Lucifer

GABRIEL PARTE 2

Miguel miró impaciente a su hermana, estaba tardando demasiado y tenía que volver al paraíso antes de que alguien se diera cuenta que no estaba y fueran con el chisme a su padre. Lucy suspiro.

--Gabriel me dijo que varios ángeles estaban planeando rebelarse contra nuestro padre por la decisión de poner a su hijo humano en el trono. Le creí Miguel, e intenté detenerlo, pero solo me vi envuelta.

--no lo entiendo.

--Gabriel me engañó, ¿entiendes? Hizo que me involucara para que nuestro padre me desterrara.

Miguel negó repetidas veces, había visto todo lo que su hermana había hecho con el pasar de los años, pero nunca se imaginó que fuera capaz de una cosa tan horrible.

--mientes.

Lucy no se sorprendió ante la respuesta de su hermano, estaba hablando mal de un arcángel, culpándolo de algo horrendo.

--¿por qué te mentiría?

--esa es tu naturaleza.

Ella puso los ojos en blanco y resopló, que se fuera a la mierda, ella ya había cumplido con decirle la verdad.

--no tengo porque mentirte Miguel, no te mentiría a ti.

Ella se dio la vuelta, lista para irse, pero Miguel la volvió a detener. Ella cruzó los brazos y lo miró con paciencia.

--si es verdad lo que dices, ¿por qué nunca dijiste nada?

--porque sabía que iba a pasar lo que está pasando ahora.

Se volvió a dar la vuelta y se fue. Cuando llegó al castillo oscuro, rápidamente se sentó en el trono, frotando sus cienes.

--¿han pensado en algo?

Habló ella cuando sintió la presencia de los seis hombres. Lucy abrió los ojos y miró a cada uno de ellos.

--lo común, hacer ejércitos de demonios, todos los que podamos recolectar. -dice Belfegor.

--te cuidaremos hasta la muerte. -dice Mammon.

--ninguno de ustedes puede morir.

Dice Lucifer obvia, ¿qué pasaría con la vida humana si de pronto los pecados capitales dejaran de existir?

--tu tampoco, ¿cierto?

Dice Leviatán. Era cierto, ninguno de ellos podía morir, cada uno de ellos era parte importante del infierno.

--nadie morirá.

Dice ella suspirando, se levantó del trono y sin más se fue. Tyler estaba en la habitación, después de haber desayunado y conversar un poco con los demás, decidió subir y no estorbar, ellos tenían cosas más  importantes por las cuales preocuparse. Lucy se dejó caer en la cama y Tyler se sentó a su lado, ella sonrío y se puso a su altura para besarlo, lo único bueno de su día era él.

--¿a dónde fuiste en la mañana?

--fui a buscar a Miguel, le pedí ayuda, pero él no quiso dármela.

--¿por qué?

--no está bien que se vean involucrados conmigo.

Tyler se quedó callado, no entendía mucho sobre sus reglas, pero él suponía que cuando un miembro de la familia está en peligro se debe ayudar, no importaba lo mal que se portó.

--creo que es muy egoísta.

--¿eso crees?

--¡sí! Por Dios, eres su hermana, ¿por qué no ayudarte?

--porque soy mala.

--¡ja!

Lucy soltó una carcajada y se abalanzó a Tyler, volviendoló a besar. Ella se removió entre las sábanas, su sueño la incomodaba, no dejaba de ver esos ojos verdes, la seguían sin importar a donde fuera. Abrió los ojos cuando de dio cuenta de quien eran esos ojos; la muerte. Ella se levantó y bajó rápidamente.

--Malak, ¿dónde estás?

Ella se sentó en el trono, esperando la llegada de la muerte. Él no tardó en aparecer, hizo una reverencia y la miró con curiosidad.

--¿qué sucede? ¿tienes una nueva tarea para mí?

Ella negó y sonrió, pensando muy bien en su pregunta, la muerte no era alguien que le gustaran mucho las preguntas.

--te tengo una pregunta.

--¿qué te molesta?

--¿quién le dio la lanza al hijo de Satanás?

--¿por qué crees que yo lo sé?

Ella levantó una ceja y la muerte ladeó un poco la cabeza, sí, él sabía todo lo que estaba pasando y a pesar de que no mostraba mucha preocupación, todo lo que pasaría después, le afectaba enormemente.

--¿no es obvio?

--solo dime.

La muerte bajó su capucha, dejando al descubierto su rostro y se acercó a Lucifer. Ella lo miró sabía que era serio.

--Gabriel.

Lucy hizo puño sus manos, era imposible que Gabriel se conformara solo con desterrarla, ahora también la quería asesinar.

--él te odia.

--lo sé, y ni siquiera tengo el conocimiento del porqué.

--¿en serio no lo sabes?

Lucy levantó la ceja, ¿en serio él lo sabía? Se prometió pasar más tiempo con él, tal vez él sabía cosas que para ella son un misterio.

--¿tu sabes?

--por supuesto, él no toleraba que tu padre te diera todo.

--¿eso es todo?

--sí.

Ella puso los ojos en balnco, Gabriel era un ser avaricioso, haría cualquier cosa con tal de alcanzar lo que quería, y eso incluía asesinarla.

--pero no te preocupes, cuentas con mi ayuda.

Mentiría si dijera que no fue reconfortante escuchar eso, saber que ahora tenía una mano extra, la hacía sentir un poco más segura.

--bien, no esperaba menos de ti.

La muerte asintió y volvió a ponerse la capucha, listo para marcharse. Lucy lo vio salir y se quedó pensativa, recordando aquel momento en el que casi mataba a Gabriel, lo hubiera hecho, lo hubiera matado, si hubiera sido así, no tendría por qué estar preocupándose por su trasero. Lamentablemente, el hubiera no existía y así era como eran las cosas. Maldito Gabriel.