Al día siguiente ya tenía mis cosas en la oficina de mi jefe. Yo no quería, lo juro, pero él prácticamente me obligó.
¡Hasta me ayudó a llevar cosas!—Querida amiga, voy a extrañarte.— dice Andrea dramatizando sus movimientos.
—Oh querida Andrea, también voy a extrañarte.—le sigo la corriente. Nos abrazamos y hacemos como que lloramos.
—¿Qué hacen?.— escucho la voz de mi jefe y me doy media vuelta para verlo. Está apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
"Papasito"
—¡Tú!, ¡Maldito rufián, me quieres separar de mi mejor amiga por tus intereses sexuales! ¡Maldito egoísta!.— grita Andrea mientras lo señala.
Yo abro los ojos demasiado y le pego en el brazo.
Sebastián frunce el ceño y cuando pensé que iba a regañarla o a decirle lo inmadura que era, pasa todo lo contrario.
—Lamento mucho quitarte a tu mejor amiga, querida Andrea. Pero mi necesidad "sexual" está primero y yo soy el jefe aquí así que ella hace lo que yo ordene.— dice exagerando sus movimientos, siguiéndole el juego a Andrea.
Estoy más que sorprendida por lo que dijo. ¡Tendría que haberla retado no seguirle el juego!
—Me las vas a pagar, maldito hombre.— Andrea le hace un gesto como que lo está vigilando y Sebastián viene hacia mí. Me agarra de la cintura y sin quitarle la mirada de encima a su hermana, me lleva hasta la puerta.
Ambos se hacen los serios y cuando salimos de la oficina Sebastián larga una carcajada, no puedo evitar reírme por ello.
—Andrea es terrible, disculpala.— dice riéndose, todavía con su mano en mi cintura. Apenas se da cuenta, la saca rápido.
Después de lo que pasó ayer, ninguno de los dos volvió a hablar del tema.
—Vamos a la oficina que ya hay trabajo.— dice más serio.
Yo asiento y lo sigo a la oficina.
Una vez que terminamos todo el trabajo que teníamos, agarré mi celular.
Revisaba si mi hermano me mandó mensaje pero nada. No tenía ninguna señal de vida de él después de la pequeña charla que tuvimos.
Todavía me intriga saber lo que estaba haciendo y para que me llamaba, capaz que más tarde lo llame yo.—Malena.
Miro a Sebastián y él se levanta de su asiento para venir a mi escritorio. Se apoya en él y yo tengo que levantar mi cabeza para poder verlo.
—Estaba pensando en que podríamos ir a comer algo. ¿Te parece?.— me muestra esa sonrisa baja bombachas y yo me quedo sorprendida.
Esto nunca había pasado. Es raro que mi jefe quiera salir a comer conmigo.
"Este algo quiere..."
—Sí, obvio, no hay problema.— le sonrío y vuelvo a mirar mi celular.
Noto que él se va y se vuelve a sentar en su silla. Creo que esperaba otra respuesta...
(...)
[Sebastián]
No puedo creer que solo haya dicho eso. La invité a cenar y dijo "no hay problema". ¿Qué clase de persona dice eso?
"¿Una persona que no está desesperada por salir con otra?"
Me desespera. Es la única mujer que no cae en mis encantos, o por lo menos así lo demuestra.
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Él es mi Jefe
RomanceNo puedo casarme con él. No puedo ser su esposa. No puede ofrecerme un contrato sólo para hacer feliz a sus padres. ¿Por qué? Fácil. Porque Él es mi Jefe, la persona que es una heladera andante y el que es el peor jefe de todos. Me llamo Malena R...