Capítulo 39: Dudas y Sorpresas

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[Sebastián]

Escucho mi teléfono sonar y lo saco del bolsillo de mi pantalón. Ruedo los ojos al ver que es Gerardo el que me llama.

Estoy bastante seguro de saber lo que me va a decir.

—Hola.—contesto—Antes de que digas algo...

Una vez más, Gerardo me va a dar su sermón de por qué no tengo que dejar nunca jamás a una mujer sola en mi casa.

Escuchame una cosita...me interrumpe mi hermano¿Vos cobras por ser un boludo a tiempo completo o solo por hora? Decime así te pago, ¿viste?pongo mis ojos en blanco y me siento en el banco de la plaza a la que vengo cuando necesito pensar.— ¡¿Pero cómo la vas a dejar sola a Malena en tu casa?! ¡¿Vos sos loco o qué tenés en la cabeza?!me grita haciendo énfasis en 'Malena'.

Y esta conversación sigue por media hora, hasta que decido interrumpirlo porque ya me cansó.

... así que tenés que dejar de hacer el ridículo, Sebastián. Ya estamos grandes, ya tuvimos esta conversación miles de veces y ya sabemos como...

—Malena me dijo que sí.—lo interrumpo y, de golpe, un gran silencio invade el otro lado de la línea.—¿Seguís ahí?.

¿Qué? ¿Por qué motivo, razón y/o circunstancia te dijo que sí?pregunta confundido. Pero yo creo que en el fondo sabe lo que ese "Sí" significa para nosotros, o mejor dicho, para mi papá.—Decime que te dijo: "Sí, te odio" o "Sí, sos un pelotudo" pero por favor decime que no te dijo: "Sí, me voy a casar con vos".

Esta vez soy yo el que se queda en silencio.

A esta altura no sé cómo afrontar la situación. Ya no es como antes.

No sé lo que quiero o lo que no quiero.

—Es por esa razón que me fui de casa. No podía y no quería mirarla a los ojos.—le contesto—Gerardo, no puedo casarme con ella, no así. No en esta situación y más si eso implica tener que lastimarla. No me preguntes por qué estoy reaccionando así porque ni yo lo sé... pero no puedo. Siento que lastimo a otra persona si lo hago.

Otra vez silencio.

—¿Hola?—pregunto con el ceño fruncido.

—Guau. La verdad estoy muy sorprendido.—escucho la voz de mi hermano al lado mío y me sobresalto.

¿En qué momento se sentó?

"Es re sigiloso el hijo de mil."

—¿Cómo me encontraste?—le pregunto mirándolo.

Él me mira y se ríe.

—Soy tu hermano, te conozco.—desvía la mirada y suelta una risita nerviosa.—Aparte no es la primera vez que vengo acá, te seguí unas cuantas veces.

Pongo mi mejor cara de indignado y niego con la cabeza.

Ni privacidad se puede tener.

—Eso se llama acoso.—entrecierro mis ojos.

—Pero que acoso ni acoso, pelotudo, soy tu hermano.—dice mientras hace montonsito con la mano.—Volviendo al tema, tenés que decirle a Malena que no. Ahora vos tenés que ser la mujer, aunque tengo la sospecha de que siempre lo fuiste pero bueno...

Pongo mis ojos en blanco y suelto un suspiro.

Después de tanto tiempo de insistir, ¿ahora le tengo que decir que no? No puedo hacer eso, quedo como un boludo.

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⏰ Última actualización: Feb 07, 2021 ⏰

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