˚₊· ͟͟͞͞➳❥ 𝑯𝒐𝒔𝒑𝒊𝒕𝒂𝒍 𝑷𝒔𝒊𝒒𝒖𝒊𝒂𝒕𝒓𝒊𝒄𝒐ੈ✩‧₊˚

☆45☆

—¿No que tenías hambre?— preguntó el mayor apoyando su peso en su brazo.

—Exacto, tenía— dijo haciendo énfasis en esa palabra —Pero ya no— se encogió de hombros empujando la bandeja hacia en centro de la mesa.

—Geno, tienes que comer, casi no tocaste la comida— dijo el mayor agarrando la bandeja y acercándola al albino.

—No tengo apetito— dijo restándole importancia. El mayor lo miró con el entrecejo fruncido mientras el Albino volvía a alejar el plato de comida. —¿Qué?

—Prométeme que cenarás— dijo seguido de un suspiro de resignación.

—No lo prometo— habló el albino mirando sus manos.

—¿Es en serio Geno?

—No te voy a prometer algo que no sé si cumpliré, mejor dejémoslo a la suerte— dijo levantándose de la mesa.

—A la suerte...

—Ajá, puede que a la hora de cenar mi apetito regrese y pueda que no— dijo cruzándose de brazos esperando a que el mayor se levantara de igual manera para poder irse del comedor.

—Bien ¿Qué quieres hacer ahora?— pregunto levantándose. El albino comenzó a caminar para llegar a la puerta que daba fuera del comedor, el mayor le siguió el paso.

—Quiero quedarme en mi habitación— dijo de manera tranquila —Solo— añadió ladeando la cabeza mientras miraba al mayor con una pequeña sonrisa.

—Está bien— dijo con una sonrisa al ver el rostro del menor —No me opondré a tu petición— dijo levantando ambos brazos en señal de rendición.

—Gracias— dijo sonriendo de oreja a oreja, caminaron hasta el pasillo del albino en silencio.

—Del uno al diez... ¿Qué tanto te gustan las sorpresas?— pregunto tratando de romper el silencio.

El albino lo miró confundido —Creo que un... ¿cuatro?— murmuró enarcando una ceja.

—Okey— dijo, el albino se quedó en silencio esperando a que el mayor dijera algo más o por lo menos le explicase el porqué de la pregunta.

—Está bien estas en silencio, ¿no vas a explicarme el porqué de tú pregunta?— dijo con duda mirando el camino.

—Si te lo digo no sería lo mismo— dijo mirando de reojo al menor.

—Como tú digas— musito mientras detuvieron su caminar al ya estar frente a la puerta, entró en esta y cerró de inmediato impidiendo que el de cabellos oscuros entrara.

—¿En serio no me dejarás pasar?— pregunto con burla mientras una pequeña sonrisa aparecía en sus labios.

—Ya te lo había dicho, quiero estar solo— dijo de manera serena.

El mayor negó con la cabeza y miró la hora en su reloj, para seguido sonreír aún más mientras se recostaba en la puerta.

—Te tengo malas noticias Geno, es hora de tus pastillas— dijo manteniendo su vista en la pared frente a él.

—Y es justo por eso que quería estar solo aquí— habló el menor sentando en su cama mientras abrazaba sus piernas.

—Geno tienes que tomarlas— dijo de manera tranquila —Es por tu bien.

—Lo sé— Susurró para si mismo —Pero no quiero tomar más pastillas, eso me trae malos recuerdos, bien, si quieres me las trato de tomar más tarde, pero no quiero ahora— habló dejando caer su peso en la cama.

El mayor hizo una mueca y agarró la perilla de la puerta abriendo está al instante encontrándose con el menor hecho bolita en su cama.

—Está bien, eso es adorable— susurró para sí mismo —Ah, Geno— habló llamando la atención del albino.

—¿Qué quieres ahora?— pregunto sin mirar al mayor.

—Siempre evitas tomar tus medicamentos, aún sabiendo lo importante que son para ti— dijo acercándose al albino —¿Por qué?

—No hay porque— dijo con desinterés —Bueno si hay, pero no es importante, ahora quiero dormir, en serio, por favor sal— dijo reincorporándose para mirar al mayor que estaba sentando en la esquina de su cama, con las pastillas en mano.

—Ten, déjame ir por un vaso con agua— dijo de manera tranquila levantándose dejando el pequeño tarro de pastillas sobre el colchón y saliendo de la habitación.

—No— dijo en voz baja el albino golpeando su rostro con el colchón en señal de negación, pero sabía que no le quedaba de otra —Te odio— murmuro aún con su cara sobre el colchón sabiendo que el de cabellos oscuros no se encontraba en la habitación y le había dicho eso a la nada.

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~No te ha pasado, que estás con tus amigos y los encuentras a todos realmente hermosos y te pones a pensar en ti, y te decís a ti mismo ¿Qué tengo yo?... cariño, eres arte y nunca lo olvides. Al igual que ellos eres y siempre serás hermoso, no importa cuantas veces lo niegues.~