Todos, absolutamente todos los seres humanos imaginan cosas, presienten cosas y concluyen cosas sin contar con todos los elementos de juicio necesarios para llegar a dicha conclusión.
Por qué Erick sentía algo, algo que parecía ser malo y bueno. Algo que ocurriría en un pasado no muy lejano, era como si exactamente ese día hubiera despertado con una gran y hermosa sonrisa, como si todas las lágrimas derramadas en esa semana hubieran muerto para luego renacer una nueva persona, un nuevo él. Como un arcoíris luego de la tormentosa y triste lluvia.
Erick entro a la cocina recordando los hechos del día anterior que llegaron como rayos de luz a su cabeza, como Christopher le había hecho sonreír de manera real y no forzada como acostumbraba con su familia y Camila. Y todo gracias a una pregunta estúpida a los ojos del menor ''¿Cómo se lava una cebolla?'' porque ese día se había dado cuenta que Christopher era un hombre realmente divertido y apuesto en cualquier situación.
Erick no solo estaba enamorado de su sonrisa.
Erick ahora también estaba enamorado de su carisma.
Erick sintió su corazón latir con fuerza recordando como Christopher había tocado su mejilla en ese mismo lugar, como le había dicho todas esas palabras que por arte de magia le hicieron olvidar su tristeza hacia la vida así naciendo un hermoso arcoíris en el interior de él y haciéndole feliz después de tantos años.
Con una enorme sonrisa empezó a sacar la vajilla de porcelana y empezó a verter la sopa en ella al igual que un té verde y fruta picada. Todo iba exactamente para su madre la cual no había ido a ayudar a su padre en la empresa solo por tener una leve gripe.
La mujer no hacía nada apenas una pequeña enfermedad inundara su cuerpo y siempre excusándose con un ''Estoy enferma, Erick'' para tener a su hijo como un sirviente haciendo lo que ella debería.
—¡Erick te estoy hablando! —grito la mujer desde la segunda planta ahogándose y perdiendo la voz un poco al momento de forzarla.
—¡Voy madre! —respondió mientras terminaba de acomodar todo para poder subirlo y entregárselo a su madre.
Erick tomó un bote de pastillas que se encontraban en la cocina y la guardó en su bolsillo, con cuidado subió las escaleras, evitando que todo se derramara. Por qué esa mañana se había levantado con una hermosa sonrisa en su rostro y con la felicidad hasta lo más alto, y no quería arruinarla por un de sus torpezas diarias.
Erick empezó a sentir esperanza, esperanza en poder cambiar su destino, conocer a una persona que le saque de ese infierno y le lleve a conocer la verdadera felicidad y lo que se merece.
Erick empezó a tener esperanza en Erick Brian.
—Aquí esta madre. —el castaño colocó el respaldo de madera sobre la piernas de la Señora Daysi donde se encontraba todo lo necesario. Tomó el vaso lleno de jugo y sacó las pastilla de su bolsillo, la partió en dos e introdujo en aquel líquido color verde. Le entregó la bebida a su madre observando como la pastilla se disolvía en él.
Erick amaba esas pastillas por el simple hecho de que dormían a su madre para despertar horas después.
—Gracias cariño, ¿Le has puesto las pastillas? —Erick asintió y observó a su madre tomando aquel jugo.
Lo que la madre de Erick no sabía es que él, le había puesto otra pastilla.
Erick se sentó al lado de su madre, noto como empezaba a bostezar y tomarse la cabeza con sus manos mientras se quejaba de que le daba vueltas y le dolía un poco. A los minutos vio como la señora cerraba los ojos sin antes no decirle un ''Erick, tengo sueño'' y quedarse dormida por completo.
Erick le había dado a su madre una pastilla para dormir.
El castaño sonrió victorioso y se dirigió a su habitación, exactamente ese día no tenía nada interesante que hacer, siempre era lo mismo. Sacó un gran libro de recetas que su abuela le había dado junto con el diario, Erick siempre las practicaba para mejorarlas y aprendérselas para cuándo viviera solo; por él, tenía la esperanza de algún día ser independiente.
Aquel libro tenía más de doscientas recetas y aunque pareciera imposible o cansado, él ya las había hecho todas aunque solo se había aprendido un poco menos de la mitad. Tomó un postit color rosa y lo pegó en la hoja de una de las páginas del libro escribiendo algunos ingredientes que le podrían ser agregados a aquel platillo volviéndolo aún más dulce.
Porque si algo Erick ama, es todo lo que contiene un sabor dulce.
El chico fue interrumpido con golpes en la puerta principal los cuales eran repetitivos y altos, corrió hacia ella y miro por la mirilla de la puerta. Abrió los ojos con exageración cuándo vio a un chico alto en la puerta, pero no era cualquier chico.
Christopher estaba en la entrada de su casa.
Erick miro hacia atrás y recordó la pastilla que le había dado a su madre. Empezó a pensar sobre qué hacer, si le diría que pasara, o le dijera que se fuera o preguntarle que se debía su llegada inesperada.
Quitó los seguros de la puerta y la abrió, Christopher le miró con una sonrisa ladina y sus manos en los bolsillos de su pantalón. Erick solo le observó, no dijo nada al igual que el mayor, el castaño tragó en seco y habló—¿Q-Que haces a-aquí? —cerró los ojos con vergüenza por el tartamudeo.
—Vine a buscarte, pensaba en que sería genial entablar una relación más cercana —Christopher tomó las manos de Erick con delicadeza— ¿Te molesta, pequeño?
—M-Mi madre, Christopher es mejor de que te vayas. N-No quiero problemas.
—Entonces hablaré con ella, no cambiare mis planes Erick ¿Dónde está? —el mayor entro a la casa y Erick tomó su brazo evitando continuar.
—Ella está durmiendo, está enferma y no creo...
—Genial, cuando se despierte y regresemos nosotros le doy una explicación. —Erick mordió su labio y se quedó quieto pensando en que hacer.
Podría salir con el pero le daba miedo por un lado, ya que el tener que estar en un lugar público y estar cerca de diferentes personas al igual que tener que enfrentar a su madre después de tantos años siendo controlado por ella, pero por otro el si quería ir con Christopher por el hecho de que con él se sentía protegido y por qué quería tener una migo más, no solo mujeres a su alrededor las cuales le mandaban y manejaban.
—¿Vamos, pequeño? —Christopher le extendió la mano mostrando sus dientes con su sonrisa encantadora.
Erick con inseguridad y timidez la tomo.
Erick subió al auto de Christopher.
Christopher no soltó su mano en ningún momento.
Erick sintió que su corazón se podría salir por las nuevas sensaciones que el mayor le brindaba.
Christopher se sintió atrapado por los encantos el pequeño Erick.
Erick Brian por igual empezó a caer en los encantos de Erick Brian, justo como el mayor planeaba. Por qué Erick sería suyo a pesar de todo.
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Matrimonio; Chriserick
Romansa❝Erick sólo quería ser amado.❞ nota: esta historia no es mía, todos los créditos a @nattxn, tengo su permiso para hacer la adaptación. ⇢ Christopher top ⇢ Erick bottom ⇢ m-preg - embarazo masculino ⇢ Adaptación