Sentado en la cocina, Wonwoo decidió que la vida era como un puñado de estiércol. Usado como abono, era fertilizante. Efectivo y barato, aportaba nutrientes al suelo y ayudaba a que las plantas se desarrollaran en todo su esplendor. Pero cuando no se usaba como fertilizante —en un pastizal, por ejemplo—, cuando se pisaba sin querer, el estiércol no era nada más que porquería.Una semana antes, cuando él y Bohyuk se habían reunido en el hospital, había experimentado una inmensa emoción, un sentimiento vigorizante. En ese momento, lo único que le importaba era su hermano, y al verlo sano y salvo todo le había parecido perfecto. Su vida, por decirlo de algún modo, había sido fertilizada. Después de una semana, sin embargo, todo parecía distinto. La realidad tras la tragedia del accidente ya había quedado atrás, y la sensación balsámica, fertilizante, había desaparecido.
Wonwoo estaba sentado frente a la mesa de formica en su pequeña cocina, revisando la montaña de papeles que tenía delante, intentando entender lo que decían. El seguro médico cubría la hospitalización, pero no el resto de los costes. Su coche podía ser viejo, pero le prestaba un gran servicio. Ahora lo habían declarado siniestro total. Su jefe, el señor Chwe, con su buen corazón, le había dicho que se tomara unos días antes de volver a trabajar, y ya habían transcurrido ocho días sin ganar ni una sola moneda. Las facturas normales llegarían dentro de menos de una semana, y, para colmo, estaba mirando sin pestañear la factura de la grúa, el servicio que habían llamado para sacar su coche de la cuneta.
Aquella semana, la vida de Wonwoo era una porquería. Evidentemente, su vida no sería tan horrible si fuera millonario. En ese caso, tales avatares no serían nada más que pequeños inconvenientes. Con lo que le quedaba en la cuenta bancaria no podría hacer frente a las facturas habituales, y encima esperar que le quedara algo para comprar comida. No tendrían más remedio que alimentarse a base de cereales, de eso no le cabía la menor duda, y aún tenía suerte de que los Chwe los dejaran comer gratis en el restaurante. Podría utilizar la tarjeta de crédito para pagar el resto de los gastos del hospital.
Por suerte había llamado a Wen Junhui, su amigo y otro camarero que trabajaba en el restaurante de los Chwe, y había convenido que ayudaría a Wonwoo a ir y volver del trabajo. En cuanto a la factura por el servicio de la grúa, afortunadamente le habían ofrecido compensar el pago con el valor estimado del vehículo.
¿El resultado final? Una factura adicional de crédito todos los meses, y de nuevo tendría que empezar a desplazarse por el pueblo en bicicleta. Incluso peor, dependería de un compañero del trabajo para ir y volver del restaurante. Para tratarse de un chico con un título universitario, no era una vida de la que pudiera sentirse muy orgulloso.
¡Menuda porquería! Si tuviera una botella de vino, la habría abierto. En esos momentos, no le iría nada mal una válvula de escape. Pero ni siquiera podía permitirse el lujo de comprar una botella de vino.
Después de firmar las facturas, las metió en los sobres y usó los últimos sellos que le quedaban. Tendría que dejarse caer por la oficina de correos a por más. Había escrito una nota a modo de recordatorio en la libreta junto al teléfono, antes de acordarse de que, a partir de entonces, «dejarse caer por un sitio» adquiría un nuevo sentido completamente distinto. Si la situación no fuera tan patética, se habría reído de lo patético que era.
¿Ir a todas partes en bicicleta? En un intento de ser positivo, se dijo a sí mismo que, por lo menos, se pondría en mejor forma física. Dentro de tan solo unos meses quizá incluso agradeciera el ejercicio extra.
«¡Menudas piernas! ¡Pero si parecen de acero! ¿Cómo lo has logrado?»
Imaginó que le diría la gente. Y él contestaría orgulloso que es porque siempre va en bicicleta. Se le escapó una sonrisita. A su corta edad, su tema de conversación sería que siempre iba en bicicleta. De repente se puso serio, consciente de que su última ocurrencia era simplemente una reacción al estrés.
ESTÁS LEYENDO
Rescued ➳ Meanie
Fanfiction"El bombero voluntario Kim Mingyu siempre se ha sentido empujado a asumir grandes riesgos para salvar vidas sin problemas. Sin embargo, hay algo a lo que Mingyu sí le tiene miedo: enamorarse. Cuando una tormenta feroz llega al pueblo de Changwon, J...