56.Todos en lo suyo.

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《  1 semana después  》

El sol iluminaba la nueva mañana en Hawkins, pocas nubes decoraban el cielo, por lo que esa luz llegaba a todas partes

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El sol iluminaba la nueva mañana en Hawkins, pocas nubes decoraban el cielo, por lo que esa luz llegaba a todas partes.

Richie y Camila recibían con gusto de aquella luz de el sol, ambos tomados de las manos mientras subían las montañas de la mansión. Y mientras esto hacían, charlaban.

-Esta mañana se siente tan...fresca-admite la peliblanca con un suspiro.

-Eso te iba a decir, todo está tan tranquilo, y eso me encanta-concuerda el pelinegro mirando al rededor.

-A mi también-susurró mientras seguían subiendo.

Pronto, llegaron a la cima de la montaña, y eso hizo que Richie sacara una dulce sonrisa, mirando a los dragones mientras se acercaban a ellos. En un momento, él causó que se detuvieran a unos metros de ellos.

-¿Qué pasa?-pregunta ella confundida, volteándolo a ver.

-Es que, recuerdo hace unas noches y, no solo pensé que te había perdido a ti, sino que también a...a mis hijos-susurra con la vista fija en ellos. Camila entreabrió sus labios comenzando a sonreír.

-¿Tus hijos?-repite con una boba mirada, él la mira, sonríe de la misma forma, y después asiente.

La peliblanca tragó duro comprimiendo una sonrisa, lo dejó de mirar al mismo tiempo de que continuaba con su camino para acercarse a ellos.

En cambio, Richie tan solo observó detenidamente como Orión y Titán la miraban bajando sus cabezas, y cuando lo hicieron, ella sonrió acercándose y colocando una mano sobre el hocico de el verde dragón.

En cambio, Richie tan solo observó detenidamente como Orión y Titán la miraban bajando sus cabezas, y cuando lo hicieron, ella sonrió acercándose y colocando una mano sobre el hocico de el verde dragón

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-Buenos días, niños-murmuró sonriente, y ellos le correspondieron con pequeños pero cariñosos gruñidos.

Richie suspiró yéndose de su lugar y acercándose a ellos, viendo mientras se acercaba a Orión, quien se alejó de la mano de su madre para mirarlo a él.

Richie suspiró yéndose de su lugar y acercándose a ellos, viendo mientras se acercaba a Orión, quien se alejó de la mano de su madre para mirarlo a él

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