Malena:
Abro los ojos y lo primero que siento es un terrible dolor de cabeza.
¿Quién carajo me manda a tomar tanto? ¡Nadie! Yo solita, y no es la primera vez que lo hago.
Veo que la puerta de mi pieza se abre y entra Lucía con una pastilla y un vaso de agua.
—Al fin despertaste, bella durmiente.
Me siento en la cama y agarro mi cabeza.
—Me duele todo.
—Tomá la pastilla.—dice Lucía como si fuera mi mamá.
Le agarro el vaso y la pastilla, y me la tomo de una. Odio tragar las pastillas, siento que se me pueden quedar trabadas en medio de la garganta, es algo estúpido ya sé.
—¿Qué pasó?.—pregunto mientras me vuelvo a tirar en la cama.
—Tengo dos noticias, una buena y una mala. ¿Cuál querés escuchar primero?.—pregunta Lucía con cara rara.
—La buena, obvio.—digo encogida de hombros.
—La buena noticia es que muy pronto vamos a ir a un casamiento.
Frunzo el ceño y pienso en todas las personas que tengo conocidas que se puedan estar por casar, pero no se me ocurre ninguna. Salvo...
—¡¿Gerardo te propuso matrimonio?!—pregunto emocionada.
Ella frunce el ceño y niega con la cabeza.
—¡No! Recién estamos en algo y... ¡Me fui de tema!.—grita sobresaltándome. —Acá lo importante es que la que se va a casar sos vos jaja, nos vemos amiga.—dicho eso sale de mi pieza dejándome sola para poder procesar lo que me acaba de decir.
No sé que cara debo tener en estos momentos pero estoy segura de que no es buena.
Me levanto lo más rápido que puedo de la cama, aunque después me arrepiento de eso por el mareo que me agarra, y como puedo voy detrás de ella.
—¡Lucía!
—No grites, estoy viendo la serie.
Indignada, me acerco a ella y le saco el control para apagar la tele.
—No es tan malo, siempre te quisiste casar con el hombre más rico del mundo... y ahora lo estás por hacer.—dice emocionada.
Tengo un muy mal presentimiento sobre todo esto.
—Cuando te dije eso tenía 11 años.—contesto suspirando.—Ahora decime... ¡¿Qué carajo hice o dije anoche?!.
Lucía se sienta en el sillón, cruza las manos y me mira.
—Ayer, como ya sabrás, nos emborrachamos un poquito, vos mucho más que yo y-
—¡Lucia, al grano!—grito ansiosa.
—Bueno, bueno. Vino Sebastián, hablaron y después le dijiste que- ay ¿cómo te digo esto?.—tapa su boca y mira para todos lados menos a mí.—Le dijiste que te ibas a casar con él.
—¡¡¿Qué?!!.—pregunto desesperada.—¡Decime que es una joda!.
—Nop, cuando lo dijiste lo dejaste muy pero muy en claro.—hace ojitos chinos.
—Con Sebastián. ¿Me voy a casar con Sebastián?.—pregunto sarcásticamente mientras suelto una risa nerviosa.
—Por lo que me acuerdo, sí.
Malena, no vuelvas a tomar nunca más en tu vida porque es para cagada.
Voy hacia mi pieza para pegarme una ducha y después poder ir a hablar con el hombre más tarado de todos. Esto no va a quedar así, acá no va a haber ningún casamiento.
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Él es mi Jefe
RomanceNo puedo casarme con él. No puedo ser su esposa. No puede ofrecerme un contrato sólo para hacer feliz a sus padres. ¿Por qué? Fácil. Porque Él es mi Jefe, la persona que es una heladera andante y el que es el peor jefe de todos. Me llamo Malena R...