EL JUICIO

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Lucy subió al paraíso y entró como si nada, había sido invitada al juicio de Gabriel, a lo cual ella no se negó. Anhelaba ver ese momento, cuando sus alas dejaran de ser parte de él. Se presentó ante su padre y Chamuel la guio hasta una de las sillas que estaban al frente, al lado de Jesucristo. Miguel estaba a su lado, se veía mejor y eso la puso feliz. Los ángeles guerreros trajeron a Gabriel y le dieron un empujón que lo hizo caer de rodillas al piso. Levantó la cabeza y miró a todos con odio, en especial a Lucy.

--has pecado,  hijo mío, has mentido, traicionado, engañado, has sido avaricioso, egoísta y cruel.

Gabriel no dijo nada, solo miraba fijamente a su padre.

--tendré que castigarte y no seré para nada piadoso.

Gabriel sonrió con ironía y Lucy suspiro, sabía lo que él estaba pensado y no le gustaba nada. Tenía que pensar en algo rápido, no iba a dejar que se saliera con la suya.

--¿a dónde me mandaras? El infierno ya está ocupado.

--yo sé dónde, padre.

Sus hermanos la miraron, era la primera vez que ella llamaba padre al creador desde que había sido desterrada del paraíso.

--Malak no ha descansado desde que la humanidad comenzó, creo que merece ayuda.

Dios asintió sin pensarlo, no había peor castigo que ese, ser mascota de Malak ya era malo, pero era horrible el hecho de tener que ayudarlo a hacer la parte sucia. Era demasiado horrendo recolectar las almas, todos lo sabías y por eso nunca se quejaban del mal humor de Malak o de su cara poco expresiva. Gabriel negó rápidamente.

--no, no pienso hacerlo.

--lo harás, serás el nuevo vasallo de Malak.

Lucy sonrió, su padre ya no le parecía tan cruel, le estaba dando su merecido a Gabriel. Gabriel volvió a negar.

--también se te cortarán las alas

Lucy se emocionó, ansiaba el momento. Dios se puso de pie y tomó una espada de arcángel, miró a Lucy y se la tendió. Ella entreabrió la boca y se puso de pie de inmediato, tomando la espada, se sentía privilegiada. Su padre se alejó y se sentó de vuelta en su trono. Gabriel miró a Lucy y ella sonrió.

--antes de que haga lo que tengo que hacer, necesito preguntarte algo. ¿Por qué le diste una lanza falsa al hijo de Satanás?

--¿por que tendría que decirtelo?

--bueno, considerando tu posición, es lo más decente que puedes hacer. Ahora estarás bajo mi gobierno, todos sabemos que la muerte es más del infierno que del paraíso, así que...

Lucy hizo un ademán con la mano y Gabriel frunció el ceño, odiaba que ella tuviera razón, ahora no solo era superior a él, sino que, ahora estaba bajo su mando.

-es decir, si me lo dices tal vez tenga piedad de ti, ya sabes, tengo que castigarte en el infierno antes de que tomes tu puesto de vasallo.

Gabriel apretó los dientes, como deseaba saltar sobre ella y romperle el cuello. La odiaba, él siempre hizo todo lo que su padre le había indicado, porque él merecía el puesto que Lucifer tenía en el paraíso, pero después apareció ella, y su odio nació cuando su padre la nombró virreina.

--entonces Gabriel, ¿aceptas o no?

--le di la lanza falsa solo para asustarte, nunca imaginé que te fuera a atravesar con ella, yo tenía que ser el que te asesinara, no él.

Lucy sonrió de lado y dejó caer la espada, cortando las alas de Gabriel. Él gritó y se dejó caer al suelo. La sangre salía a chorros por su espalda y los ángeles sanadores se acercaron para evitar que sangrara más. Los ángeles vengadores lo tomaron de los hombros y se lo llevaron. Lucy miró a su padre y se acercó, entregándole la espada. Su padre la tomó y se la dio a Zadquiel.

--el jucio no solo ha sido para Gabriel, sino también para ti. Te regresaremos tus alas Lucifer, y la audiencia presente son los testigos.

--¿testigos? ¿para qué necesitas testigos?

--porque eres Lucifer, puedes negarlo.

--¿qué? Eso no tiene sentido.

Puso los ojos en blanco y cruzó los brazos. Sus brazos cayeron al ver sus alas dentro de una enorme caja de cristal. Estaban bien cuidadas y se movieron un poco al sentirla cerca. Su padre se acercó e hizo desaparecer el cristal. Lucy tembló y acercó su mano para tocarlas, pero se arrepintió al instante y bajó la mano.

--esta tarde, se te son entregadas tus alas, Lucifer.

Fue todo lo que dijo y Lucy levantó una ceja, ¿dónde estaban sus disculpas? Su padre chasqueó los dedos y sus alas se adhirieron a su cuerpo. Ella cayó de rodillas y suspiró al sentir sus alas abrirse.

--wow.

Lucy levantó la cabeza cuando escuchó a Uriel y miró a todos los demás, que miraban con asombro. Movió uno de sus hombros y una de sus alas cubrió su cara. Ella abrió la boca, las plumas ya no eran blancas, eran negras, pasó una de sus manos por las plumas y se estremeció. Se puso de pie y los miró a todos.

--que gran día.

Ella se dio la vuelta y salió del castillo. Regresó al infierno y a Belcebú se le cayó una botella que traía en las manos. El corazón de Tyler latió con fuerza, verla con las alas era algo mágico, se miraba hermosa. Lucy sonrió y las movió un poco.

--¿qué tal?

--están bien, pero siempre creí que las plumas eran blancas. -dice Asmodeo.

--no lo sé, en cuanto se adhirieron a mi cuerpo se hicieron así.

Ella se encogió de hombros y toma a Tyler de la mano. Una vez en la habitación, Lucy ocultó sus alas y Tyler se acercó para tocar su espalda. Las alas no se sentían, y sus cicatrices habían desaparecido, como si nunca hubieran estado ahí.

--¿a dónde fueron?

--a ningún lado, están hechas de material espiritual; puedo hacer que las veas o no.

--eso está muy cool.

--verdad.

Lucy sonrió feliz. Estaba satisfecha con lo que estaba pasando; Gabriel ahora pagaría lo que había hecho, tenía sus alas de vuelta y había limpiado su nombre.

--¿qué sucederá con Gabriel? -pregunta Tyler.

--se le cortaron las alas y será el nuevo vasallo de Malak.

--¿de quién fue la idea?

--mía.

Tyler frunció un poco el ceño, le parecía bien que recibiera un castigo, pero no le gustaba saber que ella lo había puesto.

--no pongas esa cara, ¿ a dónde querías qué lo enviaran? ¿al infierno? Aquí no podríamos hacer nada. ¿Al limbo? Ser compañero de la muerte le enseñará muchas cosas.

--¿cómo cuáles? 

--lealtad.

Tyler torció un poco los labios, suponía entonces que el castigo era correcto.

LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora