«Capítulo 9»

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El día siguiente amaneció nublado, con lluvias ocasionales, aunque la borrasca ya se había desplazado hacia el mar. Los periódicos se hacían eco de lo que había sucedido la noche previa; los titulares se centraban sobre todo en un tornado que había arrasado parte de un parque de casas móviles. El resultado: cuatro personas muertas y otras siete heridas. En ningún diario se mencionaba el rescate de Jeon Bohyuk; ningún reportero se había enterado hasta el día siguiente, bastantes horas después de que ya lo hubieran encontrado, de que el pequeño se había perdido.

La misión de búsqueda había sido todo un éxito. Por eso había pasado desapercibida, especialmente si se comparaba con el continuo goteo de información sobre las consecuencias desastrosas de la borrasca en la parte más oriental del estado.

Los Jeon seguían todavía en el hospital; les habían permitido dormir en la misma habitación. Ambos tenían que pasar la noche en observación, y aunque a Bohyuk le habrían dado el alta a la tarde siguiente, los médicos querían mantener a Wonwoo un día más en observación.

El bullicio en el hospital no permitía dormir hasta muy tarde. El médico de guardia entró a verlos a los dos, y después los pacientes pasaron el resto de la mañana mirando dibujos animados. Ambos estaban en la cama de Wonwoo, con un par de almohadas en la espalda, para permanecer cómodamente sentados, y vestidos con las batas que les había proporcionado el hospital. Bohyuk estaba viendo Pororo, su serie favorita. También había sido el dibujo animado favorito de Wonwoo cuando era pequeño. Lo único que les faltaba era una bolsa de palomitas. De solo pensar en esa posibilidad, se le removió el estómago al mayor. Pese a que la sensación de mareo había desaparecido casi por completo, la intensa luz todavía le dañaba la vista, y le costaba digerir los alimentos.

—Tá criendo —dijo Bohyuk, señalando hacia la pantalla, mirando cómo las piernas de Pororo se movían en círculos.

—Sí, está corriendo con sus amigos. ¿Puedes decir: «Corriendo con sus amigos»?

—Criendo con amios.

Wonwoo lo estrechaba con un brazo por encima del hombro, y le dio una palmadita de aprecio.

—¿Corriste anoche?

El niño asintió, sin apartar la vista de la pantalla.

—Zí, orría.

—¿Estabas asustado?

—Zí, autado.

Aunque su tono cambió levemente, Wonwoo no sabía si estaba hablando de él osi todavía hablaba del dibujo animado. El pequeño no comprendía la diferencia entre los pronombres (yo, tú, él, ella...), ni tampoco sabía usar los tiempos verbales adecuadamente. Corrí, corría, corrió... Para él significaban lo mismo; por lo menos, esa era la impresión del pelinegro. El concepto de tiempo (ayer, mañana,anoche) también se escapaba a su lógica.

Era la primera vez que hablaban sobre lo que había sucedido. Un poco antes, Wonwoo había intentado sin éxito abordar el tema.

«¿Por qué corrías? ¿En qué pensabas? ¿Qué viste? ¿Dónde te encontraron?»

Bohyuk no había contestado a ninguna de sus preguntas, ni su hermano tampoco esperaba que lo hiciera. Aun así, quería preguntárselo. Algún día quizás él sería capaz de contarle. Algún día, cuando pudiera hablar, quizá recordaría la experiencia y se la contaría con pelos y señales.

«Sí, hermano, recuerdo...»

Hasta entonces, sin embargo, seguiría siendo un misterio. Hasta entonces. A Wonwoo aquel entonces se le antojaba más lejos que nunca.

Rescued ➳ MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora