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Este capítulo lo iba a subir mañana pero fueron más las ganas de publicarlo.

El silencio inundo el taxi dónde los hermanos se dirigían a casa de sus padres. Camila miró a Christopher apretar sus puños y su rostro inexpresivo mirando por la ventana. La chica podía notar como los ojos de Christopher se encontraban llorosos y sus labios en línea recta, una clara expresión de ganas inmensas de llorar y dolor completamente inundadas en su cuerpo.

—¿Por qué niegas el amor que le tienes a Erick? —habló Camila—Deberías llorar, es la mejor manera de desquitar el dolor que sentimos, ¿No crees? —tomó su mano y entrelazó sus dedos—Él te ama, aun tienes esperanzas Christopher, puedes justo ahora ir a casa de Erick y verlo, puedes ver lo tierno que se mira con aquel embarazo, puedes besarle y abrazarle tanto como quieras. Solo dilo, di que quieres ir con él... Christopher.

—Mi padre me está esperando. —Camila bajó la mirada al escuchar la voz de su hermano de aquella manera. Se escuchaba decaída y rota, sabía que Christopher estaba sufriendo más de la cuenta en su interior, pero todo lo guardaba, solo pensaba en su orgullo y sus absurdas metas.

—Entiendo. —la chica alzó la mirada y observó a Christopher el cual no despegaba su mirada de la ventana—Cuando logres convencer a mi padre sobre ignorar a Erick y el matrimonio, yo voy a contarle a Erick la verdad.
Christopher no respondió, soltó un suspiro y llevó sus manos a su rostro, apretó sus parpados con fuerza y masajeó su sien. Sentía un nudo en su garganta, sus ojos le ardían y sus labios temblaban. Christopher se sentía un tonto, quería llorar y romper todo lo que le pasara en frente por la rabia.

Ni siquiera había visto a Erick, ni siquiera de reojo, simplemente había huido como un cobarde; como siempre. Y se odiaba por ello. No sabía porque él era así, porque su cuerpo le negaba el correr hacia Erick, el besarlo y abrazarlo, o el decirle lo que en verdad sentía. Christopher no sabía qué hacer, sentía su mundo desmoronarse por la constante guerra de sentimientos en su interior por culpa de Erick, aquel chico el cual le había mostrado lo hermoso que podía ser el sentimiento de amar a alguien de la manera más humilde existente.

Pero ese sentimiento que a él le había regalado, Christopher lo había rechazado y botado, como si no fuera algo importante, como si el sentimiento de amar fuera algo lo cual se viviera millones de veces en tu vida.

Solo amas a una apersona en una vida, los siguientes a ellos solo con curitas las cuales tratan de arreglar el pasado dolor que deja aquella persona.

Erick era aquella persona, y Christopher trataba de buscar las curitas para arreglar el lugar de Erick el cual aun seguía ocupado por él mismo, las curitas aun no existen, porque ellos se aman mutuamente, pero no pueden reconocerlo.

Christopher sollozó en silencio.

¿Realmente todo podría cambiar si Christopher aceptaba el casarse con Erick?

Aun tienes oportunidad de formar una familia con Erick.

—Llegamos, Christopher. —murmuró Camila cerca de su hermano el cual ocultaba su rostro entre sus manos—Está bien, trata de ser rápido con papá y luego volver a Inglaterra, ¿Sí? No te preocupes por Erick, yo le explicaré lo que pasó en el aeropuerto y tamb-

—Vamos a casa de los Cabrera, quiero hablar con Joel.

Camila solo se limitó a asentir sin comprender por completo, y a pedir al chofer llevarlos a casa de los Cabrera. No tardaron más de cinco minutos en llegar debido a lo cerca que sus residencias se encontraban, Christopher sin decir palabra alguna pagó al taxi y bajó directo a tocar el timbre. Camila no entendía por qué la necesidad de hablar con el asistente de los Cabrera, pero si algo sabía, era que Joel tenía algo con Christopher, algo lo cual se había dado cuenta el día en que había dado la noticia del embarazo de Erick a la familia.

Joel abrió la puerta y miró asombrado a Christopher el cual seguía con la misma expresión dolorosa del camino. El mayor bufó y negó dejando pasar a Christopher y a Camila.

—¿Podemos hablar? —preguntó Christopher con voz decaída.

—Sígueme. —Camila solo los observó alejarse entre los largos pasillos del lugar. La chica sonrió de manera triste y subió las escaleras en busca de Lauren.

Joel y Christopher entraron en una oficina no muy grande la cual se encontraba al lado de una gigante sala de estar llena de variedades de juegos de mesa y billar. Christopher tomó asiento y tomó una copa de vino la cual Joel le había ofrecido.

—Regresaste, pensé que dejarías a tu pequeño juguete botado con aquel bebé. —rió Joel tomando un sorbo del vino—¿Por qué viniste?

—Necesito hablar con alguien, me estoy volviendo loco, no sé qué hacer, no sé qué pensar... estoy harto de todo esto. A veces quisiera ir con Erick y decirle que lo amo, quiero estar con él, besarlo y pedirle perdón por todo. Pero luego algo en mi me prohíbe hacerlo, digo cosas de más, lastimo con mis palabras, pienso y actuó de manera imbécil por fuera, pero por dentro es todo lo contrario.

—¿Regresaste por Erick?

—No, regresé por mi padre. Él sabe que ese bebé es mío y me va a obligar casarme con Erick, él es así y no cambiará de opinión. Yo se supone que solo vengo a deshacerme de él, vengo para negar el matrimonio y para convencer a mi padre. —apretó sus parpados y soltó un leve sollozo—Erick estaba en el aeropuerto, el me vio y me llamó, escuche su voz y... y sentí que el mundo se venía encima mío.

—¿Quieres un cigarrillo? —Christopher acepto y tomo uno, Joel prendió el suyo y el de Christopher—Estas tratando de decirme que haces las cosas sin pensar y lo que en verdad quieres hacer lo guardas para ti mismo por lo imbécil que eres, ¿No? —Joel rió—Tu mismo me dijiste que no amas a Erick, me lo afirmaste sin dudar un poco.

—Yo no sé lo que digo, tengo miedo. Si me caso con Erick le haré daño y voy a huir de nuevo, todo será peor, será más doloroso para los dos. Yo no puedo amar a alguien, ni siquiera a Erick.

—Te contradices a ti mismo. —comentó el más bajo—Tienes que olvidar al Christopher del pasado, deja a un lado a ese Christopher que jugaba con la gente. Necesitas ser el Christopher que sabe lo que hace y está seguro de sus actos, el que actúa como un verdadero adulto, el que se hace cargo de sus actos y tiene una familia a la cual ama y daría su vida por ella. En ti está cuál de los dos Christopher quieres ser. Christopher, no soy quien para decirte que haces bien y que haces mal, todo depende de ti, son tus decisiones. Solo quiero decirte algo, Erick no es un objeto el cual estará todo el tiempo a tu disposición, y si quieres tener una oportunidad de cambiar, entonces acepta a Erick. Un matrimonio hace que saques a la luz tú verdadero tú, hace que recapacites antes de hacer algo que dañe a la pareja; porque la misma frase lo dice:

«El amor es ciego, pero el matrimonio le devuelve la vista»

Todo queda en tus propias manos, y en tus sentimientos, Christopher.

Matrimonio; ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora