EL ANTIGUO TESTAMENTO

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Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:1-19

La Biblia declara que, en el principio Lucifer, entonces llamada Luzbel, era un ser sin pecado y justo.

"Perfecta eres en todos tus caminos desde el día que fuiste creada, hasta que se halló en ti la maldad" (Ezequiel 28:15).

Es difícil creer que esta criatura malvada, ahora la archienemiga de Dios y del hombre, en un tiempo fue un ser santo, y guardián del trono de Dios. Que fue un objeto de confianza divina, un arcángel a quien se le confió una gran autoridad, y que por un tiempo descargó sus deberes sin falta alguna y en obediencia perfecta de Dios.

Ella era "querubín grande protector" (Ezequiel 28:14), cuyos hechos y conducta estaban por encima de toda sospecha, y que gozaba de la confianza de Dios a tal grado que el cuidado del cielo estaba confiado en sus manos. Era hija de la mañana, la portadora de luz en el cielo. Poseía una autoridad, que era solamente inferior a la de Dios mismo.

Como "querubín grande protector", ella reinaba como Virreina en el monte santo de Dios. Lucifer era la perfección de la belleza. Poseía una personalidad y encanto que arrebataba la admiración de la huste del cielo.

"No es raro para aquellos que están dotados de una belleza excepcional, adquirir un deseo desordenado por la admiración de los otros. Lucifer, aun cuando era de la orden angelical, no era una excepción a esta debilidad" (Ezequiel 28:17).  "Enlateciese tu corazón a causa de tu hermosura".

Lucifer desarrolló un narcisismo extraño. Poco a poco, ella permitió que el control del universo variara de Dios a ella. Se estaba efectuando un cambio en su carácter de un portento siniestro y aterrador. Lucifer poseían dones raros; había sido dotada con gran sabiduría y conocimiento.

"Lucifer intentó ensalzar en lo alto junto a las estrellas de Dios, al fin de ser semejante al Altísimo" (Isaías 14:12-14).

Pero Dios, en su plan eterno había reservado este ensalzamiento para Jesucristo. Le ha sido dado a Jesucristo solamente sentarse con el Padre en su trono (Apocalipsis 3:21). Lucifer, aun cuando era Virreina, el arcángel principal y el querubín ungido, tendría una posición inferior a Jesucristo. Cuando se hizo evidente que Lucifer no iba a tener la posición suprema, ella vio sus ambiciones frustradas. Fue esto lo que resultó en su rebelión.

La hora había llegado cuando la rebelión nació en su corazón, aun cuando Dios le había dado todo menos el trono, Lucifer no estaba satisfecha. El sueño universal, en el cual ella tuviera el poder supremo, agitó una ambición inquieta en su interior. Aparentemente no hizo intento alguno para reprender este espíritu impió de autoexalación, sino que le dio pleno estímulo. La semilla malvada del orgullo continuó creciendo.

"¡Cómo caiste del cielo, oh Lucero, hija de la mañana", momento en el que el plan era de una naturaleza tan asombrosa que estremeció hasta a los ángeles fieles. "Cortada fuiste por tierra, tú que debilitabas a las gentes. Tú que decías en tu corazón: subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios, ensalzaré mi solio, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del aquilón; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo" (Isaías 14:12-14).

Lucifer levantó una ceja ante lo leído. ¿Mala? Si ella solo quería ser tratada como merecía.

LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora