. La chica optó por sacar la copia de llaves que Christopher le había dejado en manos, y abrió en silenció.

-Erick, soy Camila... -dijo la chica en volumen medio y buscando al pelinegro con la mirada. Al no tener respuesta, caminó por el pasillo principal, al llegar a la habitación de Santiago sonrió enternecida al verlo durmiendo acurrucado y abrazando su pequeño peluche. Cerró la puerta de nuevo y al no encontrar rastro de Erick en las habitaciones principales, buscó su habitación en la cual únicamente el sonido de la televisión resonaba por el lugar-¿Erick? -Camila cambió su rostro a uno completamente preocupado, caminó hacia Erick y le abrazó mientras acariciaba su cabello con cariño.

¿Hace cuánto que Camila no veía a Erick en esa condición? Había pasado tanto tiempo desde que los ojos del pelinegro había reflejado tanto dolor y decepción.

Erick se encontraba acostado en su cama, abrazando una almohada, con sus ojos rojos, mejillas y labios hinchados de tanto llorar, y aparentemente viendo la televisión. Camila lo había tomado entre sus brazos mientras sentía pesada la respiración de Erick entre la curvatura de su cuello.

Matrimonio; ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora