«Capítulo 20»

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Cuando se despertó, a la mañana siguiente, Wonwoo estaba solo. La colcha en el lado de Mingyu estaba apartada, y no había ni rastro de su ropa. Echó un vistazo al reloj y vio que faltaba poco para las siete.

Desconcertado, se levantó de la cama, se cubrió con una bata y exploró la casa rápidamente antes de mirar por la ventana. La furgoneta del moreno no estaba allí. Con el ceño fruncido, regresó a la habitación para examinar la mesa de noche. Ninguna nota, ni en la cocina. Bohyuk, que lo había oído trastear por la casa, salió anadeando de su cuarto, mientras el mayor sopesaba la situación. Se dejó caer pesadamente en el sofá del comedor.

—Oa, Onu —musitó, con los ojos entrecerrados.

Justo cuando Wonwoo le contestó, oyó la furgoneta de Mingyu, que ascendía por la cuesta. Un minuto más tarde, el moreno empujaba la puerta de entrada, con una bolsa de la compra en los brazos. Entró muy despacito, como si no quisiera hacer ruido para no despertarlos.

—¡Ah, hola! —los saludó en voz baja tan pronto como los vio—. Pensaba que todavía estarían dormidos.

—¡Hoa, Ingu! —exclamó Bohyuk, despertándose de golpe.

Wonwoo se anudó la bata.

—¿A dónde has ido?

—¡Ah! A la tienda.

—¿A estas horas?

Mingyu cerró la puerta detrás de él y atravesó el comedor.

—Abren a las seis.

—¿Por qué estás hablando en ese tono bajito?

—No lo sé —el menor se rio, y recuperó el tono normal—. Siento haberme ido esta mañana sin avisar, pero me rugía el estómago. Así que, ya que estaba despierto, he decidido que les prepararía a los dos un desayuno de verdad. Huevos, pancetas, tortitas... Lo normal.

Wonwoo sonrió.

—¿No te gustan mis cereales?

—Me encantan tus cereales, pero hoy es un día especial.

—¿Por qué es un día especial?

Mingyu miró de reojo a Bohyuk, que en ese momento estaba centrado en los juguetes amontonados en un rincón. Minghao los había ordenado por la noche, y él hacía lo que podía por corregir ese error. Era evidente que estaba ocupado en sus cosas, pero Kim simplemente enarcó las cejas.

—¿Lleva algo puesto debajo de esa bata, joven Jeon? —susurró, con una mirada llena de deseo.

—¿Te gustaría saberlo? —bromeó el mayor.

Mingyu dejó la bolsa de la comida en la mesita rinconera, rodeó a su novio con los brazos y deslizó la mano por su espalda hasta llegar a su cintura baja. Wonwoo se puso tenso por un instante, desviando la vista hacia su hermano.

—Creo que ya lo he averiguado —dijo el más alto, como si estuviera conspirando.

—Estate quieto —lo regañó Wonwoo, con la cara muy seria, aunque en realidad no quería que él parara—. Bohyuk está aquí.

Mingyu asintió y se apartó al tiempo que le guiñaba el ojo. El niño no había apartado la atención de sus juguetes.

—Bueno, hoy es un día especial por razones obvias —dijo el moreno, informal, mientras recogía la bolsa de nuevo—. Pero, además, después de que les prepare un desayuno exquisito, me gustaría llevaros a la playa.

—Pero tengo que practicar con Bohyuk. Además, luego he de ir al restaurante esta noche.

De camino a la cocina, Mingyu se detuvo un instante, se inclinó hacia el pelinegro y le susurró al oído, como para hacerlo partícipe de un secreto.

Rescued ➳ MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora