GABRIEL PARTE 1

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Lucy miraba el techo de su habitación, después de haber termiando la reunión y de haber pensado todo el día sin conseguir nada, decidió ir a dormir, con lo que no contó era con que no podría hacerlo. Tyler dormía a su lado y ella lo observó, deseando estar en la tierra, en su cama. Se dio la vuelta y miró los mares sangrientos, no tenía ni idea de que lo iba a hacer para calmar al hijo de Satanás, fingió ser fuerte solo para no alarmar a los demás, pero por dentro se moría de miedo.

--¿no puedes dormir?

Sintió el brazo de Tyler rodear su cintura y su respiración en el cuello. Ella se dio vuelta, teniendo los ojos de Tyler sobre ella.

--estoy muy asustada.

Dijo sin pensarlo, su estadía en la tierra la había enseñado a sentir, cosa que justamente en ese momento, no le ayudaba en nada.

--no tienes que estarlo, eres Lucifer, mantuviste este lugar desde un principio.

--fue sencillo porque no había nada que amenazara mi vida.

--tranquila Lucy, todo saldrá bien.

Ella asintió, tratando de creer en las palabras de Tyler. Al día siguiente bajó a desayunar, los seis hombres la esperaban, ella tomó su lugar y los miró.

--no sé qué hacer.

Dijo sin más, los demonios no se mostraron sorprendidos ni angustiados por lo que ella dijo. Leviatán bebió un poco de agua y la miró.

--bueno, Lucifer, no siempre puedes tener la solución a todos los problemas.

--estoy seguro de que, entre todos, buscaremos una solución. -dice Belcebú.

Ella no dijo nada más y se puso de pie, saliendo del castillo oscuro. Caminó hasta el paraíso, necesitaba ayuda, y sabía exactamente a quien pedírsela. Miguel levantó la ceja al ver a su hermana entrar, no había recibido indicaciones de dejarla entrar o algo parecido.

--¿Lucy? ¿qué haces aquí?

--necesito hablar contigo.

--¿conmigo?

Miguel sonrío son entender, él no tenía nada que hablar con ella, es decir, él no tenía autoridad para hacerlo.

--vamos Miguel.

--no lo entiendo, no puedo hacerlo, lo sabes.

Ella lo sabía, pero tenía la esperanza de convencerlo de romper esa simple regla, la conversación más larga que habían tenido después de su destierro fue aquella que tuvieron en la tierra y solo se dio porque su padre lo había enviado.

--por favor, Miguel.

La piel de Miguel se erizó al escuchar decir a su hermana "por favor". La miró directamente a los ojos, no quería ser víctima de uno de sus engaños, pero él no vio nada de eso, lo único que vio era el enorme miedo y la preocupación que cargaban sus ojos.

--está bien.

Él se acercó a ella, dispuesto a charlar. Lucy lo tomó de la mano y lo sacó del paraíso, entrando al infierno.

--oye, sabes que no puedo abandonar el paraíso.

--solo será un momento, aquí Dios no puede escucharnos.

--¿por qué no quieres que escuche?

--porque pensará que estoy mintiendo.

Miguel frunció el ceño y miró el paraíso. Tendría que regresar antes de que su padre notara su ausencia, eso era lo correcto, pero sus pies no se movieron y volvió a mirar a su hermana.

--bien, te escucho.

--necesito tu ayuda.

El corazón de Miguel latió con fuerza, y miró los ojos de su hermana, al notar como la soberbia desaparecía por completo de sus ojos chocolate.

--¿qué necesitas?

--sobrevivir, sabes lo que pasaría conmigo si esa lanza me atraviesa, Miguel, no puedo dejar a mis demonios solos, ellos me necesitan.

--no entiendo que es lo que me pides.

--quiero que me ayudes a luchar, tú y nuestros hermanos.

Miguel furnció el ceño y se alejó de su hermana, lo que le pedía era imposible, él no estaría dispuesto a traicionar a su padre.

--no puedo hacer eso, no traicionaré a mi padre.

Lucifer miró a su hermano fijamente, sabía desde un principio que convencerlo iba a ser un poco difícil, pero no esperaba que la rechazaría tan pronto.

--no te estoy pidiendo que lo traiciones, solo quiero que  me ayudes.

--sabes que ayudarte es darle la espalda a Dios.

La ira de Lucifer comenzó a crecer, no se podía imaginar tal rechazo, su hermano le había dado la espalda sin siquiera pensarlo.

--eres una  mierda, Miguel, soy tu jodida hermana, y ni siquiera porque estoy en peligro no puedes dejar de pensar aunque sea tan sólo en tu bienestar.

--creo que antes de insultarme deberías de pensar en lo que eres tú.

--se lo que soy.

--entonces no eres nadie para venir hasta acá a decirme todas esas cosas.

Miguel se dio la vuelta, no estaba dispuesto a seguir con el berrinche de su hermana. Lucy lo miró alejarse y ella sonrío.

--espero que cuando muera realmente se enteren de la verdad, espero que les duela tanto y sufran toda la eternidad.

Miguel se detuvo ante las palabras de su hermana y volteó de inmediato. Ella sonrío una vez mas y se dio la vuelta, dispuesta a regresar a su hogar. Miguel la alcanzó y la tomó del brazl

--¿qué quieres decir?

Ella volteó y miró a su hermano de forma cínica, ese momento humilde que había tenido hace minutos atrás, había muerto.

--¿qué su hermano nunca se los contó?

--¿qué?

--es muy interesante, ya sabes, de acuerdo a su naturaleza mentir no está bien.

--solo dímelo.

Ella ladeó un poco la cabeza, se lo diría, ya estaba cansada de ocultar tanto la verdad, si iba a morir, quería que Gabriel pagara.

--¿nunca te preguntaste por qué hice una rebelión?

--por supuesto, nunca lo entendí.

--no es tan difícil Miguel, la respuesta siempre estuvo en frente de ustedes.

--¿a qué te refieres?  

Ella se quedó pensativa, recordando aquel día, preguntándose que hubiera pasado si ella no le hubiera hecho caso a Gabriel. Eso sería algo que nunca sabría.

LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora