A new challenge

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Como todas las mañanas despertaba junto al pelirrojo de mis sueños. Sin embargo, el se había despertado minutos antes que yo y me miraba con sus preciosos ojos aguamarina. Yo estaba acostada boca abajo en la cama, con la cabeza hacia el lado izquierdo, justo donde el dormía. El se encontraba con su cuerpo totalmente volteado hacia la derecha mirando como yo descansaba en los brazos de Morfeo.

- ¿Qué haces? – le pregunté aún con bostezando de sueño

- No quería que te despertarás, te veías tan linda mientras dormías que preferí solo mirarte sin hacer ruido para que no despertaras – dijo mientras quitaba un mechón de mi cabello que había invadido mi rosto - ¿Vamos a desayunar o ordeno que lo traigan a la habitación? – preguntó

- No vas a decirles que pasen con este desorden que tenemos en la habitación – dije mirando alrededor.

Nuestra ropa se encontraba esparcida por toda la habitación y ambos nos encontrábamos desnudos bajo el simple cobijo de una sábana.

- Iré a arreglarme un poco antes de bajar – dije levantándome de la cama provocando que el volteara la mirada sonrojado.

Yo reí ante la idea de verlo ante dicha escena, no era como si no me hubiese visto desnuda mucho antes, sin embargo era tierno como ver que se sonrojaba ante la idea de encontrarme así. Para molestar un poco me acerqué a él, aún sin nada puesto, y lo besé. Tenía su rostro completamente rojo y caliente de lo avergonzado que se encontraba, pero necesitaba molestarlo un rato mientras podía, ya que sabía que en la noche dicha vergüenza no existiría más.

Luego de desayunar el Kazekage fue a realizar sus labores diarias y yo me dediqué a ir a la Academia. Ansiaba el momento en el cual me tocase estar a cargo de un grupo de Genins para explotarlos tanto como Kakashi lo hizo con nosotros, quiero decir, entrenarlos tanto como él. Sin embargo parecía que cada vez más el día se encontraba más lejos.

- _____ - sama – me saludó una aldeana que iba en busca de su pequeño a la academia - ¿Cómo se encuentra usted el día de hoy?

- Muy bien, gracias por preguntar – respondí haciendo una pequeña reverencia

- Digale a su querido esposo que nos vendría bien una ayuda para mejorar la academia de la aldea – dijo mientras asentía – Mire usted que un día de estos mi pequeño llegó con heridas en su cuerpo debido a que una de las paredes sufrió un colapso y los escombros llegaron a herir su cuerpo – dijo preocupada, yo asentí y prometí que lo hablaría lo más pronto posible con él mientras miraba como tanto ella como su pequeño se alejaban despidiéndose de mi a lo lejos moviendo su mano de lado a lado

- ¿Cuándo le dirás a Gaara del incidente de la Academia? – preguntó Kankuro que se encontraba justo detrás de mi

- Le comentaré del incidente, pero no diré quién fue el autor – dije sonriendo y despidiéndome de la mano de los demás niños – No quiero que luego no me deje volver por una tontería.

Los aldeanos me amaban ya que sentían que me comunicaba con el pueblo y creían que al contarme sobre sus preocupaciones más fácilmente estas llegarían a oídos de Gaara y este haría algo al respecto. Sin embargo, lo que ellos no sabían era que algunas veces yo me encontraba tras esos pequeños incidentes ocasionados en el pueblo.

- ¿Qué hiciste ahora? – preguntó Gaara detrás de nosotros

Por un momento pensé en preguntarle que hacía ahí, luego recordé que hoy era el día en que tendría que firmar los títulos de los Genin aprobados para poder darselos en su graduación.

El me miraba fijamente aún esperando una respuesta, sin embargo soo había silencio de mi parte.

- En la noche hablamos – dijo lanzando un suspiro de resignación mientras se retiraba junto a un par de ninjas a quien sabe donde.

