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—¿No deberías estar en el trabajo?— pregunto la chica mientras observaba cómo su amigo buscaba algo.

—Y tú en tu casa y mírate aquí en la mía— dijo sin dejar de buscar.

—Llevas días buscando lo mismo Reaper— hablo ignorando las palabras del mayor —¿Qué buscas exactamente? Podría ayudarte si me das una idea de que es— añadió colocándose de cuclillas junto al de cabellos oscuros.

Este por su parte se levantó a instante para comenzar a buscar en otro cajón, la de ropas moradas soltó un suspiro mientras fruncía el entrecejo.

—Gracias, pero no gracias Tori...— dijo sacando todo lo que había en el cajón.

—Bien, como quieras, voy a ver qué puedo hacer por acá— se encogió de hombros y salió de la habitación dejando al de cabellos oscuros solo.

—Porque si te soy sincero... ni yo sé exactamente lo que busco— murmuró mirando el cajón vacío frente a él.

Se sentó en una silla que había encontrado por ahí y desordenó sus cabellos con frustración, su amiga tenía razón, llevaba varios días buscando lo mismo, ese algo que ni siquiera él sabía que era, pero sentía una necesidad gigante por encontrarlo.

—Bien, buscó después— murmuró colocando sus ante brazos en sus piernas —Tengo que ir a hacer otra cosa— se levantó de la silla y agarró su chaqueta para salir de la casa.

Decidió caminar, su destino quedaba... un poco lejos, pero no tenía ganas de agarrar un taxi o algo, a demás se había dado cuenta que su billetera se había quedado en la casa. Mientras caminaba, un sin fin de escenarios que no recordaba a ver visto antes llegaban a su cabeza, lugares que según el, nunca había visto antes, pero no le tomaba importancia.

Sin darse cuenta ya había llegado a esa casa un poco colorida, sonrió de lado y se acercó a la puerta de esta para tocar el timbre y esperar que aquella señora le abriese la puerta. Pasaron unos segundos para que escuchara los pasos apurados de la mujer para llegar a abrir la puerta.

—Ah, eres tú— dijo con una sonrisa la de cabellos rosados —¿Qué te trae por aquí? Otra vez.

—Hola a usted también— dijo con unas pequeña sonrisa —Oiga, se que le sonará... tedioso, pero le vengo a hablar de lo mismo que hable con usted la última vez.

—Ah, sobre eso, ¿cuándo podría ir?— dijo con una pequeña sonrisa.

El de cabellos oscuros sonrió ante la pregunta de la de cabellos rosado —Bueno, las visitas son todos los viernes, así que mañana es viernes ¿no?. Yo personalmente la voy a agendar.

—Bien, el mañana a las...

—Oh si, mañana a las 15:00– habló con un poco de vergüenza por casi olvidar decirle la hora.

—Bien, prometo llegar temprano, por Geno— murmuró con una sonrisa cerrando la puerta dejando al mayor afuera.

—Adiós para usted también— musitó con una pequeña sonrisa alejándose de la entrada de la casa.

Su visita había salido un poco más rápido de lo que él había pensado, pero agradecía que la señora había dicho la respuesta que él esperaba.

—Por suerte no pedí un taxi, hubiese desperdiciado dinero solo para cinco minutos de charla— hablo para si mismo mientras observaba el piso debajo de si.

—¡¿Por qué te pones así...?!

Se detuvo al momento de haber escuchado aquello, estaba más que seguro que sonó cerca de su oído, volteó rápidamente esperando encontrarse aunque sea con un extraño, hizo una pequeña mueca al ver que no había nadie al rededor.

—Okey... creo que tengo que ir a dormir...— murmuro para sí mismo retomando su caminata directo a su casa para tomar una pequeña siesta.

Ya al llegar a su casa, el sol comenzaba a esconderse, encontró en esta encontrándose con su amiga sentada en el sofá mirándolo con molestia.

—¿Hola?

—¡¿Hola?! ¡¿Solo pretendes decirme "hola"?!— hablo casi en gritos levantándose del sofá para acercarse al mayor.

—Eh... ¿cómo estás?

—Es que... ¡aaahg!— se quejó llevando amabas manos a su rostro —Bien, cálmate Toriel, respira— murmuró para sí misma apartando las manos de su rostro para mirar al de cabellos oscuros —¿Por qué te fuiste sin decir nada? O sea ¡¿Ni siquiera un "regreso en la noche"?! O ¡"Me voy a un... bar stripper"! ¡Qué se yo!— habló alterada.

—¿Bar stripper?

—¡¿Solo prestaste atención a eso?!— grito esta vez ya molesta.

—Oye cálmate, solo salí por... trabajo, ¿se le puede llamar así?— murmuró lo último para sí mismo.

—Bien, pero la próxima no dejes a tu amiga sola en casa pensando que estás en ella y tú te vas sin decir una sola e insignificante palabra— habló rápido mientras se comenzaba a alterar otra vez.

—Deberías calmarte Toriel— escucharon una tercera voz —Sans ya sabe cuidarse solo— dijo con una sonrisa.

—Gracias Paps— habló el de cabellos oscuros mirándolo con una sonrisa.

—Como sea— murmuró mientras masajeaba el puente de su nariz —Creo que tengo que irme ya— añadió levantando la vista al de cabellos negros —Nos vemos Reaper— balbuceó dándole un pequeño abrazo —Adiós Paps— gritó mientras comenzaba a caminar a la puerta.

—Adiós Toriel— dijeron ambos hermanos al unísono.






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~Es tú mundo, tus reglas, no dejes que los demás elijan por ti, tienes tu propia voz, puedes hacer lo que quieras en tu mundo~

˚₊· ͟͟͞͞➳❥ 𝑯𝒐𝒔𝒑𝒊𝒕𝒂𝒍 𝑷𝒔𝒊𝒒𝒖𝒊𝒂𝒕𝒓𝒊𝒄𝒐ੈ✩‧₊˚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora