—¡Qué alegría verlos! ¡No sabía si al final vendrían! —los saludó la señora Xu, contenta.Era sábado por la tarde, pasadas las tres, cuando los hermanos Jeon avanzaron entre las gradas hacia los Xu, pisando a algunos espectadores sin querer. No les había costado averiguar dónde se celebraba el partido de fútbol, pues era el único espacio del parque vallado y con gradas. Mientras aparcaban las bicicletas, Wonwoo avistó a Minghao sentado con su madre en las gradas. Él también los vio y los saludó con la mano mientras el pelinegro agarraba a Bohyuk para no perderlo de vista, procurando mantener el equilibrio mientras subía hacia los asientos superiores.
—¡Hola! ¡Pues sí, al final hemos venido! ¡No sabía que Changwon tuviera tantos habitantes! Nos ha costado bastante abrirnos paso entre la multitud.
Las calles del centro del pueblo estaban cerradas al tráfico, abarrotadas de gente. Habían engalanado la calle principal con pequeñas banderas; los transeúntes examinaban los productos artesanales y entraban y salían de las tiendas, con sus compras más recientes colgadas del brazo. Habían montado una zona infantil, donde los más pequeños podían elaborar sus propias manualidades con pegamento, fieltro, espuma de poliuretano, globos y otros materiales que la gente había donado. En la plaza central, la feria estaba en plena ebullición. Wonwoo se fijó en las largas colas para subir en cualquier atracción. Los Jeon se habían tomado su tiempo, atravesando el pueblo a pie, empujando las bicicletas y disfrutando de la efervescencia del festival. En la otra punta del pueblo, el parque rebosaba vida con tenderetes de comida y actividades lúdicas. Había un concurso de barbacoas en una zona que quedaba a la sombra cerca de la carretera.
Minghao se apartó a un lado para dejarles sitio, y Bohyuk se apretujó entre el chino y su hermano, inclinándose hacia el castaño casi coquetamente y riendo como si la situación le pareciera de lo más cómico. Cuando estuvo cómodo, sacó uno de los aviones de juguete que había llevado consigo. El pelinegro había insistido en que se guardara un par de juguetes en los bolsillos antes de salir de casa. No albergaba la esperanza de poder explicarle en qué consistía el juego, y quería que tuviera algo con que entretenerse.
—Viene gente de todo el condado —explicó la señora Xu—. Es una de las pocas ocasiones en que todo el mundo espera ver a viejos amigos que no ha visto desde hace tiempo, y es una buena forma de ponerse al día.
—Sí, eso parece.
Minghao le hizo cosquillas al niño en las costillas.
—Hola, Bohyuk, ¿Cómo estás?
Con una expresión feliz, el pequeño hundió la barbilla en el pecho antes de mostrarle el juguete.
—Aioneta —dijo, entusiasmado, asegurándose de que Minghao pudiera ver su juguete.
Pese a que Wonwoo sabía que era su forma de intentar comunicarse a un nivel que él comprendía, lo animó a contestar correctamente.
—Bohyuk, di: «Estoy bien, gracias».
—Ztoi bin, aziaz —repitió moviendo la cabeza hacia delante y hacia atrás al ritmo de las sílabas. Luego se concentró en su juguete.
Wonwoo lo rodeó con el brazo y señaló con la cabeza hacia el terreno de juego.
—¿A qué equipo hay que apoyar?
—A cualquiera de los dos. Mingyu está en la tercera base del equipo rojo, que son los Voluntarios de Changwon, los del cuerpo de bomberos. El equipo azul, que son los Ejecutores de Changwon, está compuesto por miembros de la policía local y el sheriff. Todos los años juegan para recaudar fondos. El equipo que pierde ha de donar quinientos dólares a la biblioteca —explicó Minghao.
ESTÁS LEYENDO
Rescued ➳ Meanie
Fanfiction"El bombero voluntario Kim Mingyu siempre se ha sentido empujado a asumir grandes riesgos para salvar vidas sin problemas. Sin embargo, hay algo a lo que Mingyu sí le tiene miedo: enamorarse. Cuando una tormenta feroz llega al pueblo de Changwon, J...