Como toda pareja, era imposible estar juntos el 100% de nuestro día, sin embargo, no era necesario para mantener la chispa del amor, más bien la avivaba más, ya que esos pocos momentos de intimidad que poseíamos los aprovechábamos y apreciábamos más que antes debido a que valorábamos aún más esos momentos. Intentábamos ir cada viernes a cenar a algún restaurante en la aldea. Los martes era noche de juegos de mesa y los domingos era el día en que intentábamos pasar acostados en la cama haciendo cualquier cosa menos hablando de trabajo y hoy jueves, era día de hablar, hablar del error de la semana.

- Ya estoy muerta – dije dando un paso en falso al frente, lo que casi me provoca caer al piso

- ¿Te encuentras bien? – preguntó Kankuro preocupado, asentí – Pues no lo parece, estas un poco pálida

- Con semejante susto que me pegó Gaara ¿Cómo crees que estaría? – dije restándole importancia al asunto

- Será mejor que te vayas a casa – dijo mirando la hora – Yo me encargo de esperar a que los padres de los chicos restantes vengan por ellos, no te preocupes – yo asentí y me retiré a casa

Al llegar preparé un té y esperé un par de horas sentada en el comedor a que Gaara apareciera para cenar juntos, sin embargo el hambre apareció y él brillaba por su ausencia. Cené sin él y me retiré al dormitorio para descansar mientras el llegaba para hablar, sin embargo comencé a quedarme dormirda hasta que me despertó el ruido de la puerta al ser abierta.

- Disculpa – dijo seriamente el pelirojo – No era mi intención despertarte, llegué tarde debido a que debía de ir a extraerle información a un ninja renegado que vagaba por la zona. Y la verdad tomó más tiempo del imaginado – dijo sentándose en la cama

- Tranquilo – dije volviéndome hacia él

- ¿Ahora si me contarás que sucedió? – dijo mientras se quitaba la camisa y los zapatos para cobijarse con la sabana a mi lado

- En un acto reflejo, sin querer, le pegué a una pared de la academia y debido a ello un par de niños salieron lastimados, ya que parte de ella se desprendió y les cayó casi que encima – dije apenada – Pero te juro que no fue intencional

- ______ - susurró mirándome a los ojos

En ese momento sentí ganas tremendas de vomitar, por lo que antes de que él pudiera decirme lo que sea, salí corriendo al baño donde liberé eso que quería salir de mi interior.

- Tranquila, no tienes porque ponerte así - decía Gaara mientras yo no paraba de vomitar – No te suspenderé – en un intento por calmarme el pelirojo me miraba horrorizado sin saber que hacer.

- Llévame al hospital, realmente no me siento bien .- fue lo último que le dije antes de caer desmayada en sus brazos

Podía escuchar de fondo una conversación entre dos personas, que parecían ser Gaara y alguien más. Al abrir mis ojos, me encontraba en la habitación. Había olvidado que era la esposa del Kazekage y que por ello ya no debía de ir al hospital sino que el hospital venía a mi.

- Seguramente esto se debe al cansancio ¿Verdad? –preguntaba preocupado el pelirrojo

- No, me temo que esto es algo aún mayor – decía seriamente el anciano – Permítame un momento – dijo antes de pasar la palma de su mano con chakra por mi cuerpo con tal de intentar ayudarme

Podía sentir el leve calor que expulsaba el procedimiento hasta que este se paró en mi vientre.

- Kazekage-sama – dijo el abuelo haciendo una breve pausa – déjeme informarle que será usted padre

En ese momento sentí mi corazón pararse y escuché como Gaara se levantaba y abandonaba la habitación. Sentí impotencia dentro de mi ser ¿como era que el se había marchado? Continuaba sin abrir mis ojos hasta que finalmente la luz no me molestó más y puede apreciar una melena roja frente a mi rostro. El me miró fimente y puso tiernamente su mano sobre mi vientre.

- Seremos padres _____ - dijo con una pequeña sonrisa en su rostro, yo sonreí de igual manera como acto involuntario ya que él no se había ido de mi lado, simplemente el doctor había salido y nos había dado privacidad para disfrutar de ese momento que sería solo nuestro. 

Todo por ti (Gaara y tú) {¿Por qué a mi? T2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora