[Gerardo]
¿Por qué ella es tan cruel conmigo? ¿Por qué no puede ser buena como yo lo soy con ella?
Esa chica me vuelve loco en el buen sentido y en el mal sentido de la palabra.
Vuelvo a llamarla por teléfono y a dejarle un nuevo mensaje de voz ya que todavía no me contesta.
-¡Espero que a la próxima llamada me contestes porque ya estoy harto de escuchar a la operadora diciéndome siempre lo mismo! ¡Hasta ya nos hicimos amigos de tantas veces que llamé y no me contestaste!.-grito estresado.-Este es el correo de voz numero 20 que te dejo pero ¡no me importa!. Si no me devolves la llamada en cinco minutos juro que voy a ir a tu casa solamente para ver que estés bien y creeme, no vas a querer que yo vaya a tu casa.- corto la llamada y suspiro mientras me siento en el sillón de mi hermano.
¡No hay una chica más difícil que ella! ¿Por qué me tienen que atraer las difíciles? ¡¿Por qué me tiene que atraer Lucía?!
No me pregunten en qué momento pasó todo porque la verdad es que no lo sé. Un día la odiaba y al otro la amaba, o algo así.
Vuelvo a llamarla por teléfono y sigue sin contestar. ¿Dónde estará?
-Me cansé, me cansé de llamarte y que no respondas. Si a vos no...- bajo la voz para que Sebastián no escuche lo que estoy diciendo-Si a vos no te gustó lo que hicimos la otra vez solamente decímelo y voy a dejar de llamarte.- sonrío y cruzo mis piernas como si fuera una mujer, he de admitir que es algo incómodo pero bueno.-Aunque tengo que admitir que a mí sí me gusto y más en la parte cuando te agachaste y....
-La casilla de mensajes está llena, ¡no vuelva a llamar!.- dicho eso me cortan.
Miro mi teléfono extrañado porque esa no era la voz de la operadora. ¡Me estaban haciendo una broma! Pero la chica que habló no era Lucía.
-Tomá la cerveza, tengo que hacer un par de llamadas.- dice Sebastián viniendo de la cocina mirando su celular fijamente mientras me da la lata de cerveza.
Frunzo el ceño y le saco el celular abruptamente. Él me mira mal y trata de sacármelo pero no lo dejo.
Miro a quien estaba por llamar y me sorprendo. Observo a Sebastián esperando a que me dé una explicación pero como no habla, yo lo hago.
-¿Por qué ibas a llamar a Malena un sábado?
Él sigue con el ceño fruncido y yo sonrío.
-No ibas a invitarla a salir, ¿no?.
Sebastian mira el piso y cierra sus ojos.
Ahora entiendo todo.
-No contestes porque ya sé la respuesta.- digo rodando los ojos.-Estaba convencido de que tal vez no lo ibas a hacer, pero al parecer me equivoqué.
-Mejor juguemos un partido de fútbol. ¡Esta vez voy a ganarte, hermanito!.- dice sonriendo, tratando de cambiar el tema. Me pasa un joystick y me siento en el sillón otra vez mientras alejo esos pensamientos de mi cabeza.
Después de un rato largo de jugar a la play, paro el juego porque hay un sentimiento que no me está dejando en paz.
-Vos y yo.- lo señalo a Sebastián y luego a mí.-Tenemos que hablar.
Él me mira indignado y suelta el joystick.
-¡Estaba por meter un gol, Gerardo!
-No, no lo ibas a hacer.- digo riéndome.
Es verdad, casi mete gol pero si lo dejaba hacerlo iba a empatarme y no me gusta el empate. Además tenemos cosas serias para charlar.
-¿Qué pasa entre vos y Malena?- le pregunto serio. Él me mira y niega con la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Él es mi Jefe
RomanceNo puedo casarme con él. No puedo ser su esposa. No puede ofrecerme un contrato sólo para hacer feliz a sus padres. ¿Por qué? Fácil. Porque Él es mi Jefe, la persona que es una heladera andante y el que es el peor jefe de todos. Me llamo Malena R...