Capítulo 11: Noche de sustos

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[Malena]

Tensión sexual: espontánea atracción entre dos personas; y existe sin importar que desees o no hacerte consciente de ellas.

Eso es lo que acaba de pasar con mi jefe y fue muy incómodo.

Creo que nunca habíamos tenido un momento así, pero tengo que olvidarlo, no puedo seguir pensando en ello porque ¡Dios, es mi jefe!.

Ya quiero salir de este lugar, desde que tengo memoria nunca fui fanática de los hospitales. Y por suerte mi salvación acaba de entrar por la puerta de la habitación.

—Te dejo un segundo sola con mi hermano y ya lo espantas.— se burla Andrea.

Yo la miro sonriendo y niego con la cabeza.

—Si tan sólo supieras lo que pasó.

—Contame, futura cuñada.— dice pícara y mirándome con una gran sonrisa.

"¿Dijo futura cuñada?"

Me quedo pensando un rato y empiezo a reírme como loca.

Yo, ¡YO!, ¿novia de ese ser humano, de esa heladera idiota y que además es arrogante? No, gracias.

Andrea me mira como si estuviera loca y agarra mi brazo.

—Bueno... Ya está. Solamente fue un comentario. No es para tanto.— dice frunciendo el ceño.

Ay no, creo que se dio cuenta de algo...

—¡¿Vos y mi hermano...?!— pregunta haciendo una pausa. Abre la boca con sorpresa y me mira con una sonrisa.–¡¿Vos y mi hermano tuvieron sexo?!

Yo abro los ojos demasiado, tanto que pensé que se me iban a salir de lugar.

—¡Obvio que no!.

"Ya quisieras tener sexo con tu jefe."

¿Por qué nunca podes callarte? Subconsciente estúpida.

"Ah bueno, entonces... ¿No querés tener NADA con tu jefe?"

No.

—¡Male!.— me grita Andrea.

Yo la miro confundida y ella con una ceja levantada.

—Te estoy llamando hace media hora más o menos.

—Perdón, es que estoy... estresada.— digo tirándome el pelo hacia atrás.

—Te entiendo, pero, ¿sabes qué?.

—¿Qué?.— le pregunto frunciendo el ceño.

—Mañana te dan el alta.— me mira con una sonrisa.

¡Gracias a Dios! Ahora me siento más aliviada. Lo que no me alivia tanto es saber que Ricardo todavía está allá afuera.

Pero no tengo que pensar en eso.

—Uy.—se queja Andrea mirando su reloj.—Ya terminó el horario de visita.— rueda los ojos y se levanta de la cama, que al parecer, en algún momento se había sentado.

Se acerca y me da un beso de despedida.

—¿Te veo mañana?.— me pregunta a punto de abrir la puerta para irse.

Yo la miro sorprendida porque no pensé que ella iba a querer volver a verme.

—¿Mañana también venís?.— creo que sonó mal mi pregunta.

—¿Te jode que vuelva?.— pregunta mirándome con el ceño fruncido.

—¡Obvio que no! Pero me pareció raro que quieras volver.— le digo con una sonrisa.

Él es mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora